Un roscón inspirado en el relato Pudding de navidad de Agatha Christie
Por Diana Peña Castañeda[1]
Navidad y enigma. Si alguien sabe de tramas extrañas es Agatha Christie, la dama del misterio. En Pudding de navidad, el primero de seis relatos, el detective Hércules Poirot deberá resolver la desaparición de una joya muy famosa de origen oriental mientras revive una época a la antigua tradición londinense: la familia reunida en una casa de campo, la iluminación del árbol, los regalos, el camino cubierto de nieve, la leña palpitante en la chimenea, el muérdago colgando en el vestíbulo, la sonrisa del siempre gentil mayordomo.
La cena que comienza a las dos de la tarde es un momento sublime: sopa de ostras, dos enormes pavos, ponche y ese exquisito pudding de ciruelas que es llevado a la mesa en bandeja de plata para delirio de todos. La ciruela, de aroma agradable, de piel madura y jugosa, su néctar escurre en el paladar en ríos de sabor intenso. Su color se parece al de un rubí, ¿Alguien vio uno?
El pudding de ciruelas es en Londres lo que en América Latina la torta de frutas envinada. Sin embargo, este relato recuerda en realidad más al roscón de reyes cuyas figuras, en este caso, están especiadas con un toque secreto. Y como la navidad es imaginativa, esta es una propuesta algo diferente, pero muy flamLeer más