Lengua vulgar, a propósito de política y planeación lingüística en México

Imagen de Gerd Altmann

Por José Fernando Castillo Mejía[1]

Desde el principio de los tiempos, todo evoluciona y seguirá evolucionando. Esa es la regla: adaptarse o morir. No es, precisamente, que los organismos tomen la decisión de cambiar, sino que es una necesidad adecuarse a las circunstancias y condiciones nuevas. La lengua, como la literatura, diremos, es un  ser vivo[2] y,  por lo tanto, debe atender a las mismas exigencias de la vida. Entendamos esto al punto; la lengua nació como una necesidad comunicativa del hombre, se desarrolló según las necesidades, maduró hasta el punto de ser norma y comenzó a cambiar para adaptarse a las nuevas exigencias comunicativas… Desde la economía hasta la iteración. La lengua vive y, para hacerlo, necesita reinventarse.

Siempre resulta difícil el tema de la lengua vulgar, la polémica que genera es grande porque ¿es esa lengua vulgar el resultado de la evolución de la lengua culta, o su simple corrupción? ¿Hasta qué punto es lícito el cambio de una lengua? Aún en nuestros días el dilema sigue a medias resuelto. Lo innegable es que el uso y no la norma determina el camino de las lenguas.

Entenderemos mejor esto si damos como ejemplo de norma la literatura. La literatura busca, regularmente[3], la corrección en el habla, por lo cual puede considerarse un buen ejemplo de norma. Sin embargo, podemos apreciar que la literatura no puede transformar la lengua como puede hacerlo el uso. Como diría Fulgencio Planciades (personaje de Alfonso Reyes): Eso que leemos en los libros no es el idioma, sino el retrato o reflejo de un solo momento del idioma. Es la fría ceniza que cae de la combustión de la vida. Es como la huella de los idiomas. Mas éstos siguen adelante y van caminado según las flexiones que les comunica el habla familiar[4]. En resumen, por mucho que una obra literaria pueda renovar la lengua (sea el caso extremo de la poesía, por ejemplo, donde la catacresis[5] intenta crear nuevas formas de designación a las nuevas realidades o, simplemente, a realidades distintas: la constante búsqueda de maneras novísimas para expresar lo subjetivo… Ese amor que no es el amor que todos conocen sino el que conoce el poeta en su individualidad.), no impone nuevas formas de uso sino hasta que el vulgo, mejor dicho, los hablantes en general aceptan y hacen suya la expresión. La lengua vulgar, en cambio, se encuentra en constante muda y búsqueda de las mejores formas de comunicación, conque logra desarrollarse a partir de la “prueba y error” hacia maneras más adecuadas para la expresión de la realidad que encaran los mismos hablantes.Leer más

La crítica social como denuncia; su efecto destructivo y constructivo

Imagen tomada de Mexicanos sin Fronteras 

Por Irving Garnelo Pérez[1]

garneloperezirving@yahoo.com.mx 

El presente artículo tiene la intención de exponer la necesidad que la realidad nos exige de sobrepasar la crítica, esa que se puede interpretar como crítica social, pues en cierta medida se ejecuta para hacer una demanda que puede llegar a tener un motivo legítimo. Si bien en el ámbito del periodismo se han hecho una serie de críticas referentes a todos los cambios que se suscitan por la administración de uno o varios partidos políticos, lo cierto es que pareciera que se sigue una tendencia ―que con el anterior sexenio era necesaria― que resulta ser una crítica social que pone de manifiesto los efectos caóticos y violentos de la impunidad y la injusticia.

En el gobierno del sexenio anterior no solo no se tuvo la capacidad administrativa de resolver varios conflictos generados por la corrupción, sino que en todo caso se resaltó una alianza entre grupos criminales y funcionarios corruptos que eran y son parte del gobierno del PRI. Frente a ello surgieron varias críticas, algunas para señalar a funcionarios corrompidos, otras para resaltar a aquellas minorías que han sido afectadas por las nulas políticas del Estado mexicano, otras para subrayar errores que se tenían al momento de procesar una ley o reforma, y otras para ser la voz de los grupos sociales oprimidos y violentados tanto por grupos delictivos como por las mimas autoridades.

En esos años, tales críticas en el ámbito del periodismo, pero también en otros, se formularon buscando, principalmente, ser una denuncia de las consecuencias dadas por la nula injerencia o por formulaciones de acciones políticas deficientes o bien de un sistema capitalista neoliberal que se señalaba y se sigue señalando como el generador de pobreza, desigualdad, violencia y una desmoralización en la sociedad. Todas esas críticas  aluden a que son denuncias sociales que se dan en los medios de comunicación, las cuales principalmente se formulan para poderlas compartir con el público que son grupos (mayoritarios o minoritarios según sea el caso) de la sociedad civil.Leer más

La 4T será feminista o no será

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Por Angélica Mancilla García

 

No volvimos a salir, aquí hemos estado siempre, nunca nos hemos ido. Las calles son nuestras, las noches son nuestras, la vida es nuestra.

Este 8 de marzo coloreamos de violeta y verde las calles del centro de la Ciudad de México y de otros estados.

Ante la emergencia que enfrentamos como mujeres y en vista de que la 4T se empeña en negar nuestros derechos, aquí estamos más fuertes, más aliadas; no daremos un paso atrás, nadie nos ha regalado nada, nosotras les hemos arrebatado nuestros derechos y no vamos a dejar que nadie, por más “gobierno de izquierda” que se diga, haga con nosotras lo que le convenga.

Mandamos un mensaje fuerte y claro al ciudadano presidente: ¡nuestros derechos no se consultan, se reconocen! Querer preguntar a toda la ciudadanía sobre los derechos de solo la mitad de la población, también es violencia.Leer más

De pasajes y paseos comerciales, políticas públicas e intenciones subyacentes

Foto tomada de: Diario octubre

Por Ximena Cobos Cruz 

Estos meses de júbilo, descontento, incertidumbre, críticas prematuras y algunas acertadas es necesario hacer ejercicios profundos de memoria, no sólo pensando en que la memoria histórica es una de las grandes ventajas de los pueblos para no repetir errores y construir hacia el futuro. En ese sentido, hacer consciencia de las calles que transitamos en lo cotidiano, reparar en cómo las habitamos, mirarnos en ellas en perspectiva es reconocer o no cambios en las prácticas sociales de uso del espacio, lo cual sirve mucho en el análisis y crítica tanto de políticas como de acciones gubernamentales.

El Centro Histórico de la Ciudad de México es un espacio que guarda un simbolismo ligado a la identidad nacional por su naturaleza arquitectónica, la cual “reúne los testimonios de seis siglos (del XV al XX) de historia”[1], además de que en él convergen la presencia de tres Méxicos: el prehispánico, el colonial y el independiente[2] Esa huella histórica facilita la consolidación de discursos oficiales que promueven una idea de mito fundacional en dicho espacio y que extienden su valor mediante la protección de sus edificios, pretendiendo resguardar la memoria viva de la construcción de la nación, baste conocer que “de los 4200 edificios del centro, más de la tercera parte están catalogados como monumento histórico”[3]. Aunado a esto, su centralidad, como punto de partida del trazo de la ciudad, le suma importancia y lo convierte en el único centro de referencia a nivel social y político[4]. En ese sentido, como lo explica Monnet[5], al transformar el mito en discurso de propaganda y arrojarlo al campo de la lucha social se puede conseguir que sea un instrumento de movilización, por lo que, de acuerdo con Soltero, la razón de finalizar marchas o campañas en el Zócalo está en capitalizar su valor simbólico[6].

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Entrevista al Dr. Antonio Lanzcano, biólogo de la UNAM

Fotografía: Abraham Aréchiga, tomada del portal de la UdeG

Entrevista al Dr. Antonio Lazcano, biólogo de la UNAM

Por Diego Medina

dariounam92@gmail.com

 

Alguna vez en metro Polanco, por la mañana, me encontré con esta luminaria de la ciencia. Yo estaba leyendo “La República” de Platón cuando él se acercó para preguntarme “¿es aquel diálogo dónde están platicando debajo de un platanal?”

Lo volví a encontrar un par de veces, hablamos de Lucrecio y de Thomas Man. Acababa de recibir un Honoris Causa por parte la Universidad de Valencia. Tomé el teléfono y le llamé. No fue una conversación casual, más bien una entrevista informal que vale mucho poner sobre la mesa en aras de repensar la realidad progresista de nuestro país y sus achaques.

DM― Como biólogo ¿cuáles son sus consideraciones de las reformas energéticas, hablando en específico del Fracking?

AL―Bueno, yo no sé de eso. Yo no soy un experto en las áreas de la biología, de la geología, de la ingeniería que tienen que ver con el problema, pero lo que sí me inquieta a mí mucho es el comentario público de expertos que han señalado los riesgos de contaminación tan enormes que hay y que obviamente afecta a la diversidad biológica; y que además resulta muy preocupante el empeño de estar encontrando soluciones gastadas en los hidrocarburos tradicionales cuando evidentemente las consecuencias ambientales son brutales. Yo creo que la sociedad debería hacer inversiones en una dirección distinta y no veo por qué países como el de nosotros no están invirtiendo, como lo han señalado los expertos, en energía solar, energía eólica, etc, etc.

DM―Hace algunos días, en un programa de televisión, comentaba que estábamos en medio de una mega extinción ¿cree que el ser humano sea una especie en peligro de extinción?

AL―No, no, ¡qué va! El problema es que la desaparición que tenemos está focalizada en algunas culturas, grupos étnicos, que están viendo cómo sus modos de vida se destruyen por la expansión de un mercado que no respeta el ambiente ni los modos tradicionales de cultura. Un caso muy concreto que la gente rara vez menciona, pero que a mí me conmueve mucho, son los nómadas; al estilo de los nómadas, de los gitanos, por ejemplo los bereberes, del saharauis, que está desapareciendo con una rapidez enorme.Leer más

Psicoanálisis y lazo social: perspectivas sobre alteridad, subjetividad, lenguaje y violencia

Por Jimena García[1]

psic.jimena.garcia@hotmail.com 

Imaginemos un momento mítico, intentando aprehender el pasado, millones de moléculas se encuentran dispersas, suspendidas en el aire, de inicio no hay contacto entre ellas; conforme el tiempo, comienza a densificar tal aire y en determinado momento se encuentran, tal encuentro produce un cambio inmediato en su conformación, se alteran entre sí, algunas se unen formando moléculas mayores, paulatinamente casi ninguna molécula conserva su forma anterior, han sido modificadas al encuentro con otro y ya poco se sabe cuál fue su forma original; desde esta ficción mítica (en tanto refiere a un origen) comprendo la alteridad, donde alter es el otro y el encuentro genera una huella ya en sí misma alterada.Leer más

¿Una alianza entre mujeres?

Foto: Angélica Mancilla

Por Angélica Mancilla

En días pasados, leí en algún lugar que cuando una mujer conoce el feminismo no hay vuelta atrás, su vida cambia. No podría estar más de acuerdo con ello. Sin embargo, tampoco puedo negar que en este camino de deconstrucción seguimos reproduciendo actitudes que nos siguen dañando, incluso como feministas.Leer más

La Isla de los hombres solos. Un llamado a la consciencia

Foto tomada de Sobre-T 

Por Ximena Cobos   

El problema de la función social de la literatura ha sido bastante cuestionado desde la crítica literaria; quizá sea porque asumir que ésta tenga realmente un oficio transformador intimida a los lectores, escandaliza a los críticos y compromete a los escritores. Sin embargo, es posible que la función exista, me atrevo a sostener, en relación a la sensibilidad social que tenga el receptor, y no me refiero a una simple capacidad de conmoverse. Si aceptamos que la literatura no es mímesis absoluta, tampoco ficción plena, y que tanto escritor como lector reconocen en la obra rasgos de la realidad objetiva abrimos la posibilidad a la empatía, una empatía social más abarcadora, y a la reflexión en torno a esa realidad mediante la lectura.   

Precisamente, una de las novelas latinoamericanas que más requiere de la empatía es La isla de los hombres solos del costarricense José León Sánchez. Una pieza que resulta fundamental volver a poner constantemente a la vista de lectores “especializados” y “amateurs”[1], pues logra o debería conseguir que quien se adentre en sus páginas se responsabilice de reflexionar, buscar y compartir nuevas formas que contrarresten el sistema que hace funcionar las sociedades. Es así que esta es una invitación a laLeer más

A propósito de Venezuela

Por Stephanie Tania Fernández Ojeda

Filóloga y estudiante de Derecho.

stfo10@gmail.com 

 

En la serie de Netflix Salvados, el reportero Jordi Évole realiza dos entrevistas al expresidente de Uruguay, José Mujica, en una de ellas —y sólo para parafrasearlo— menciona que cada vez que la comunidad internacional pretende “salvar” o “ayudar” a un país que tiene una forma de gobierno dictatorial o lo que ellos creen que es dictatorial o abusivo, las cosas empeoran.Leer más