Por Márcia Batista Ramos
Al acercarse a las últimas semanas de un año totalmente inaudito, que obligó a todos a pensar en la dicotomía vida-muerte, encontré un poema de César Vallejo “Los Heraldos Negros” y me pareció que el poeta peruano había previsto, además de su muerte (“Me moriré en París con aguacero \un día del cual tengo ya el recuerdo”), la muerte de nuestros días…la muerte de nuestro mundo. Puesto que el título es una evocación de los mensajeros de la muerte, los cuales, obviamente, solo pueden anunciar el dolor.
Ese dolor, inexplicable, que llegó cambiando el orden del mundo, dolor que se levanta desde lo más subrepticio del ser humano, pareciera previsto al leer los versos de Vallejo, que lo visibiliza desde el primer verso del poema que tiene una estructura de círculo vicioso: “Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!”
Desde la óptica trágica de César Vallejo, con atributos schopenhauereanos, solamente por el hecho de existir el ser humano tiene que lidiar con el sufrimiento.Leer más