Por Indira Isel Torres Crux
Cuando escribo necesito descargar mi furia, esta palabra ha estado acompañándome desde hace unos veinte años, mi energía es fuerte, la considero entregada. Para escribir pongo café en mi termo, tomo varias, muchas tazas al día, y pongo música, de preferencia clásica, no he podido escribir con música y letra, me gana, me pone ansiosa, hace poco escribía para una novela y ponía canciones mexicanas, rancheras y de los ochenta como Rocío Banquells y Amanda Miguel, pues para motivar a la ansiedad a mi personaje. Hay amigas que se maquillan para escribir, algunas se ponen zapatos verdes, otras usan pants, otras oran, otras prenden incienso, otras se masturban. Hacer ritual me da flojera, porque yo veo más la escritura como periodismo, es sí o sí. Debería hacerle ciertos guiños a ese endiosamiento, pero si lo considero tan sagrado, siento que yo no puedo entrar en él, para mí la escritura es puro ejercicio, es ir a correr, es caminar y observar y cocinarlo. Últimamente he estado leyendo los gestos y las palabrasLeer más