Por Octavio Castillo Quesada[1]
La vida en sociedad a veces también nos hace sentir un poco frágiles. En ese sentido, Sara Mesa propone una historia donde sus protagonistas encienden alarmas y luego nos tranquilizan con el ruido.
‹‹Cara de pan›› es un relato muy bien escrito. Se lee fácil, no hay agujeros en su redacción, o al menos no son visibles. Si bien la progresión puede resultar un poco lenta, el argumento envuelve al lector con su invocación al daño. Creo que ese es su principal mérito, que nunca cae en el agujero de lo esperado, sino que salta constantemente, ‹‹casi›› logra disimular evitarlo (y también de forma literal).
El espacio donde se desarrolla la obra transmite calma, sin llegar a convencer al lector de ‹‹bajar la guardia››. Sus personajes están muy bien construidos. El juego con los nombres, la apariencia, la edificación de sus personalidades se realiza con cuidado.
El encuentro de una adolescente llena de complejos que se enfrenta al silencio yLeer más