Ser humano, ser uno entre muchas especies

Por Lorena Ruiz Álvarez[1]

“A pesar de toda la evidencia científica que se ha generado no está interiorizado en la conciencia de la gente el tema de la pérdida de biodiversidad como un problema”, decía la bióloga Julia Carabias (2022) en la mesa de dialogo COP 15: ¿Qué cambió para la conservación de la biodiversidad?

No es mentira. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad se han perdido alrededor del 50 % de los ecosistemas naturales en México. Parece ser que a pesar de todas las advertencias por parte de la comunidad científica y organizaciones ambientales, no se logra incentivar a los seres humanos para hacer algo con respecto a este problema.

No obstante, poner en el imaginario colectivo lo importante que es preservar la diversidad biológica no es imposible. Quizá una chispa de esperanza está en las historias de escritoras como Daniela L. Guzmán, Premio Nacional de Cuento Jesús Amaro Gamboa en 2019, quien dedica su ficción especulativa a hablar sobre la crisis ambiental desde una perspectiva no aLeer más

Mujeres de letras libres | Antología Poética 25N

En el marco del 25N “Día Internacional para Eliminación de la Violencia contra las Mujere”, un grupo de poetas, convocadas en principio por Linda Acosta, desde la Fundación Elena Poniatowska, decidimos reunirnos en un Ágora poética no solo para denunciar la violencia de la que, sabemos, las mujeres somos sujetas en el ámbito literario, sino para hacer frente a esa violencia con la expresión marcada de una voz que recuerda que seguimos vivas y firmes, que existimos aunque se trate de silenciarnos de distintas formas en este mundo, y que la vibración que juntas podamos evocar recuerda a las nosotras que no pueden acompañarnos más.

Desde Enpoli, desde la voz de Ximena Cobos Cruz como editora que busca transformar y sostener este espacio como un sitio en que las voces de las mujeres, su palabra, sus ideas y su imaginación reverbere, invitamos a las personas que visitan este sitio a leer a estas mujeres, pero sobre todo a experimentar en el cuerpo la palabra.

 

 

 

Laura Velarde

 

(Ciudad de México, 1992) narradora, poeta, cinéfila y melómana del mundo y de la vida. Amante de la fotografía y los pequeños detalles. Ganadora del 1er concurso de Poesía Emergente «Antonio Alatorre» con el poema «Una ya no duele más». 

 

 

Matrioshka

«Por su seguridad, no se recargue en la nostalgia.»

Luis Pérez Romero

 

Me cruje el hueso

que se guarda en los paréntesis del cuerpo.

Es la soledad que me parte en tantos pedazos

que nadie extraña.

 

Es porque camino desnuda

en una realidad que me llueve

que me estría.

Es porque voy pintando de aguacero

los muebles de la casa

con la ebriedad de mis tristezas.

 

Alguien toca.

Alguien llama.

Es otra mujer

que nutre al salitre

de nombres y fechas.

Es esta mujer hecha de tiempo

también de espacios

que no termina de morir

porque le gusta morder lo breve

y sabe que por más ventanas que abra

las heridas no se borran.

Es esta mujer que desentraña

lo más fracturado de sus nochesLeer más

Perrito

Por Christian Arely Sandoval Hernández[1]

Una casa sencilla pero llena de luz, era lo que Ángela estaba presumiendo últimamente en Instagram. A toda hora, fotos de los hijos que tenían en común aparecían en el inicio de su cuenta falsa. El Jardín de la exesposa de Anuar era amplio para estacionar un auto, pero no había tal, solamente pasto fresco bien cortado y un perro “Un perro jodido”. Anuar no podía aceptar que la estrategia de presentar su rutina de bañar y revisar escrupulosamente a los niños en busca de chinches o piojos como una forma de abuso infantil, le sirviera a ella para quedarse la custodia total. Para ella y los niños era “El malo” porque no permitía que fueran al zoo, la alberca o pijamadas y no tener perro era la queja de los niños cada mes. Ahora que su madre les dio uno, la casa de su padre, sin jardín ni videojuegos, parecería una prisión donde nadie querría pasar el fin de semana.

 “Ninguno sabe lo malo que puede ser para su salud, dormir a ventana cerrada con otros niños emitiendo gases, unos con piojos, otros incubando varicela, ni de las enfermedades que un animal sucio puede causar y ella aparece radiante ahora que puede restregarme en la cara fotos de nuestros hijos abrazados a esa bestia, pero ahora que lo de Tania se haga formal se va a arrepentir” pensó contemplando otra foto de su ex, antes que le llegara un mensaje de Whatssap.

Era un emoji de carita de ojos llorones de parte de Tania.

 

                                ¿Qué pasa? 8:59 p. m.

Necesito un favooor!! 8:59 p. m.Leer más

Carmina Cardiel | Poemas

Carmina Cardiel. Originaria de la CDMX, socióloga, escritora y acuarelista. Participante semifinalista en el Máster Slam de la CDMX (2017) y en 2018 atendió la Convocatoria FIRPPI Speed Poetry, que la llevó a presentar cinco poemas al Foro Pita Amor de la FIL – Zócalo, Ciudad de México. En 2021 fue columnista de “Butaca Violeta” para la revista digital Mujer México, en donde colaboraba con análisis de cine con mirada violeta. Amante de la observación de las dinámicas urbanas, publicó en 2022 “De la gran Anáhuac a la Favela de Polanco” en Historias Metropolitanas, revista de corte cronista urbano de la UAM-C. Como acuarelista, ha tenido exposiciones físicas y virtuales entre las que destacan el 2do. Festival internacional de poesía Saúl Ibargoyen y “Miradas convergentes” de la Galería RAB.

Escribo porque tengo la necesidad de hacerlo, porque la palabra es una de las formas más inmediatas para ir al interior y vernos de frente en estos tiempos donde, pareciera que, incluso, las emociones han sido industrializadas. Ante ese atropello pienso que, para resistir, sólo tenemos un arma: la palabra. #Escribiresmilitancia

 

 

A V E D E A G U A D U L C E

 La lengua tímida

encontró refugio

tras los dientes

durante las noches

de una ausencia

que jamás tuvo

oportunidad de

ser otra cosa

 

Las pupilas expectantes

se excitan y dilatan

con cada trazo

que lleva desde la lengua

hasta las yemas

de los dedos que

se vacían

en fondos blancos

y papel mate,

mientras le buscan

la nuca al tiempo

 

Letras y visualesLeer más

Regadera

Por Zaira Moreno[1]

La única manera de parar el tiempo es con la muerte. Observo las caras de hastío y cansancio de los pasajeros, los hombros caídos y manos manchadas de pintura blanca. El tráfico eterno y coches que zigzaguean entre carriles. Pienso en detener el tiempo para llegar puntual a mi trabajo. Recuerdo las historias de mi abuela materna cuando me decía que, si uno muere, para el tiempo. A pesar de aún tener una presencia corpórea, lo demás desaparece. Poner pausa como en el control remoto. Tachar una tarea recién hecha, dar vuelta al siguiente mes en el calendario o la graduación de la escuela primaria. Los árboles siguen, el tren que se inunda con cada tormenta, sigue. La señora del puesto de tacos de canasta, sigue; mientras que tú ya no estás más. Detienes el tiempo que transcurría en tu interior. 

 

Veinte minutos después de mi hora oficial de entrada, avanzo hacia la computadora con la pantalla parpadeante. SacudoLeer más

La Máquina de Turing

Por Victoria Cáceres[1]

Era una tarde tranquila, como todas. Josefina leía sentada en su sillón floreado, en su sala de estar con muebles estilo inglés, en su casa con jardín, en los suburbios. 

Cada tanto levantaba la vista y miraba a través del ventanal que daba al patio posterior. Por encima de los canteros de flores se levantaba una construcción a medio terminar. A Josefina se le ocurrió que empezaba a parecerse a un mausoleo. 

Antes de retomar su lectura, sonó el teléfono. Estiró la mano para alcanzarlo, sobre la mesita ratona cubierta de adornos simétricamente dispuestos. Era su vecina Jimena. Había tenido un día agitado y acordaron tomar el té juntas.

Josefina bostezó, recorrió la sala inspeccionando que todo estuviera en orden, y fue a la cocina a preparar café y tostadas. Justo cuando recuperaba su puesto en el sofá llegó Jimena. 

Morena y vivaz, parloteaba tras Josefina mientras llevaba la bandeja a la sala. Se instalaroLeer más

Karen Delgado | Poemas

Karen Delgado (Ciudad de México, 1999), estudia Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. Becaria por la Fundación para las Letras Mexicanas en la categoría de narrativa en el onceavo curso de creación literaria para jóvenes. Segundo lugar en el Premio Nacional al Estudiante Universitario Carlos Fuentes de ensayo. Tiene publicaciones en revistas independientes como Círculo Literario de Mujeres, De-lirio, Tintero Blanco y Monolito. Antologada en “Somos el GRITO”, España.

 

 

 

Iris

No conociste a mis abuelos

no sabes todo lo que pasamos

y que ya pagamos el precio

de la soledad

ni a quien vivió antes que tú

ella,

de cabellos largos y pastora

dulce, dulce como el amor

tú vives en tu mundo de caza

de caza y aullidos

En mi casa

dos masas de espuma que flotan

están en el piso y en las telas

las dos a diferentes tiempos

una en la memoriaLeer más

Perder el tiempo

Por Elive Peña

 

El cielo en la ciudad se impone completamente abierto y de un celeste intenso que solo se logra los meses al final de la primavera y comienzos del verano. No hay ninguna nube, tan libre, inmenso y eterno. Mi mente a veces se encuentra así de libre. Sin embargo un cielo como éste solo es posible con el suficiente viento. Tantísimo, que se lleva todas las nubes y nos regala este azul y ¿por qué hay tanto viento todo los días? Es el calor, la tierra está caliente, caliente, caliente. El viento sopla en un intento por enfriarla ¿cómo dejamos que esto pasara? ¿Por qué hemos llevado este mundo a tal sufrimiento? El sufrimiento no es más que nuestro.

 

Me parece increíble las palabras que brotan en mi oído, el sonido de esa voz ¿Hace cuánto que el viento comenzó? Nadie está seguro ahora, sé que hace mucho no puedo ver un cielo como esos. El gris en la bóveda es bastante aburrido ¿Qué hago cuando estoy aburrida? Debería dejar de pensar en eso, el trabajo ha sido demasiado monótono, al menos hasta que topé con este archivo. Más tarde debo revisar la vegetación y mi pequeño felino ¿dónde habré dejado sus bocadillos?

El pasado a veces es muy pesado de cargar, necesito tomarme un tiempo para no pensar más en el trabajo. Es bueno si le escribo a Ilva para nadar en la sección 14 en unas horas. El líquido apacigua el torbellino de pensamientos y la ansiedad por las tareas pendientes, me permite fluir hacia lugares que necesito.

¿Con qué soñaba esa voz en el reproductor? ¿Cómo se veía a través de sus ojos? ¿Qué Leer más

Lorena Acosta | Poemas

Lorena Acosta Iglesias (Fuenlabrada; España, 1992). Es doctora internacional por la Universidad Complutense de Madrid en la disciplina de Filosofía. Ha publicado numerosos poemas en las Revistas de Literatura ÍdolumTelescopioHerederos del KaosIbídemCósmica FanzineEspiralesPeriódico Poético, El humo, en la sección ‘No es País para Viejóvenes’ de Odisea Cultural y en la Revista Óclesis. Víctimas del artificio. Forma parte del comité editorial de la revista de literatura Periódico Poético. Hostal literario en Tecpan. Recientemente ha publicado su primer poemario titulado Kleingeist, en coautoría con Alexandru Iosif, con la editorial El drago.

 

 

 

La memoria se enrosca

clavo torcido

de la experiencia

 

así corona de espinas

mi cráneo

hendido

en cada logro

que tanta sombra

 

Aguanta.

 

Puntales

seguidos

braille párpados

erguidos

 

No perder

Ser digno

del tambor

Ritmo infinito

acelerado.

 

Escúchame

entre las cortinasLeer más

Poetas golpeadas

Por Gilda García[1]

Las notas magníficas que alcanza la aterciopelada voz de Billie Holiday inundan la estancia y es cuando caigo de lleno, secuestrada, por una vorágine nostálgica que proviene de las letras de la canción Gloomy Sunday. Me parece pertinente comenzar a hablar de las poetas de la generación beat con esta introducción musical porque dicha composición cargada de sombras, hace juego con muchos de los poemas de estas grandes escritoras.

En los años cincuenta, Estados Unidos luchaba por reinventarse, luego de su victoria en la segunda guerra mundial. Buscaban, por fin, alcanzar la sociedad utópica, la que sería el ejemplo a seguir a nivel internacional. Se esperaba que las mujeres recibieran a los soldados triunfantes como lo que representaban: héroes de guerra. Debían ser la esposa bella, el oasis en su casa perfecta que ellos merecían. Por lo anterior, las universidades en esos años recibieron menos inscripciones y hubo muchas renuncias laborales por parte de mujeres.

Es en este contexto que se genera un caldo de cultivo para la aparición de las poetas rebeldes de la generación beat. El poeta Gregory Corso (1930-2001) aseguró que tuvo contacto con muchas escritoras, pero que éstas al estar tan fuera de los estándares permitidos por la sociedad fueron encerradas en manicomios donde recibían tratamientos con electrochoques. Lo anterior me lleva a recordar un libro fascinante escrito por la periodista Nelly Bly (1864 – 1922) llamado: Diez días en un manicomio, en donde realiza un detallado reportaje sobre su experiencia Leer más