Esta herida está llena de peces, Lorena Salazar Masso desde el Chocó

Por Yessika María Rengifo Castillo

Toda alma tiene sus raspaduras.
Doménico Cieri Estrada[1]

Uno de los departamentos más violentados y olvidados en la historia de Colombia es el Chocó.  Ciudad que está rodeada de un fragmento del África, teniendo en cuenta que la mayoría de sus pobladores son afrodescendientes que se niegan a olvidar. Sin embargo, paradójicamente, el Chocó está lleno de ríos, de selvas, de hombres, de mujeres, de niños y de niñas, contando historias que se tejen en la memoria y el alma de los que entran y salen de la ciudad del pacifico colombiano.

Esta breve descripción del departamento del Chocó estaría incompleta sin recordar que el río Atrato es uno de los más caudalosos de Colombia, el cual ha sido testigo de llantos, de lamentos, de susurros de la guerra, de esa búsqueda incansable de esas madres por sus hijos. En medio de esa herida llena de raspaduras, es también un río que provee y no discrimina.

Dentro de este contexto, la escritora colombiana Lorena Salazar Masso lanzó su obra cumbre Esta herida está llena de peces, bajo las editoriales ALeer más

15 letras de tango escritas por mujeres

10. Encendí un cigarro

Carmen Baena (Ciudad de México, 1926 – Ciudad de México, ?)

Por Miguel García 

Carmen Baena Solís es una extraña luminaria en el panorama del tango en México. Proveniente de una familia de artistas (su hermano fue el violinista y compositor Federico Baena, autor de canciones memorables como «Te vas porque quieres», «Cuatro cirios», «Que te vaya bien», «Triunfamos» y otros) estrechamente relacionados con el tango (en los años 70, Federico Baena se presentaba con su orquesta en recintos de tradición tanguera como La Edad de oro, junto con Carmen y el entonces joven cantor José «El Pibe» Baena). Carmelita se presentaba con el nombre de Carmela Carmen, fue cancionista de fina sensibilidad. Su voz, llena de ternura y carácter, muestra una estética muy cercana a la de las grandes cantantes tangueras de la segunda mitad del siglo XX.

Como la mayoría de los artistas mexicanos que conocieron el tango, no se limitó a interpretarlo, se atrevió también a componer. «Encendí un cigarro» transparenta su honda comprensión del género, que supo amar y cultivar con la mayor exigencia. La historia que presenta se inserta en el tema de la nostalgia, con una sofisticación y originalidad que brillan entre el acervo de tangos mexicanos, con vuelos que alcanzan la reflexión filosófica.Leer más

Y gracias a la mujer el mexicano se aceptó

Por Manuela Herazo Martínez[1]

En el presente ensayo se pretende abordar y analizar de forma breve una de las obras base de la cuentística mexicana, La culpa es de los tlaxcaltecas, no de forma integral sino concentrándose en uno de sus aspectos literarios, la narración, partiendo de su representación como uno de los textos primordiales al hablar de la novela moderna mexicana.

En ese sentido, el objeto de este trabajo es demostrar la construcción de la idea de aceptación del mestizaje a través de los tiempos narrativos. Para ello es que se analizarán fragmentos del propio cuento desarrollando el breve estudio a través de dos ideas específicas: la alternancia de un tiempo diegético que va proponiendo la idea del mestizaje, de la mezcla; y por otro lado la concepción del personaje principal como ese puente o símbolo de enlace entre la temporalidad.

Hablar de estas estrategias narrativas que se alejan de la linealidad, ya sea horizontal o vertical, y evocar más bien un recorrido similar al de un sube y baja, es justo uno de tantos elementos que irrumpieron en la narrativa tradicional, bajo los cuales los representantes de la novela moderna concibieron una nueva forma de contar historias, alejando el foco de la Historia socio-cultural concediéndole un papel circunstancial, y dirigiendo el reflector a la construcción individual de personajes complejos.

Bajo esa tesitura es importante referirse, Leer más

Los niños alrededor de Ana María Matute

Por Alexis Álvarez Lara[1]

 

“A veces la infancia es más larga que la vida,
persiste más.”
Ana María Matute.

 

En Los niños tontos, alejada de la literatura infantil, Ana María Matute aborda temas como la muerte, la soledad, la pérdida de la inocencia y la crueldad del mundo a través de los sentidos y en la propia piel de los niños, protagonistas de los veintiún relatos breves que conforman el libro.

En apariencia inacabados, con finales abruptos y elipsis demasiado prolongadas, los cuentos podrían resultar incómodos para el lector, sin tomar en cuenta las sensaciones que puede despertar la historia misma, pero es justamente eso, el cálculo de la escritora, el saber callar a tiempo, lo que hace que el lector se involucre. Consciente de la fuerza del silencio como espacio para cederle a la tinta, al papel y la imaginación un campo libre a la interpretación.

La naturaleza, el hambre, el dolor, la muerte y el tiempo no discriminan, no hacen diferencias entre niños y hombres, atacan por igual.

El árbol, el incendio, el mar y la sed y el niño son los relatos donde la naturaleza juega un papel antagónico, simboliza la muerte. Para el niño, los árboles, el fuego y el mar representan una esperanza, la última ilusión, una manera de continuar viviendo. Son los adultos los que le aportan el tono trágico.

A veces confundimos la inocencia con ingenuidad. En sus pequeñas proporciones, demuestran la gran condiciónLeer más

15 Letras de tango escritas por mujeres

9. Café sin después

 

Andrea Bollof (Buenos Aires, 1963)

Por Miguel García

El concepto de cantautor en el tango ha sido constantemente invisibilizado. Muchos han sido los cantores que interpretan su obra propia, pero no se identifican con tal denominación. Quizás porque a su labor en la interpretación, el componer y escribir sea considerado un plus. De cualquier modo, no encontramos mejor término para definir el rol artístico de Andrea Bollof.

Como varias de nuestras autoras actuales, ha participado en concursos de composición y de canto, siempre con menciones especiales y primeros lugares. En 2011, fue premiada como cantante femenina en el Festival Nacional de Junín 2011; ese mismo año, obtuvo el primer lugar en el Certamen Hugo Del Carril en la categoría Letras con su milonga «Hojas quemadas», con música de Marcelo Saraceni.

Esto es apenas una muestra de su destacado desempeño como artista. Su preparación incluye estudios en la Escuela Popular de Música del Sindicato Argentino de Músicos; completó el Seminario de Estilos Tangueros Argentino Galván, impartido por la Academia Nacional del Tango y, en la misma institución, el Curso de Letristas. AsistióLeer más

15 Letras de tango escritas por mujeres

8. Sin nada más

Vero Bellini (Buenos Aires)

Por Miguel García

Verónica Bellini es egresada de la Escuela de Música Popular de Avellaneda y de la Escuela Nacional de Música J. P. Esnaola, importantes instituciones en Argentina. Con una sólida preparación musical, ha formado parte de diversos conjuntos: Verano Porteño, La Revancha, Las del Abasto, etc.; asimismo, se desempeñó como instrumentista en los espectáculos del legendario Café de los Angelitos y en Complejo Tango. Todo esto, con el rol de pianista.

Su experiencia como escucha de tango la llevó a Piazzolla, de ahí empezó a conocer al resto de los artistas importantes hasta llegar a Gardel. Pero en ese recorrido del tango vanguardista de la segunda mitad del siglo hacia el tango vocal de los 20 y 30, se dio cuenta de que no había suficientes tangos escritos por mujeres (o al menos no suficientemente difundidos). Percibió además cierto dogmatismo de los tangueros más tradicionales, el viejo prejuicio de «lo que se hizo en el pasado sí es tango y lo nuevo no vale la pena ni conocerlo». En ese Leer más

La Venus de las mordidas: Carnívora (2022) de Karen Cano, Ediciones del Olvido.

Por Francisco José Casado Pérez[1]

No debería escribir esto, pero algo en la tripa –junto al hígado y por detrás del páncreas– me dice: hazlo. Llevo tiempo sin cuestionar esa sensación y, por lo visto, ha funcionado. Cómo no funcionaría, si lo visceral viene justo desde lo profundo del cuerpo, donde la vida ocurre y termina. Además, es ahí donde en justa medida, en modo anti Benigni, las neuronas intestinales saben que la vida (a veces) no es tan bella por efectos, causas y afectos en constante frecuencia dentro de la paranoica cotidianidad de nombrar inmediatamente lo visto para reconocer el mundo, darle significado y sentido al otro, pero especialmente a uno mismo.

Cuando se lee planta carnívora, de inmediato se piensa en aquellas plantas cuyas hojas y tallos multitask, al mismo tiempo hacen la fotosíntesis y atrapan insectos, otras plantas e incluso animales pequeños, dando un giro epistémico a la cadena alimenticia. Hechos que también se extiende a otras especies, como algunas ranas selváticas cuyo pequeño tamaño y colores vibrantes son letal advertencia que no debe tomarse a la ligera, a pesar de su proximidad estética al plumaje de algún ave exótica. En otras palabras, lo bello tiene su grado de peligro, pero no por una Leer más

15 Letras de tango escritas por mujeres

7. Cómo dormir sin ti

Bereiz (Ciudad de México, 1982)

 

Por Miguel García

Bereiz (Berenice Reyes) es la única exponente del tango electrónico —o, dicho más propiamente, tango fusión— con obra propia editada en México. Desde el principio, ha mantenido una congruencia, una fidelidad a su búsqueda estética, sin ceñirse a moldes concesivos para instalarse en el ámbito de la industria de la música comercial; todas sus producciones han sido independientes, realizadas con sus propios medios y recursos.

Fue conquistada por el tango del mismo modo que la mayoría de las personas aficionadas en las últimas generaciones: por el baile. Pero la bola de nieve fue creciendo hasta que no le bastó sólo bailar: empezó a escribir textos a manera de poemas, se auxilió de músicos para dar melodía a sus palabras, se animó a cantar, viajó a Buenos Aires con la convicción de aprender más sobre el género, su historia, sus raíces, sus códigos, siempre ubicada en el presente y las propuestas más novedosas en cuanto a estética musical y poética. Inclusive, adquirió un bandoneón y comenzó a aprender a tocarlo.

Alguna noche del año 2000, Bereiz llegó a la milonga El Arrabalero, la más longevaLeer más

15 Letras de tango escritas por mujeres

 

6. Garabatos de mujer

Micaela Sastre (Buenos Aires, 1880 – Buenos Aires 1962)

Por Miguel García

Micaela Sastre fue una maestra cultísima que provenía de una familia asimismo ilustre, y autora de buen número de libros de poemas, sobre todo para niños. En su momento, no quiso firmar como suyos los tangos que escribió, pues era inaceptable que el nombre de una maestra tan insigne fuera relacionado con la palabra tango. Por ello, en algunas de sus canciones le daba todo el crédito a su hijo Rodolfo, autor de la música, o usaba el pseudónimo de Michel Tailor, juego en el que vela su nombre y lo trueca por sus equivalentes en inglés.

Esta conducta de ocultar el nombre propio a cambio de un pseudónimo neutro o masculino fue recurrente entre las autoras de la época, primeras décadas del siglo XX. Por supuesto, adoptaban el género masculino con el propósito de la congruencia, pues en sus tangos desarrollaban acciones contadas en voz de hombre. Es curioso que los tangos en voz de mujer («Loca», «Padrenuestro», «De mi barrio», «Volvé», etc.) fueron todos escritos por autores masculinos.

A finales de la década de los años 20, Carlos Gardel, en su búsqueda incesante de material tanguero cantable para llevarlo al disco, decidió interpretar dos piezas de Micaela y Rodolfo Sastre: «Refucilos» y el que tratamos aquí: «Garabatos de mujer».

 

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Garabatos de tu mano

que tan sólo entiendo yo,Leer más

15 Letras de tango escritas por mujeres

5. Palermo viejo

Bibí Albert (Buenos Aires, 1944)

Por Miguel García

Con una obra extensa y consolidada, Bibí Albert es una de las letristas del tango más importantes de la generación que apareció después del boom de Horacio Ferrer, Eladia Blázquez y Héctor Negro. Su labor como creadora la ha llevado a impartir talleres de escritura poética. No le es ajeno el hábito literario de la poesía de libro ni el de la poesía de canción.

Fue ganadora del premio OTI internacional en 1994 con su «Canción despareja», y de ahí siguieron innumerables premios en certámenes nacionales e internacionales. Asimismo, ha publicado varios volúmenes de poesía y narrativa; sus textos han sido difundidos en diversos medios impresos y virtuales. Ha sido editora, conductora de radio, ha dirigido cafés literarios. En fin, es una incansable difusora de la poesía, la lectura, la canción y el tango.

En 1998, SADAIC (la Sociedad Argentina de Autores y Compositores) lanzó la convocatoria de un certamen de tangos.  Bibí Albert y su marido, Pocho Lapouble —reconocido músico de jazz— nunca habían escrito ese género de canción; se aventuraron con una melodía fresca, interesante, y una letra honesta, llena de nostalgia. Su «Palermo viejo» fue acreedor del primer lugar. Esto marcó el inicio de una extensa obra autoral tanguística.

 

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Crecí aquí,

a media cuadra de las citas domingueras

de las morochas con los soldados,

en esos tiempos de jugar en la vereda,

de calesita, cine y helado.

     Después me fui,

viví mudando de balcón mi primavera

y echó raíces mi desarraigo.

Y Zannetín también se fue y la panadera

que me vendía caramelos de fiado.

     Pero a ese paso cascabelero

de los mateos va mi costado

hacia el Zoológico, hacia el Botánico,

con paso esdrújulo pasea mi barrio.

     Yo soy de Palermo Viejo,

como Cortázar, como Carriego,

y cuando salgo de tardecita

por los pasajes me los encuentro.

     Yo soy de Palermo Viejo,

pago de Borges, Ferrer y Negro,

y en el bullicio de la placita

vuelve a hamacarme la voz del tiempo.

     Por fin volví,

traje a mis hijos a vivir de otra manera,

entre jazmines, frente al estaño

del almacén donde mi viejo —¡quién lo viera!—

se amanecía con el truco y sus milagros.

     Yo soy de aquí.

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