Por Sofía Alvarado[1]
I.
Luego de copiar ocho veces La guerra y la paz a mano, 1300 hojas cada vez, es decir, 10400 páginas en total, Sofía reclama como suya la novela.
Sofía Tolstói, copista y esposa de León Tolstói, transcribe a máquina todo cuanto escribe el marido. Dice en uno de sus diarios: “en la transcripción del mismo escrito hecho por décima vez no queda nada”.
Este pequeño acto, ocurrido en lo cotidiano, no tuvo ninguna trascendencia, igual que hacer una sopa o lavar la ropa, sus palabras quedaron guardadas en aquel diario confesional. Le han dicho antes que sería la esposa ideal para un escritor, “niñera del talento”, le escribe un amigo cercano.
Sofía Behrs —así se llamaba antes de ser La escriba— soportó casi ecuánime la locura del gurú Tolstói, con excepción de un hecho que la marcaría como loca a ella y no a él, a pesar de las varias excentricidades de su esposo. En medio de la desesperación, Sofía salió de su casa desnuda en pleno invierno ruso, se tumbó en los campos helados y amenazó con envenenarse. A partir de este hecho, Tolstói huyó, agarró una pulmonía y murió.
En cuanto Tolstói desapareció, Sofía Behrs «recobró» la razón y vivióLeer más