Perras de Reserva y su transtextualidad.
Por Greta Ramos[1]
Las mujeres poseen la condena a la expectativa y el ostracismo, a la pausa del tiempo por el tedio de la espera, de la silla del testigo y de la ausencia de la historia. Perras de reserva de Dahlia de la Cerda presenta una serie de personajes femeninos que protagonizan trece cuentos en los que claudican ante un sistema entrelazado con la violencia, el narcotráfico y el patriarcado.
Gerard Genette, en Palimpsestos, nombra el término transtextualidad como la ‘‘trascendencia textual del texto’’ (p.9). Este aspecto de la textualidad permite el diálogo de los textos con otros, la historia, la sociedad y, por ende, la cultura. En 1992 Quentin Tarantino despega en el mundo cinematográfico gracias al filme Reservoir Dogs, traducido en México como Perros de Reserva, con un cast enteramente masculino que cuenta la historia de un grupo de delincuentes y un atraco. Se le clasifica dentro del género cinematográfico neo-noir y descubre al espectador una trama gris, fuera de la historia de justicia ya contada donde el bien siempre vence, con personajes que se desenvuelven en una escala alejada de la dualidad moral y que se encuentran a la espera, también, de la posibilidad de la acción.
En el libro Perras de reserva la relación architextual permite cuestionar la presencia del género neo-noir literario en un México que se distancia del mundo americano, sin olvidar mencionar lo que ocurre con la transformación del cast masculino por el ‘cast’ totalmente femenino de Dahlia de la Cerda. Si bien parece evidente la influencia de la literatura latinoamericana actual escrita por mujeres como Mariana Enríquez, Selva Almada, Mónica Ojeda o MaríaLeer más