Interpretación feminista del cuento “Santa Milagros” de Marliz Giraldo Quesada

Por Victoria Marín Fallas

 

 

Diosas mutuas,
claraboyas y velas de cierto color en el andén.
De fondo el collado verdea y se extiende,
Hamartia no existe.
Solo ellas diosas mutuas y la hora que viene…
Lara Solórzano

 

El cuento que nos ocupa fue escrito y publicado en 2021 en el blog personal de la autora Marliz Giraldo (https://decocinayescritura.blogspot.com/), una escritora emergente que ha participado en dos proyectos literarios relativamente recientes, la antología Nueva Poesía Costarricense (Ramírez, 2020) y Anábasis, antología de narrativa fantástica y ficción histórica (Marín, 2020). Varias de sus obras evidencian una marcada preocupación por la violencia de género y la liberación femenina, preocupación que bien podría estar implícita en este relato; pues, partiendo del tópico de la rivalidad entre familiares, el cual ha formado parte del discurso mitológico de varias culturas, del discurso histórico e incluso de la tradición bíblica, Giraldo nos presenta una alternativa capaz de romper este patrón: la conjunción de amor y sororidad. Además, la autora trae a colación el tema de lo sagrado femenino, cuyo reconocimiento implica dar paso a una espiritualidad más abierta, capaz de incentivar el cambio y la igualdad, incluso dentro del marco de una religión patriarcal.

Este relato se ambienta en la Costa Rica contemporánea, y las acciones (o prodigios) ocurren en el lugar en donde habitan Milagros (la prima virtuosa y alabada) y Dolores (la prima envidiosa e increpada). Tienen lugar en el barrio, el cementerio de la localidad, la casa de Dolores y su floristería, escenario en donde también se enmarca la complicación que motiva el desarrollo de la historia: la difícil situación del negocio de Dolores seguida de la muerte de Milagros, quien, atendiendo a las súplicas de su desesperada prima, concede la recuperación de la floristería tras la violenta exhumación de su cuerpo incorrupto y, más adelante, también fugitivo, del cual emana un aroma perfecto a pesar de que llevaba meses enterrado. Gracias a esto se logra la reconciliación que llegará a concretarse en la muerte dichosa de Dolores y la reaparición del cuerpo de Milagros junto al suyo, en la floristería (de cuyo piso de cemento brotan flores). Ante tales hechos, surge el deseo de canonización de las primas por parte del Vaticano, lo que ocasiona la desaparición de ambos cuerpos y la recuperación de ese estado de unión dado por el origen que comparten las primas, su entorno familiar e incluso su género.

Si nos enfocamos en los valores axiológicos que operan en la narración, resultaLeer más

Algo de punk, por favor

Por Franco García[1]

El Acapulco punk y otras historias del sur
Paul Medrano
México, Editorial Universitaria UANL, 2021

 

Cada que escucho o leo sobre periodismo gonzo, mi mente en lo único que  piensa es en el personaje de The Muppets. Sí, el eterno enamorado de Miss Piggy. No obstante, todo se remonta a la década de los sesenta y su máximo exponente: Hunter S. Thompson (Kentucky 1937 – Colorado 2005). Después de él, nada será igual en el periodismo. Hoy el periodismo gonzo se puede encontrar en casi todo el país y en particular en el sur. Y tiene mucho, mucho humor. Hablo, sin más, de Paul Medrano (Tamaulipas, 1977). Maestro y periodista radicado en Zihuatanejo, Guerrero. Autor de los libros Dos caminos, Flor de Capomo, Noches de yerba, Deudas de fuego, Vicio final, Balada de Testaferro y Nieve de Mango.

“No les voy a mentir. Casi todos los textos reunidos en este volumen fueron escritos por un impulso muy natural en el periodismo: la falta de dinero. Hacer periodismo lejos de las grandes ciudades debería ser motivo de elogio. Y no lo digo por mí que, con 20 años en esta vaina, soy relativamente nuevo. Lo menciono por tantas y tantos reporteros, editores y fotógrafos que día a día hacen posible leer un periódico en (o desde) el interior de la república mexicana”.

Así nos adentra en su más reciente libro de crónicas: El Acapulco punk y otras historias del sur (UANL, 2021). Acapulco es una isla, un país aparte (y decadente), Leer más

Gilmer Mesa al paredón

Imagen de © Julián Gaviria Arteaga

Por Julio Macott

Gilmer Mesa nació en 1978 en Medellín, Colombia, donde ha vivido siempre. Es licenciado en Filosofía y Letras y magíster en Literatura de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, de la cual es ahora profesor. Su primera novela, novela, La cuadra (Literatura Random House, 2016), ganó el Premio de la Cámara de Comercio de Medellín, y es considerada uno de los debuts más deslumbrantes de la literatura colombiana en las últimas décadas. En 2021 publicó Las travesías.

La condición de Gilmer Mesa es la de quedarse con la condición inquieta y despegada, que no echa raíces ni en una tierra ni en un tema. Como la mata convocada por una misteriosa apetencia crece, se inclina para buscar la luz.

Gilmer Mesa cedió para Enpoli esta entrevista espontánea, casi instantánea.

 

Julio Macott

¿Qué hora es, Gilmer?

Gilmer Mesa

 12:57 p.m.

J.M.

¿Qué sucede en estos momentos a tu alrededor?

G.M.

Mi gata está recostada en mi antebrazo, el sol seca mi ropa recién lavada y yo escribo esta respuesta.

J.M.

Ve a tu biblioteca y toma un libro al azar, ábrelo, léenos un párrafo.

G.M

El sargento era muy conocido en los putiaderos por conejero220 y bebedor y duro con las hembras, moría de la risa contando las mujeres que había tenido en sus corridas de buenavida y tumbador a la brava.

—Nada mejor que la metanga, pa eso no más sirven las hembritas.

Altotote él y cañero hablando de sus hazañas en el monte persiguiendo bandidos y, llegao el caso, y si una campesinita, pues… Lucita oía, Lucita lo miraba y también empezó a tomar pa revolver su rabia, disimuladora. El sargento se le pegó con harta gana de comérsela, y la invitó a pasiar por esas mangas.

Allá fue el asunto, lo dejó empelotarse, ella se dejó manosiar en lo oscuro, esperó el mejor momento y de un navajazo le tajó el chimbo de raíz. Señores, todavía se oyo el grito por esas cañadas…» Aire de tango, Manuel Mejía Vallejo.

J.M.

¿Qué te dice ese párrafo, Leer más

Eros multifacético: diferentes tematizaciones del erotismo desde la poesía de Cristina Peri Rossi en Estrategias del deseo (2004)

Por Francisco Tinajero[1]

Las palabras son espectros
piedras abracadabras
que saltan los sellos
de la memoria antigua
“Las palabras son espectros”,
Cristina Peri Rossi
 

 

Como ya advertían Friedrich Engels y Karl Marx en 1848 con su lapidario enunciado “todo lo sagrado[2] es profanado” (23)[3], en una época histórica de desarrollo económico exacerbado y de sobreproducción, como la contemporánea, muchos de los rasgos distintivos de la humanidad (la unicidad, sexualidad, intimidad, vulnerabilidad, entre muchos más) se ven desprovistos de su aura, en términos de Walter Benjamin. Una de esas características confiere al ámbito de lo erótico.

No es un secreto que la actualidad se caracteriza por un constante estado de sobreexposición de lxs sujetos; tanto en la posición de “espectadores” como en la de “actores” —dentro de la llamada “sociedad del espectáculo”—. Es decir, aunque el desnudamiento ontológico impera en las relaciones sociales —he aquí la importancia de la ética de la vulnerabilidad—, el interés mercantil predomina sobre cualquier otro. Por eso es usual observar la hipersexualización como estrategia principal de venta en múltiples campos: sea en la música y el cine o en productos de uso cotidiano.

El resultado de este y otros procesos similares conlleva a una explotación no solo de los cuerpos —que no es algo menor; es condenable—, sino también de la capacidad de vínculo humano mediante la sensualidad; hasta el punto de la vaciedad y sequía erótica. A este respecto, valdría la pena recordar el último diálogo de la protagonista del filme dirigido por Lars von Trier Nymph()maniac Vol.1 (2013), Joe (interpretada por Stacy Martin), quien desesperada por la incapacidad de percibir el contacto sexual de su pareja entra en una crisis emocional y existencial: “No siento nada” (01:52:46).

No obstante, aunque el panorama actual de lo erótico es nocivo, existen Leer más

El padre que no queremos ser: Desaprendiendo la paternidad con John Cheveer

Por Alan Román[1]

Muy bien, es hora de que hablemos de patriarcado. Sí, sé que este término parece sobreexplotado últimamente, pero si reconocemos una masculinidad hegemónica, ésta no podría serlo sin el patriarcado. Comencemos con lo más sencillo, que en la mayoría de los casos es donde más confusiones hay. El patriarcado es un sistema social por el cual los hombres tenemos ventajas y privilegios sobre las mujeres (Lerner, 1990) implicando una jerarquía tanto institucional como cultural masculina. Y ya los estoy escuchando: “¡Yo nunca en la vida he tenido privilegios sobre las mujeres a mi alrededor! ¡Yo he tenido que partirme el lomo por lo que tengo como cualquier otra persona!” Si, Emanuel, ya te oímos, ahora sigue leyendo. Estas son aseveraciones comunes, pero erróneas, porque sí tenemos privilegios, sí tenemos que cuidarnos menos, que pensar menos en nuestras acciones, pero lo que ocurre es que muchas de las situaciones son cotidianas y nadie nos ha enseñado a observar o criticarlas, sino todo lo contrario, se han empeñado en reproducir los estatutos que reafirman este sistema. Lo que termina por formarnos como varones egoístas, machistas y discriminadores.

Parte de la labor para normalizar los preceptos patriarcales la ejecutan los medios y productos culturales, es decir, las películas, las novelas, las telenovelas, los libros, etc. Ahí solemos encontrar historias donde se resalta la acción masculina, relegando la femenina a tropos secundarios, y son los mismos productos culturales los que han creado el monolito sagrado del padre todopoderoso. La figura que aplica una paternidad dura, ríspida, como un modelo perfecto para reproducir la masculinidad hegemónica (Rodríguez, Pérez y Salguero, 2010). Crecemos con una figura masculina, real o ficticia, que nos hace crecer y añorar imitarlo, para en un futuro nosotros ser los que inspiremos a nuestra progenie. Por ello parece que los hombres no podemos dejar de ser padres, no podemos quitarnos el estigma del deber cumplir como proveedores y ejemplos a seguir, que hará de nosotros hombres completos, aunque nuestro mismo desequilibrio emocional afecte al de nuestros hijos o pupilos. Pero los productos culturales no son los únicos responsables de esta construcción de deseo paternal, sino las propias experiencias sociales Leer más

Un diálogo sobre el Patrimonio Documental como símbolo de la memoria

Imagen tomada de archivogeneral.zacatecas.gob.mx

Por Carla Isabel Rodríguez Saucedo[1]

Resumen

A través de las eras, el ser humano se ha valido de diversos métodos de comunicación para transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones, implementando sonidos, señas, formas, colores, etc., sin embargo, estos se hayan atados a un significante sociocultural que limita el entendimiento universal. No es si no hasta la invención del papel que podemos dar cuenta de los sucesos acontecidos en épocas pasadas y posteriormente, y ampliar la recepción de los mensajes gracias a la invención de la imprenta.

Introducción

El impacto que ha precedido el uso del libro como un medio de comunicación masivo ha cambiado el devenir de la humanidad y la forma en cómo interactúan unos con otros. Actualmente, se producen cerca de 340 millones de libros en México, por lo que el esfuerzo por conservar el acervo documental es titánico, ya que las capacidades necesarias en espacios como bibliotecas, museos o librerías se ven rebasadas en comparación con la fuerte oferta y cada vez menor demanda. ¿Cómo es posible definir qué libros conservar y cuáles no? ¿Cuáles pueden ser considerados patrimonio y lograr un estatus lo suficientemente relevante para sobrevivir al paso del tiempo y a los cambios socioculturales?

Fotografía: Carla I. Rodríguez. PRÓLOGO GALEATO. RELACIÓN DE LA VIDA DE LA V. MADRE SOR MARÍA DE JESÚS, 1759. Resguardado en la Biblioteca de Colecciones Especiales Elías Amador, Zacatecas, Zac.

El patrimonio documental forma parte de una larga lista de bienes culturales que se consideran importantes para el desarrollo y entendimiento del ser humano. Esto antecede a la construcción simbólica que envuelve la cultura y el entorno social de una comunidad, en la cual se ven inmiscuidos diversos aspectos de identidad, lengua y creatividad, englobando así una larga lista de componentes, conocimientos y bienes de distinta índole, tanto materiales como inmateriales.

Por ello, desde hace ya un par de décadas, la UNESCO, así como otras instituciones nacionales y académicos especialistas, se han encargadoLeer más

Hécate, la triple diosa

Por Carla Isabel Rodríguez Saucedo[1]

Resumen

Si hay algo que caracteriza a la cultura griega es, ni más ni menos, su riqueza mitológica, pues de ella nacen grandes epopeyas clásicas, cargadas de una importancia tal, capaz de inspirar construcciones, pinturas y esculturas aún en nuestros días.

La Mitología Griega no dista de otras culturas cuya creencia tiene un valor politeísta y patriarcal, donde Zeus, Poseidón y Hades rigen sobre la tierra, el cielo, el mar y el inframundo, aun así, es común encontrar a otros dioses siendo venerados en la región de Grecia por sus aportes a la humanidad o sus facultades sobre la naturaleza, es aquí donde encontramos una figura fuera de lo convencional, representada con tres rostros y llamada con distintos nombres, Hécate.

Introducción

Si bien las deidades pertenecientes a la mitología griega son bastas, regularmente suele enaltecerse a 12 seres olímpicos, tan magníficos como peculiares, entre los cuales encontramos una clásica trinidad masculina regente y suprema, Zeus, Poseidón y Hades, quienes, tras derrocar a su padre Cronos, Leer más

Micropoesía en “Efigie de un dilema de amor”, de Estrella Lecca

Iamgen tomada de: Ni Más Ni Menos

Por Juan Martínez Reyes[1]

El proceso literario en Chimbote, Perú, siempre se va renovando cada cierto tiempo. Nuevas voces surgen para traernos sus inquietudes y experiencias a través de sus obras. Una de ellas, es Estrella Lecca, quien entrega su ópera prima, el poemario “Efigie de un dilema de amor”.

Este trabajo poético se suma a las obras de jóvenes poetas que van incursionando en el camino de la poesía, el arte de trabajar la palabra con la fuerza de la emoción y el sentimiento. Esta obra está conformada por veinticuatro poemas, seis de ellos ligados a la brevedad, es decir, pertenecen a la clasificación de micropoesía, una tendencia en estos tiempos de postmodernidad.

El término micropoesía alude a aquella modalidad textual poética, breve y con estructura libre. Aunque aún no existe un parámetro cabal para designar cuantos versos debe tener un micropoema, consideramos que no debe sobrepasar los ocho versos. En esa línea, encontramos los poemasLeer más

Lo fantástico en dos cuentos de Emiliano González según la teoría de David Roas

Por Alejandro Garrigós Rojas[1]

1. La teoría de lo fantástico de David Roas

En su libro Tras los límites de lo real (2011)[2], el escritor y académico español David Roas formula su propia teoría de lo fantástico a partir de la discusión de las definiciones precedentes, desde las cuales plantea que lo fantástico no es estrictamente una noción estructural como lo propuso Tzvetan Todorov, sino más bien una discursividad intertextual que se define por su relación entre el texto literario y ese otro texto fuera de él, que es lo que llamamos ‘realidad’, entendida ésta como una noción cultural. Así, la forma artística llamada fantástica se construye por “el conflicto entre lo real y lo imposible”.[3]

La función de este tipo de ficcionalidad sería la de expresar una “voluntad subversiva que, ante todo, busca transgredir esa razón homogenizadora, que organiza nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos.”[4] Roa suscribe las ideas de José María Merino quien afirma que la razón de ser de la literatura es la de “hacer la crónica de la extrañeza”,[5] debido a que nada en este mundo ni en nuestra vida no es raro: la misma condición de ‘naturalidad’ de las cosas sería algo ontológicamente ‘raro’. Así, la literatura y las artes de lo fantástico tendrían como finalidad ilustrar esa irrupción en el ámbito ‘normal’ o ‘cotidiano” de un fenómeno de apariencia imposible tal como lo comprendemos nosotros, desestabilizando las certezas de lo que conocemos, mismas que estructuran nuestra noción de lo real y lo posible. En definitiva, lo fantástico, como categoría estética, “destruye nuestraLeer más

Sobre la saga que le dio corazón a la novela negra

Por Jimena Adriana Rivera Álvarez[1]

En 1994, salió a la luz The Alienist, un libro que inesperadamente se convertiría en un gran éxito, pasando seis meses en la lista de bestsellers de The New York Times y que hoy en día se le conoce como un clásico moderno en Estados Unidos. Bajo la gran casa editorial Random House, el historiador y autor Caleb Carr nos presentó una novela negra como ninguna otra, que el tiempo no ha logrado mancillar, un logro que pudo igualar con su libro sucesor, The Angel of Darkness, publicado en 1997.

Si te preguntas sobre qué van estos libros, tendré que contarte un poco sobre Nueva York a finales del siglo XIX; si bien se habla de cómo Estados Unidos atravesaba su Época Dorada, entre la riqueza y glamur de esa época, también había un gran problema de pobreza, enfermedad y desigualdad que terminaban en crear horribles catástrofes. A lo largo de The Alienist seguimos la investigación de un crimen en donde niños pobres e inmigrantes que no encontraron otra salida más que la de vender su inocencia son asesinados y mutilados a sangre fría por uno de los primeros asesinos en serie de la época. Mientras que en The Angel of Darkness nosLeer más