Las mujeres y el derecho ¿aliados o enemigos?

Por Erick López Huerta

En la sociedad mexicana actual, han surgido diversos movimientos en favor de la liberación de las mujeres y en contra de la violencia de género y la desigualdad de condiciones que esta conlleva. La sociedad está dividida entre la cultura machista, los grupos feministas y la parte de la población a los que les parece indiferente lo que le pasa al sector femenino del país, porque es una realidad que, actualmente, ser mujer en México es un juego de azar, es vivir en una incertidumbre constante llena de preocupación, es una verdad innegable que no se puede ocultar con frases típicas como “andaba en malos pasos”, “salió muy tarde” o el clásico “se vestía muy provocativa”.

A simple vista, podríamos responder la pregunta inicial argumentando que el sistema jurídico mexicano favorece y protege plenamente a las mujeres, total, las que ganan los juicios de custodia en su mayoría son mujeres; hay menos mujeres en situaciones de pobreza; que del índice de homicidios del 2019 (36,476 homicidios), 32,372 fueron hombres y solo 3,874 fueron mujeresLeer más

Sentite como en tu casa

Por Lic. Geraldina Dana[1]

Toda vez que nos anfitrian con la frase del título sabemos automáticamente que somos huéspedes. No extranjeros, pero tampoco residentes. Esto es así porque las personas nos relacionamos con base en roles que nos son socialmente designados a través de las palabras. A su vez, cada ámbito tiene un código propio de roles y palabras que son aceptadas —o no—. Por eso, muchos de nosotros tenemos nombres y apodos por los que sólo nos llamarían nuestras familias, parejas o amistades, mientras que, si a su vez detentamos algún cargo público, quienes quieran mostrar respeto al mismo lo utilizarán seguido de nuestro apellido. Este código de formalidad, reconocimiento de la autoridad y distancia es propio de la esfera pública. En ella, presentarán a alguien a quien en su casa llamen “Toto” como “el Ministro de Finanzas de la Nación”.Leer más

Necropolítica de género como régimen de gobierno

Un México sin nosotras

Por Diana Marisol Hernández Echevarría [1]

 

Incontables anuncios recorren titulares de periódicos y noticieros que dan cabida a los crímenes de género que asolan día a día a uno de los países más feminicidas: México. Un país que se llena orgulloso de ser liderado por la cuarta gran transformación donde aún no caben las mujeres[2].

Bajo el yugo de la nueva transformación y normalidad se esconden los crímenes de los cuerpos que no importan en un país que no atiende los gritos de auxilio del “Nos están matando”, donde día a día el acoso se respira y la voracidad de la violencia popular se normaliza al ver los cuerpos sin vida, los cuerpos que no importan.

En una nación soberana como lo es México Leer más

La penalización radical del aborto en la República de El Salvador (1998-2020)

Un crimen contra los derechos humanos de las mujeres

Por Sigrid Gutiérrez Aquino[1]

  1. Introducción

Los derechos humanos son inherentes a todas las personas, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición (ONU, 1948). Estos tienen por objetivo garantizar la dignidad humana en todos sus aspectos, lo cual incluye los derechos sexuales y reproductivos, relacionados con el libre ejercicio de la sexualidad, la reproducción, el acceso a servicios médicos de calidad, la educación sexual y la interrupción voluntaria del embarazo en los casos más esenciales para la salud mental y psicológica.

Los Estados que penalizan completamente el aborto hacen partícipes al sistema de salud, judiciario y penitenciario en una serie de violaciones contra los derechos humanos de las mujeres. Esta práctica tan radical está íntimamente relacionada con la violencia de género que existe en AméricaLeer más

La violencia de género en tiempos de coronavirus

Imagen: Martina Rodriguez temerosa detrás de su puerta. Foro de : Natalye Monroy.

Por Natalye Reyes Monroy

Las manifestaciones y las tomas de instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos por colectivas feministas a lo largo del país son acciones que resultan de una cada vez mayor necesidad de reconocimiento por parte del ejecutivo Federal del aumento de los feminicidios, la violencia feminicidas y la violencia contra las mujeres con sus multiplicidad de rostros, así como la exigencia de acciones que frenen la impunidad, la falta de justicia y resolución de las denuncias en los casos de acosos, feminicidio y violencia contra las mujeres.

“¿Podríamos darnos prisa? Mi esposo no tarda en llegar y no quiero que me vea platicando contigo”, con exaltación expresó Rebeca Aguilar mientras regaba su jardín; la señora de 43 años traía puesto un mandil roto y un ojo morado.Leer más

La esfera profesional de las atletas: autonomía vs patrocinadores

Víctor Alí Mancilla Gaytán[1]

 

El deporte en la vida cotidiana de los seres humanos representa un sinnúmero de atributos que muchas veces se reducen a la sustitución de la actividad física que de manera natural realizaban los ancestros humanos para sobrevivir (cazar, desplazarse, huir, etc.), y que, en la actualidad, se entiende comúnmente como una simple actividad de recreación física y mental, una especie de pausa a nuestra ajetreada vida actual para poder disfrutar de un partido con compañeros y que, además, nos ayuda a mantener un cierto nivel de salud (y cierto estatus) en nuestros cuerpos. Sin embargo, existe una forma más de entender el deporte: como una forma de conseguir el capital necesario para subsistir o, en otras palabras, la concepción del deporte como un empleo formal.

Esta última es la concepción menos evidente de todas, y tal vez la más confusa, ya que muchas veces se suele pensar que la gente que practica algún deporte lo hace por mero pasatiempo, nada serio (situación que también sucede con quien se dedica a la música). Leer más

Sororidad y Primates

Análisis de caso y reflexión crítica para una argumentación moral desde la ciencia

Por Carmen Rodríguez Martínez[1]

La avasallante marea verde ha puesto sobre la mesa múltiples temas para discutir. Así, la opresión hacia las mujeres es un asunto que se discute desde muchos flancos. Desde la filosofía, cabe hacerse la pregunta, si la ciencia —en particular la biología y disciplinas afines— tiene algo para decir en estos debates de carácter moral. Uno de los rechazos más frecuentes viene de la presunción de que hablar temas morales desde la ciencia implica un reduccionismo biológico que atenta contra el avance y progreso logrado por la cultura, y que contradice la libertad humana —capaz de contravenir los mandatos de la naturaleza—. Otro rechazo muy común es aquel que dice que partir de la ciencia en argumentaciones morales nos llevará a caer en la falacia naturalista, pues deduciríamos a partir de lo que de hecho es, lo que debería ser. Así, dado el carácter descriptivo de la ciencia, tenderíamos a solidificar el estado de cosas, en este caso la opresión, más que a subvertirlos. Curiosamente, ambos rechazos desconocen y contradicen la perspectiva evolucionista, para la cual la “naturaleza humana” no implica de ningún modo un conjunto de rasgos fijos o permanentes, sino más bien un testimonio de aquellos rasgos que han aparecido y sobrevivido al tiempo, en determinada especie, en función de que ellos proporcionen una mejor adaptación al ambiente.Leer más

Los espacios separatistas como recuperación y resignificación de las reuniones de mujeres

Por Ximena Cobos Cruz

Si la cultura es resultado de la relación de los grupos humanos con el espacio en que viven, en el contexto de sociedades patriarcales, donde la heterosexualidad como régimen legitima y sostiene la división sexual del trabajo, por lo que las mujeres han sido relegadas y sujetas únicamente a ocupar el espacio que Giménez Montiel (2005, pp. 11-12) considera más elemental o primario dentro del modelo escalar, la casa, resulta no tan difícil entender que las reuniones de mujeres sean una práctica cultural bastante común. Pensando en el espacio de lo público y lo privado, los hombres tienden a salir del hogar y de los territorios próximos, se reúnen en asambleas para tomar decisiones sólo entre ellos, mientras las mujeres históricamente han sido apartadas de los espacios políticos ―vistas no en igualdad, sino en oposición absoluta al hombre, no pueden compartir los espacios de toma de decisiones―, la socialización de las mujeres, entonces, es “naturalmente” conducida a agruparse entre ellas. Así pues, las mujeres no ocupan los mismos lugares en los espacios sociales porque existe una relación de poder desigual entre la clase mujeres (la clase oprimida/ subalterna) y la clase hombres (opresores/ hegemónica); el capital cultural, económico y social se les niega y restringe, al tiempo que causa la estigmatización de sus espacios, de aquí puede derivar que las reuniones de mujeres, enmarcadas bajo el estigma de un código restringido[1], se consideren mero discurso fútil, chisme. Ante este panorama, parece necesario estudiar los espacios de mujeres que se empiezan a configurar a voluntad y como reclamo ante los espacios mayoritariamente masculinos, cada vez con más fuerza, en la última década ―quizá―, bajo la condición fundamental del separatismo,Leer más

Los absurdos aforismos de la evasión

Imagen de portada DANIEL LEAL-OLIVAS, AFP/GETTY IMAGES

Por Fausto Bonilla

 “A los hombres también nos matan, all lives matter, y a los blancos también nos discriminan” son sólo algunos de los muchos y evidentes ejemplos del esfuerzo de los opresores por desviar las conversaciones en términos de derechos y respeto a la integridad humana.   

 Es una práctica común que al invitársele a un individuo miembro de estos grupos opresores —sean los varones, las personas de tez blanca, o los y las privilegiadas económicamente— a realizar una reflexión sobre cómo es que sus formas de expresión y sus dinámicas de vida coartan los derechos de sus conciudadanos y conciudadanas, estos miembros orienten la conversación a otra zona. Leer más

Mujeres mexicanas: un instante en la vida de Juana de Asbaje

Por  Verónica Ethel Rocha Martínez

 

En el marco del día internacional de la mujer, la Galería 40 ubicada en la calle Aldama en Zapopan, Jalisco reunió la perspectiva de diversos artistas gráficos acerca de las mujeres mexicanas, la fecha de inauguración de esta exposición desapareció definitivamente del mapa de eventos culturales debido a una pandemia de proporciones insospechadas, sin embargo, no deja de ser motivo de una constante reflexión el acontecer de las mujeres en México.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez, nació en 1651 en una época que consideraba el rol de la mujer bajo parámetros muy acotados y siempre sometidas al yugo masculino. Fue una mujer que desafiando las barreras ideológicas de su época decidió, a los dieciséis años, dedicar su vida a la escritura e ingresar a la vida conventual bajo la orden de las carmelitas descalzas; esto ocurrió en 1667, pero su ingreso definitivo al convento de la orden de San Jerónimo sucedió dos años después.Leer más