Características de un facilitador de grupo para la prevención de violencia

Por Carlos Villalpando Martínez[1]

Introducción

Nos dice Rogers que el encuentro personal con el paciente es el encuentro más significativo para la efectividad del modelo de facilitación, esa calidad sobre el encuentro personal es la que a largo plazo generará la liberación, el crecimiento y el desarrollo de un ambiente de seguridad.  Partamos, entonces, de la necesidad de generar con el paciente, que en términos prácticos mencionaré como usuario, un ambiente de seguridad en el que pueda hablar y expresarse libremente. Mi experiencia como facilitador de grupos comenzó en Salamanca, Guanajuato; por desarrollo profesional comencé a trabajar en el Instituto Municipal de Salamanca para las Mujeres (IMSM), donde me desempeñé como operativo durante 5 años y estaba encargado del trabajo de campo, pero en mi ambición por el conocimiento y ser «útil”, me capacité como facilitador del Modelo de Atención para Hombres Generadores de Violencia (MAHGV), cuyo modelo consta de 16 sesiones como general, para identificar las violencias que hemos desarrollado en la vida.

El presente ensayo tratará de ejemplificar las principales características del facilitador de grupo, aclarando que la facilitación del grupo fue como capacitador, como enfoque soy sociólogo y se trabajó en un grupo de reeducación para hombres generadores de violencia y cuya implementación puede ser realizada por profesionistas de las ciencias sociales y humanidades, entre ellas los docentes.

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Una de las partes primordiales de las características del facilitador se consigue con lo que Rogers denominó “Congruencia”, es decir, cuándo el orientador es lo que es, cuando la relación con el usuario es honesta y sin máscaras, los sentimientos que el orientador experimenta son accesibles para él, es capaz de vivir con esos sentimientos y puede comunicarlos si es necesario, pero también son reales y genuinos, mostrando su autenticidad en la relación.

La congruencia también es importante en el MAHGV, ya que en este proceso de conocer nuestras propias violencias se nos tuvo que capacitar para conocer las cosas que hacíamos mal y que desencadenaban comportamientos violentos en nuestras relaciones personales, laborales y familiares, que en un Leer más

Afrocreadoras, insurgencia artística

Por Angélica Mancilla 

Negrura de antaño… de siglos que ya se fueron
de cantos antiguos y de mundos viejos,
de mi madre fuerte, de mi abuela sabia;
de todos aquellos valientes ancestros.
Aleida Violeta Vázquez Cisneros, fragmento de “Negrura de antaño”
 

En el marco del Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, conmemorado cada 25 de junio, en la Ciudad de México, se lleva a cabo el Foro de Mujeres Afro Creadoras, con actividades híbridas, tanto en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque como en línea a través de la página de Facebook Mujeres Afro en Escena.

La primera vez que se conmemoró esta fecha fue en 1992, durante el Primer Encuentro de Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, en Santo Domingo, República Dominicana, cuyo objetivo fue visibilizar y reconocer la lucha de las mujeres de ascendencia africana contra el racismo, el sexismo y la colonialidad, así como la promoción de la creación de políticas públicas para erradicar el racismo y la exclusión.

Alicia Oliviares, gestora y productora de Ébano Teatro, es la creadora de Mujeres Afro Creadoras, iniciativa que impulsó desde hace ya casi tres años, con el objetivo de generar espacios para la creación artística de mujeres afrodescendientes, para que sean ellas quienes cuenten sus propias historias y dejen de ser reducidas a papeles estereotipados que sólo han contribuido a perpetuar el racismo y la opresión de dichas comunidades. El arte creado por mujeres afrodescendientes es un legado histórico que no sólo contribuye a transformar el imaginario social, sino a visibilizar sus historias y resistencias.

Durante este foro, las invitadas denunciaronLeer más

Las mujeres no somos cis

Por Angélica Mancilla García

Durante las últimas semanas, he visto a amigas y compañeras de distintos grupos —incluso de quienes se asumen feministas— usar la frase “mujeres cis” para hablar de sí mismas y, en general, de las mujeres que nacimos con sexo femenino. El problema con esto, me parece, es que otra vez estamos dejando que se nos categorice a partir de un paradigma contra el que hemos luchado históricamente: el género. Así, pues, el presente texto es una reflexión que invita a entender de dónde viene dicho calificativo y por qué las mujeres no somos ni podemos ser “cis”.

Antes de explicar el significado de la palabra “cis/cisgénero” y de dónde viene, me parece pertinente —porque nunca es suficiente— recodar algunos de los aportes más importantes del movimiento feminista y, por tanto, de la teoría feminista. Para ello, si bien recurriré a conceptos desarrollados por la teoría feminista radical —porque sus conceptos nos permitieron nombrar aquello sobre lo que se había reflexionado desde siglos atrás—, también retomaré algunas categorías propuestas por la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, así como algunos planteamientos de la filósofa argentina María Lugones, desde el pensamiento feminista descolonial; Leer más

De una serie no tan desenfrenada

Foto tomada del Twitter oficial de Diego Martínez Ulanosky

Por Angélica Mancilla García

Hace un par de semanas —días antes de la cuarentena por lo del coronavirus— se estrenó la serie mexicana Desenfrenadas en la plataforma de streaming Netflix. Antes y después del estreno, me encontré varias notas que destacaban el producto como una serie imperdible porque abordaba temas feministas. Por casualidad, terminé viéndola.

Desenfrenadas trata de tres mejores amigas (Carlota, Vera y Rocío), de clase alta, que, agobiadas por cumplir con los mandatos que la sociedad demanda de ellas y en un arranque de frustración, se van de viaje a Oaxaca; en el camino se encuentran con Marcela, una joven de clase baja y bailarina de un club nocturno, quien se ve obligada a escapar de un hombre viejo, que luego sabemos es el dueño del lugar en el que trabaja y al que ella y su novio-proxeneta le deben dinero. Marcela, a punta de pistola, obliga a las tres amigas a llevarla con ellas, pues necesita llegar a Oaxaca para localizar a su hermano adolescente. Durante estos días, las cuatro jóvenes se encuentran en aprietos y, entre lágrimas, peleas y abrazos, descubren el valor de su amistad y de estar juntas para enfrentar las adversidades del mundo.Leer más

Feminismo, una apuesta transformadora

Por Angélica Mancilla

El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la ola feminista inundó las calles del mundo. Sin duda ha sido un hecho histórico. En México, nunca antes en la conmemoración de esta fecha se había visto tal presencia de las mujeres en las calles, de todas las edades, de todas las clases, de todos los colores.

El feminismo hoy es vivencial, se manifiesta en el cuerpo. Sobra creatividad. Las mujeres más jóvenes se han lanzado a la acción directa y muchas otras, de distintas edades, siguen generando espacios de diálogo, de estudio, de escucha, de reflexión.

Así que hoy, después del #8M y del #9M, después de mostrar nuestra fuerza, nuestra rabia, nuestra indignación, nuestra organización, me es imposible no preguntarme qué sigue. Si bien estoy segura de que no vamos a parar, me parece que es importantísimo recordar y decir en voz alta que el feminismo no sólo es la exigencia de no más feminicidios e impunidad, de políticas públicas y de reconocimiento de nuestros derechos; el feminismo es anticlasista, antirracial, anticapitalista y anti todo tipo de opresión. El feminismo está cargado de potencia política que le apuesta a la transformación de la sociedad.Leer más

Literatura infantil y juvenil: la urgencia de nuevas representaciones

Imagen de Rébecca Dautremer, Alicia en el país de las maravillas

Por Angélica Mancilla  

En la actualidad, la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) ha ido ganando espacio en nuestras sociedades. Cada vez hay más librerías con áreas para niñas-os y adolescentes, ferias y concursos que nos invitan a navegar por estos mares.

Las primeras preocupaciones por una literatura dirigida al público infantil surgieron en el siglo XVIII, “las llamadas lecciones de cosas, los consejos morales vertidos a través de fábulas y narraciones constituyen los principios de este tipo de publicaciones de alcance social”.[1]  En la tradición europea, Perrault (autor de Caperucita roja, Cenicienta y La bella durmiente) y Le prince Beaumont (autor de cuentos como El príncipe fatal y el príncipe fortuna y La bella y la bestia) inauguraron el llamado género de cuentos de hadas con un discurso moralizador. Para el siglo XIX, el sentido didáctico moralizador prevaleció en algunos escritores (los hermanos Grimm y Hans Cristian Andersen), no obstante, con autores como Lewis Caroll se inició el tránsito a lo lúdico y hubo una preocupación mayor por lo estético.[2] En la actualidad, el mundo de la LIJ es mucho más amplio, si bien aún hay obras moralizantes, parece ser que son más las lúdicas, y muchas otras que experimentan y apuestan a las nuevas realidades.Leer más