Para eso me contrataron !y se chingan! Entrevista a un ex miembro del Primer Batallón de Fusileros Paracaidistas

Por Rogelio Dueñas

¡ ¡ ¡ ¡ ¡quién ¡ ¡ ¡ ¡ ¡trajo¡ ¡ ¡ ¡ ¡esos¡ ¡ ¡ ¡ ¡buitres¡¡ ¡ ¡ ¡
uniformados ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! que pasan
desfilando sobre el cuerpo / ¿ooooohooooo! /
trrrrrrrr-rracatraco la metralla y
sale aire en vez de sangre

José Vicente Anaya

NOTA INTRODUCTORIA

En México, durante la segunda mitad del siglo XX, quedó manifiesto que la represión y tortura son prácticas predilectas de la élite política, pues estuvo provista de innumerables casos en donde los gobernantes se valieron de los cuerpos coercitivos del Estado para sofocar la disidencia social y así mantener intactos sus privilegios. Como ejemplos tenemos el caso del movimiento social de 1968 que desembocó en la negra jornada del 2 de octubre en Tlatelolco o la infame guerra sucia de los años 70’s; pruebas fehacientes de que el sistema “democrático” mexicano sólo sabe abrirse paso a bayoneta calada. Quienes sobrevivieron a estos y otros episodios represivos han dado a conocer sus testimonios. Es gracias a ellos que hoy en día contamos con versiones de los hechos más fidedignas, las cuales distan mucho de las enturbiadas versiones oficiales.

El presente testimonio pretende contribuir a la serie de evidencias que han ayudado a develar los detalles que la oligarquía mexicana ha querido mantener bajo el agua. Sólo que en esta ocasión a quien se le ha cedido la palabra no es una víctima, sino un exsoldado; su nombre, José, quien, por obvias razones, me ha solicitado omitir sus apellidos. A su vez, la presente entrevista busca generar reflexiones en torno al verdadero papel que desempeñan policías y militares, pues a pesar de que son bien conocidas las prácticas inhumanas a las que se circunscriben, así como los intereses que protegen, aún hay quien se atreve a decir que “no merecen el odio del pueblo pues también son trabajadores”. Nada más alejado de la realidad, pues no olvidemos que pertenecen a una superestructura jurídico-política encargada de concentrar la brecha entre ricos y pobres.    

Es indispensable señalar que, si bien José participó en decenas de escaladas represivas, el presente testimonio se reduce sólo a los hechos que el entrevistado consideró de mayor relevancia histórica.     Leer más

Ausencias y hoyos negros. El cuerpo de Arturo G.

Por Gregorio Spam[1]

Para llegar a la Fiscalía de la ciudad de Querétaro se pueden caminar alrededor de 20 minutos algunas cuadras de subida desde la Terminal de camiones o bien tomar un taxi o uber que en menos de cinco minutos te llevará al lugar. Los taxistas recomiendan que uno camine porque les parece un trecho demasiado corto como para cobrar 50 pesos, además sólo los dejan pasar hasta cierto punto del estacionamiento. Esto únicamente puede saberlo alguien como el tío L, un hombre de alrededor de 60 años que ha invertido muchos fines de semana, durante alrededor de 7 años, para viajar desde la Ciudad de México a Querétaro por respuestas sobre su hermano desaparecido.

En nuestro país, se suman hasta este año más de 40 mil desaparecidos, cifra ineludible que nos recuerda que buscar a una persona desaparecida en México se ha vuelto una realidad normalizada, una especie de retorcida práctica que ha tocado, de una u otra forma, a la mayoría de las familias.Leer más

La sexología desde la perspectiva de género: Un análisis histórico-social

Por Viridiana Gómez[1]

Durante el desarrollo de mi profesión, siempre había tratado la sexualidad humana desde el punto de vista genético, anatómico, hormonal y psicológico, dejando de lado la gran influencia que tienen sobre la sexualidad los factores sociales, históricos y culturales de las personas como grupo y como sociedad. Comprendiendo ahora la masculinidad y la feminidad como expectativas construidas socialmente (estereotipos y practicas supuestas) y no solo como categorías determinadas biológicamente, se pueden abordar los problemas sexuales (tanto individual, como de pareja) desde otra perspectiva.

Podemos comprender desde la perspectiva histórica la manera en que la socialización del género como forma de opresión de hombres hacia mujeres ha dejado un impacto tremendo en nuestro modo de vida, baste con subrayar cómo en países “civilizados e industrializados” se siguen cometiendo infinidad de discriminaciones hacia la mujer en todos los ámbitos y, todavía peor, la violencia que existe hacia la mujer por el simple hecho de serlo; a tal grado que fue necesario crear el término “feminicidio” para nombrar y visibilizar la violencia extrema hacia las mujeres. No obstante, es triste encontrarse, cada día, en cualquier medio de comunicación, con al menos una noticia relacionado a ello.Leer más

Claudia Sheinbaum, exigir justicia JAMÁS será una provocación

Foto tomada de La Neta Noticias

Por Ximena Cobos CRUZ

Repudiada y tibia Claudia Sheinbaum:

Exigir justicia no es provocación. De verdad que no tengo ni idea en qué cabeza cabe eso que has declarado firme e impávida ante las cámaras si no es en una mente clasista y falta de consciencia de género. Sin embargo, desde la digna rabia, voy a dirigirme a ti aunque no escuches, porque últimamente has demostrado que no sabes hacerlo.

En el mundo entero existe una deuda histórica con las mujeres que se quiere resarcir desde un discursito caído en el lugar común, en la fórmula, sobre todo cuando lo usan servidores públicos en mensajes fabricados para ser televisados y cubrirse la espalda o limpiar la mierda que hay detrás, y no desde la auténtica reflexión sobre el problema de violencia estructural, antes bien, para mantener contentos a sectores que parecen representar un riesgo para esa estabilidad que tanto les gusta aparentar que existe. Justo como tú, Claudia, lo hiciste luego de que muchas, todas, gritáramos en nuestras casas, en redes y en muchos lados, enojadas y ofendidas por tus palabrasLeer más

¿Quién me pela la cabeza de la lira? Breves notas sobre la obra lírica de Orlando Guillén y su importancia para el proceso de renovación de la poesía en México.

Imagen tomada de lospoliticosveracruz.com.mx

Por Rogelio Dueñas[1]

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Es harto sabido que durante décadas las instituciones culturales del Estado mexicano, al igual que el resto del ennegrecido sistema político, se han visto permeadas por una serie de prácticas que distan mucho del ideario democrático del que se han llenado la boca los gobernantes en turno. Cacicazgo, clientelismo, compadrazgo, manejo a conveniencia de los recursos públicos; han sido sólo algunos de los elementos de los que la cultura oficial se ha valido para perpetuar el poderío de la mediocridad. Leer más

Lengua vulgar, a propósito de política y planeación lingüística en México

Imagen de Gerd Altmann

Por José Fernando Castillo Mejía[1]

Desde el principio de los tiempos, todo evoluciona y seguirá evolucionando. Esa es la regla: adaptarse o morir. No es, precisamente, que los organismos tomen la decisión de cambiar, sino que es una necesidad adecuarse a las circunstancias y condiciones nuevas. La lengua, como la literatura, diremos, es un  ser vivo[2] y,  por lo tanto, debe atender a las mismas exigencias de la vida. Entendamos esto al punto; la lengua nació como una necesidad comunicativa del hombre, se desarrolló según las necesidades, maduró hasta el punto de ser norma y comenzó a cambiar para adaptarse a las nuevas exigencias comunicativas… Desde la economía hasta la iteración. La lengua vive y, para hacerlo, necesita reinventarse.

Siempre resulta difícil el tema de la lengua vulgar, la polémica que genera es grande porque ¿es esa lengua vulgar el resultado de la evolución de la lengua culta, o su simple corrupción? ¿Hasta qué punto es lícito el cambio de una lengua? Aún en nuestros días el dilema sigue a medias resuelto. Lo innegable es que el uso y no la norma determina el camino de las lenguas.

Entenderemos mejor esto si damos como ejemplo de norma la literatura. La literatura busca, regularmente[3], la corrección en el habla, por lo cual puede considerarse un buen ejemplo de norma. Sin embargo, podemos apreciar que la literatura no puede transformar la lengua como puede hacerlo el uso. Como diría Fulgencio Planciades (personaje de Alfonso Reyes): Eso que leemos en los libros no es el idioma, sino el retrato o reflejo de un solo momento del idioma. Es la fría ceniza que cae de la combustión de la vida. Es como la huella de los idiomas. Mas éstos siguen adelante y van caminado según las flexiones que les comunica el habla familiar[4]. En resumen, por mucho que una obra literaria pueda renovar la lengua (sea el caso extremo de la poesía, por ejemplo, donde la catacresis[5] intenta crear nuevas formas de designación a las nuevas realidades o, simplemente, a realidades distintas: la constante búsqueda de maneras novísimas para expresar lo subjetivo… Ese amor que no es el amor que todos conocen sino el que conoce el poeta en su individualidad.), no impone nuevas formas de uso sino hasta que el vulgo, mejor dicho, los hablantes en general aceptan y hacen suya la expresión. La lengua vulgar, en cambio, se encuentra en constante muda y búsqueda de las mejores formas de comunicación, conque logra desarrollarse a partir de la “prueba y error” hacia maneras más adecuadas para la expresión de la realidad que encaran los mismos hablantes.Leer más

Pedro Páramo y el estereotipo inconsciente del «padre mexicano ausente»

Imagen tomada de institutoculturaldeleon.org.mx  

Por Alberto Rojas[1]

Juan Rulfo, en su obra más icónica, nos sumerge en un confuso, melancólico y sombrío mundo atemorizante y lleno de penas; todo inicia con aquellas palabras que muchos de sus lectores recordaremos, recitándolas casi como una letanía: “Vine a Comala porque me dijeron que a acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo…”.

Más allá de las referencias históricas a un pasado que dejó heridas en la sociedad mexicana, que aún no cicatrizan del todo, Pedro Páramo está repleta de metáforas ―conscientes o inconscientes, no se puede saber con certeza― sobre las particularidades del arquetipo de la paternidad en México, y sobre sus consecuencias no solo sociales, sino individuales.

Si nos ponemos a buscar, incluso en nuestros conocimientos de cultura pop, seguro encontramos a un personaje varón, mexicano de nacimiento o ascendencia, desventurado en México o en el extranjero, cuyo padre no conoce o no ha visto en años. Autores que se dirigen al público infantil como Alire Sáenz o series populares estadounidenses están llenas de estos personajes. En ese sentido, es interesante observar que no solo culturas extranjeras perciben de esa forma la paternidad mexicana; los mexicanos mismos lo admiten a través de sus expresiones artísticas, sus conductas y sus decisiones colectivas. Y lo han hecho desde siglos.Leer más