Reflexión crítica sobre la concepción o construcción del objeto ciudad

Por María de Jesús López Salazar

La comprensión que hoy se pueda tener sobre las ciudades –en plural y no en el singular homogeneizador de la ciudad– de la ciudad posmoderna –la clase de ciudad parte de quien aquí escribe–, sus dinámicas suscitadas, manifiestas y por venir, depende en gran medida de cómo se entienda la interdependencia entre los procesos de producción del hábitat y del habitar.[1] Las ciudades envuelven en sus bordes asentamientos humanos que constituyen ciudades en proceso.

Ahora bien, es pertinente recordar que el urbanismo inició cuando el ser humano observó, analizó y pensó acerca de cómo tendría que ser una ciudad,[2] y tiene poco tiempo que ese mismo urbanismo –y quien aquí escribe añade que también los estudios de la ciudad– se interesan por las ciudades existentes y sus diferentes cambios. “La planeación territorial por su parte se esfuerza por dejar de asimilar el desarrollo urbano con urbanización periférica. Es así como el concepto de ‘ordenamiento’ del territorio tiende a sustituir al de desarrollo urbano, proponiendo una visión más holística que se aleje de las dicotomías urbano / no urbano o centro / periferia” (Coulomb, 2016a:10).[3] En este sentido, de monocéntrica –partiendo de la dicotomía centro / periferia– la ciudad se ha convertido en pluricéntrica –partiendo de la idea de que “existen distintos órdenes y distintos tipos de espacios urbanos. Entender el (des)orden de la metrópoli implica penetrar en los modos de funcionamiento de estos diversos órdenes, que permiten pensar en la metrópoli como en una realidad compleja resultado de la coexistencia (y de la mezcla) de diferentes ciudades” (Duhau y Giglia, 2008:15)–. Las funciones de centralidad se han desvanecido dentro de la estructura urbana y han motivado la construcción de lo que la academia denomina nuevas centralidades.[4]

Así bien, las diferentes ciudades de la ciudad posmoderna –coLeer más

Silent Running: el activismo marginado al espacio exterior

Por Sergio E. Cerecedo

 

A pesar de la ecología, los productos orgánicos y demás esfuerzos por el respeto a la naturaleza, hace falta no ser terco ni descuidado con el entorno  para darse cuenta que la conciencia pesa; que si uno se deja puede observar que las acciones aisladas no son suficientes; que cada refresco carbonatado que nos llevamos a la boca viene de empresas que sí acaparan agua nivel esponja, que la huella de carbono de la producción de carne o ver lo que sucede con la subida de precios cuando viene la sequía para saber que los discursos de preservación y anticontaminación que muchas veces caen en el panfleto en los medios escritos y audiovisuales son necesarios, así como las acciones, que muchas veces quedan en esfuerzos aislados.

 

Douglas Trumbull (1962)

La preocupación al respecto no es nueva, y en 1962 Douglas Trumbull, conocido en el mundo del cine por estar a cargo del departamento de efectos visuales de películas como “2001: Odisea del espacio” y “El árbol de la vida” (Poco menos de 35 años después), incluso estuvo en la preproducción de la frustrada adaptación de Dune de Alejandro Jodorowsky. En esta película (Feamente traducida como “Naves Misteriosas”) dirigió por primera vez un proyecto, aliándose con artistas y personas que vieron necesario hablar de este tema, y aunque lo volvería a hacer un par de veces más con resultados cumplidores, los siguientes proyectos no pasarían a la memoria colectiva como esta película, que tenía también el plus de hablar de un tema en boga que la volvería de culto: los desastres ecológicos como el posible fin de la humanidad y la necesidad de preservar la vida natural.

 

En este universo cada vez menos extraño al presente, la distopía llegó y la tierra se volvió estéril, por lo que la vida en el espacio se volvió una constante. Una comida procesada y en cápsulas es la que mantiene con energía a las personas, sumamente aclimatadas a éste ritmo de vida como al urbano, al obrero, al godín, al teletrabajo o a cLeer más

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Un acercamiento desde la Neuropsicología

Por Aldo Saúl Uribe Nuñez[1]

La Neuropsicología tiene como objetivo primordial ocuparse del diagnóstico y el tratamiento de los problemas de carácter cognitivo, emocional y conductual que aquejan a la persona. Actualmente representa un campo de gran importancia, no solamente para la Psicología, sino también para el campo de las neurociencias en general. Este trabajo tiene como objetivo, identificar y analizar las distintas características del TDAH desde la perspectiva neuropsicológica, al tiempo que busca delinear cómo a través de las múltiples metodologías utilizadas en su abordaje se puede lograr una implementación de medidas preventivas y de tratamiento para este trastorno.

Inicialmente, se hace necesario plantearse la interrogante, ¿en qué consiste este trastorno y cómo se puede abordar desde la neuropsicología? Para Félix (2005), el TDAH es un trastorno fundamentalmente crónico, el cual se caracteriza por un patrón constante de exceso de actividad, inatención e impulsividad como características determinantes.  Por otra parte, un estudio realizado por la Universidad de Valparaíso en Chile (2004, citado por Solis y Quijano, 2014) expone que dicho trastorno es de índole comportamental, tiene su inicio en la infancia y ha sido descrito desde la antigüedad, reflejándose en el ámbito cultural de la sociedad.  

El estudio y tratamiento del TDAH constituye una gran responsabilidad para el profesional de la salud. De la Peña (2000), por ejemplo, expone que el TDAH es uno de los problemas de salud mental más padecidos en la población pediátrica, estimándose su prevalencia entre el 3% y el 4%, siendo la más elevada la que corresponde al rango de edad entre los 6 y los 9 años, representado por el 8%. La mayoría de las veces este trastorno persiste hasta la adolescencia, influyendo de forma negativa en el funcionamiento familiar, social, académico e interpersonal del individuo.

Para la neuropsicología, este trastorno requiere de una valoración sistematizada de la etiología y los factores que influyeron en su desarrollo. Uno de los puntos de interés es el deficiente desarrollo de la organización de la conducta y cómo ésta influye sobre la actividad consciente e intencionalmente orientada de la persona. Álvarez (2004) nos indica a través de su experiencia, que el abordaje del TDAH desde la neuropsicología no es un trabajo sencillo, ya que la persona no desarrolla las actividades complejas orientadas hacia un fin, se altera el desarrollo de su personalidad y su condición psíquica. 

Sin embargo, esto no quiere decir que la implementación de metodologías enfLeer más

Origen de los Estudios de Políticas Públicas

Por María de Jesús López Salazar

El estudio de las políticas públicas se originó en Estados Unidos. Entre los autores que describen su origen se encuentran Jeffrey L. Pressman y Aaron Wildavsky (1998 [1973]), Ives Meny y Jean-Claude Thoenig (1992), Joan Subirats (1992), Luis Fernando Aguilar Villanueva (1992) y Wayne Parsons (2007 [1995]). Tal descripción tiene sus raíces en la confluencia de una serie de situaciones particulares en lo intelectual, económico, social y político que permitieron su florecimiento y progreso.

El primer elemento fue la unión de un sistema de gobierno democrático sólido con agencias de investigación y asesoramiento independientes. Estos dos factores permitieron al gobierno americano, después de la Segunda Guerra Mundial, implementar una serie de programas sociales, en educación, salud y servicios públicos que se les conoció como Welfare State o Estado de Bienestar. El estudio de las políticas públicas nace entonces en un contexto que favoreció el surgimiento del desarrollo científico, que tenía como finalidad atender los problemas administrativos (V. Aguilar Villanueva, 2003; Fernández, 1996). El segundo elemento es el ideológico. Estados Unidos fue un Estado que se estructuró administrativa y profesionalmente de manera tardía; esto sucedió a partir de la presidencia de Woodrow Wilson (1913-1921), quien proveniente de los círculos intelectuales norteamericanos se propuso realizar cambios sustantivos y progresivos en la administración pública, al quitarle a ésta el matiz político que conservaba.

El primer elemento fue la unión de un sistema de gobierno democrático sólido con agencias de investigación y asesoramiento independientes. Estos dos factores permitieron al gobierno americano, después de la Segunda Guerra Mundial, implementar una serie de programas sociales, en educación, salud y servicios públicos que se les conoció como Welfare State o Estado de Bienestar.

El estudio de las políticas públicas surge entonces en un contextLeer más

Rasgos permanentes de la realidad: un mundo militarizado que siempre está listo para la guerra

Por Marco Antonio Rivera Molina[1]

 

“Puesto que las guerras nacen en la mente de las personas,
es en la mente de las personas donde deben erigirse los baluartes de la paz[2]”.
Preámbulo de la Constitución de la UNESCO, 1945.

 

Desde la guerra en Palestina y Ucrania, desde el colapso social en Haití y los conflictos violentos en Sudán y Myanmar, y desde la violencia armada en México hasta la polarización social en Estados Unidos, cada rincón del planeta expresa los malestares del sistema y pone en duda los mecanismos actuales de los países y de la organización internacional para hacer frente a las problemáticas actuales, las cuales atraviesan todas las esferas sociales y alcanzan un mayor grado de complejidad. Las guerras y los conflictos armados, son esa punta lanza que lacera naciones y pueblos enteros, que genera daños sociales y ambientales irreversibles, en la realidad internacional contemporánea la segunda década del siglo XXI ha visto un incremento de las tensiones mundiales y, en consecuencia, del estallido de guerras y de la continuidad de múltiples conflictos violentos alrededor del mundo.

Lo anterior se expresa, año con año, con los múltiples registros que deja la actividad militar en el mundo, específicamente, el gasto militar que realizan los países y la derrama económica que deja la actividad productiva de las principales corporaciones militares, ambos indicadores han sido rastreados por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés), quien ha mostrado con alarma que por primera vez en la historia los 5 continentes han presentado un aumento en el gasto militar, alcanzando un record histórico de más de 2,443 billones de dólares en el año de 2023[3]. Situación que se ha visto motivada por la continuidad de la guerra en Ucrania y el estallido del conflicto armado por parte de Israel en la Franja de Gaza.

Lo anterior no hace más que evidenciar que hay una herencia de la Segunda Guerra Mundial que prevalece hasta la actualidad, se vive en un mundo altamente militarizado, donde las potencias militares siempre están en búsqueda de la ventaja decisiva sobre su adversario, continuando una carrera armamentista por el desarrollo científico-tecnológico, con la creación de más, mejores y mayormente sofisticadas Leer más

Wilhelm Reich: sexualidad, política, cultura

Por Aldo Saúl Uribe Nuñez[1]

La verdad se esconde en los sentimientos de las personas
que se sienten oprimidas y no son capaces de expresarse
Wilhelm Reich

La sexualidad, una de las dimensiones humanas más complejas e interesantes, varía de acuerdo con la cultura y el contexto sociohistórico en que se piense. Este campo de estudio ha sido objeto de diferentes disciplinas, tanto médicas como sociales, que han permitido definirla a partir de marcos teóricos-epistemológicos distintos, logrando comprender sus dispositivos y prácticas a lo largo de la historia de la humanidad.

Si bien históricamente se ha pensado a la sexualidad como una actividad puramente biológica, postura influenciada por la biología y la medicina, esta dimensión humana ha sido objeto de influencias y discursos por parte de grupos religiosos que la precedieron. Religiones como el judaísmo o el cristianismo tuvieron un amplio dominio en las formas en las que se pensaba y experimentaba la sexualidad en las personas, en los grupos sociales y en sus instituciones.

Lo anterior, nos lleva a recapacitar sobre la influencia de las condiciones culturales, sociales, históricas, económicas y políticas sobre la sexualidad humana y cómo estas fuerzas determinan la manera en la que cada persona y la sociedad en su conjunto, la experimentan. Ivonne Szasz, investigadora del Colegio de México, ha hecho un gran trabajo al documentar la sexualidad como un objeto de estudio. Por ejemplo, refiere que el estudio de la sexualidad en las ciencias sociales apareció a finales del siglo XIX, siendo considerada como un campo de estudio de disciplinas como la psicología, la pedagogía, la psiquiatría o la sexología, todas éstas con discursos basados en la biología y la medicina, y que clasificaban aquello que era parte de lo “normal” y lo “anormal” (Szasz, 2004).

Es innegable que el ser humano tiene funciones que permiten la supervivencia de la especie. Actividades como comer, dormir, el cuidado de uno mismo y de los demás y la reproducción, son actividades biológicas, transmitidas genéticamente, pero que no por eso pueden ser separadas de la cuLeer más

 Multidisciplinariedad y transdisciplinariedad hacia el desarrollo del pensamiento complejo en educación básica y superior

Por Bladimir Jiménez Deferia[1]

¿Cómo el implemento de la Multidisciplinariedad y la transdisciplinariedad en los modelos educativos universitarios o de educación básica desarrollan y desafían el pensamiento complejo?

El pensamiento subjetivista y relativista impulsan la idea de la transdisciplinarización, pero aún conservan la disciplina de origen, el  orden filosófico de ruptura de estos dos métodos de pensamiento alude a la multidimensionalidad para reformar el pensamiento con un método acorde a los retos de la mundialización que a la vez  implica una incomodidad por el desordenamiento de la idea disciplinar, al no tener certeza, se crea una incertidumbre y no se alcanza una reforma de pensar y de vivir, la frustración del pensamiento sigue siendo lineal y se abandona el pensamiento complejo sin alcanzar el nivel de multidimensionalidad en la frustración de este nuevo orden de pensamiento. Sin embargo, el vértigo de la complejidad es cada día más extenso pero, a su vez, también es parte de la cotidianeidad asumir conocimientos, descubrimientos e investigaciones que en las décadas anteriores se consideraban puras o inseparables unas de otras. En la actualidad, la brecha científica unívoca de la metafísica y el subjetivismo se entrelazan con las ciencias para dar cabida a nuevas investigaciones en el marco de multidimensionalidad al considerar equívoca una sola vía disciplinar, para dar paso a la transdisciplinariedad. A pesar de este planteamiento, aún existen resistencias de conservación que contrarrestan las investigaciones de esta índole. Tanto en la educación superior como en la básica, la transdisciplinariedad pondera un desarrollo del pensamiento más complejo, completo, pragmático y totalitario de respeto a los derechos humanos universales. De acuerdo con Basarab N (2006), “La Transdisciplinariedad concierne a aquello que está entre las disciplinas, a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina. Su meta es la comprensión del mundo presente para el cual uno de sus imperativos es la unidad del conocimiento” (p.19).

Los nuevos desafíos educativos, científicos, económicos, políticos y sociales, no se deben seguir viendo desde una perspectiva separada, a través de una sola disciplina científica, sino dentro de la multidimensionalidad y la transdisciplinariedad como procesos que permiten la aparición de nuevos campos del conocimiento a partir del diálogo de disciplinas. Dimensionar con esta visión el quehacer educativo e investigativo aporta respuestas al problema de aproximar lo que se enseña y aprende y el cómo hacerlo, para contribuir al desarrollo de una personalidad más humanista e integral a partir de investigaciones que no se reduzcan a sesgos y limitantes por áreas, asignaturas o disciplinas de desconocimiento o exceso de especialidad en una sola área específica. Basarab, N. (2006) señala que “la Multidisciplinariedad concierne en sí, estudiar un tema de investigación no sólo desde una disciplina, sino desde varias al mismo tiempo” (p.19).

Dentro de la sociedad del conocimiento existen paradigmas y resistencias principalmente científicas que ven mal la transdisciplinariedad y propician la separación del conocimiento como parcelas disciplinarias que han aportado diversos avances, pero también la fragmentación del conocimiento. Haidar, (2018) afirma que “estas rupturas producen muchos desafíos y polémicas, ya que estábamos acostumbrados a la fragmentación del conocimiento, proveniente del siglo XIX, en el cual nos formamos. Con el surgimiento de la epistemología de la complejidad y de la transdisciplinariedad, se impone el abandono de la simplicidad por la complejidadLeer más

El miedo urbano como representación social de la inseguridad urbana en los habitantes de la Ciudad de México

Reflexión epistemológica

Por María de Jesús López Salazar

Este ensayo es de carácter epistemológico, elige un aspecto específico de la ciudad actual y lo urbano: la representación social de la inseguridad urbana, y lo aborda bajo el enfoque de formular una hipótesis principal y dos hipótesis secundarias, pensando a la par cómo podrían refutarse siguiendo el método hipotético-deductivo, el cual debe su designación a que dos de sus principales etapas son la elaboración de la(s) hipótesis y la deducción de las consecuencias que deberán ser contrastadas con los datos empíricos (Popper, 1980, 1994); pues, una “teoría que no es refutable por ningún suceso concebible no es científica. La irrefutabilidad no es una virtud de una teoría (como se cree a menudo), sino un vicio” (Popper, 1994:61).[1]

En seguida, la propuesta presentada es referida a los fines amplios indicados por los teóricos de la Escuela de Frankfurt, recuperando para ello la polémica sobre el positivismo en la confrontación entre Karl Popper y Theodor W. Adorno, así como los señalamientos que Jürgen Habermas realiza al primero (v. Adorno, 1973a). Posteriormente, se consideran los aspectos sociales de la propuesta aquí expuesta, con la recuperación de los planteamientos del sociólogo Pierre Bourdieu (2000). Al final, se incorpora la pluralidad de ideas en la propuesta presentada, a la manera como fue expuesto por Paul K. Feyerabend (1989).

Para comenzar, hay que señalar que la “inseguridad urbana” –diferente al concepto tradicional de “inseguridad ciudadana” y que por lo mismo no debe emplearse como sinónimo del primero–[2] se entiende como la falta de “intervenciones que tienen por objeto garantizar la libertad y evitar agresiones entre las personas y contra sus bienes públicos y privados, así como el uso en contra de la ciudad, su equipo y los espacios públicos por sus residentes o visitantes a la ciudad” (United Nations Human Settlement Programme, UN-HABITAT; 2007:3)–.[3]

Ahora bien, conforme al método hipotético-deductivo, el primer paso a ejecutar consiste en el descubrimiento de un problema, mismo que parte de hechos problemáticos, o en otras palabras, hechos que contradicen una teoría aceptada o que no pueden ser explicados de forma adecuada por ésta. Para el caso de esta propuesta, la que aquí escribe centra la atención en la cuestión del imaginario “sin adjetivos” –que al igual que con la distinción entre “seguridad urbana” respecto de la convencional “seguridad ciudadana”, tampoco el imaginario “sin adjetivos” debe de confundirse con el convencional “imaginario social” propuesto por Cornelius Castoriadis–.[4]

Así, definido mínimamente el imaginario como “la estructura interna de relación dLeer más

Visibilizar y reconocer a las mujeres en STEM en los medios de comunicación

Por Angélica Mayoral Campillo[1]

¿Has escuchado hablar del Efecto Matilda? Esto se refiere a la discriminación y prejuicio que se produce en contra de los logros de las mujeres científicas cuyas aportaciones suelen atribuirse a los hombres, mientras ellas permaneces negadas del reconocimiento por su trabajo. El más claro ejemplo de lo anterior es la propia historia del término, pues durante muchos años el concepto Efecto Mateo (refiriendo una crítica a la estructura social de la ciencia que se basa en jerarquías de poder) se asoció a una contribución del sociólogo Robert Merton. Sin embargo, con el tiempo, la científica e historiadora de la ciencia Margaret W. Rossiter denunció que en realidad su escrito se realizó con base en la investigación doctoral de la socióloga Harriet Zuckerman a quien Merton únicamente citaba a pie de página. Fue entonces cuando se estableció el término Efecto Matilda en honor a Matilda Joslyn Gage, una de las primeras activistas que luchó por los derechos de las mujeres.

A lo largo de la historia de la humanidad, los campos de conocimiento han estado cargados de desigualdad de género e invisibilización de mujeres. Esto tiene mucho que ver con la forma androcéntrica hegemónica tradicional de ver el mundo. Estos sesgos masculinos consideran inferior aquello relacionado con lo femenino y están presentes, entre otros espacios, en los discursos académicos y de la comunicación masiva. De hecho, uno de los factores que influyen en la participación de mujeres en STEM (por sus siglas en inglés Ciencia, Tecnología, Matemáticas e Ingeniería) tiene que ver con la parte social, destacan como instancias socializadoras la escuela, la familia y los medios de comunicación.

Por ejemplo, según un informe de la UNESCO (2019), “las niñas pueden sentirse desalentadas a seguir disciplinas STEM si sus pares y su entorno inmediato las ven como inapropiadas para las mujeres”. El mismo informe también señalaLeer más

Sociedad del espectáculo en la cultura digital

Apuntes para repensar a Debord

Por Enrique Pérez Reséndiz[1]

La sociedad contemporánea ha experimentado, desde hace algunos años, una serie de transformaciones significativas con el uso de diversas tecnologías de la información y comunicación, donde las plataformas sociodigitales[2] y otras herramientas de comunicación han adquirido un papel central en nuestras vidas. Estas mismas plataformas han posibilitado la existencia de nuevas prácticas y formas de expresión entre sus usuarios. Uno de estos múltiples usos refiere a la muestra de gran parte de nuestras actividades cotidianas, a la puesta en escena de nuestra vida diaria.

En función de lo anterior, cobra relevancia la noción de sociedad del espectáculo (Debord, 1967) como una categoría analítica que permita pensar las formas de autorrepresentación y autoexhibición de las personas en la sociedad contemporánea, dado que muchos de estos ejercicios de representación en los entornos sociodigitales se centran en aspectos superficiales convirtiendo con ello estas imágenes en un espectáculo en donde la popularidad, el éxito y la apariencia cobran relevancia frente a otros. De acuerdo con Debord, en la sociedad del espectáculo se privilegian la imagen y la representación, y estos dominan los aspectos sociales y políticos; en ese mismo sentido, esta autoexhibición en tales entornos supone una extensión de la sociedad espectacular donde la economía de la atención (Stiegle, 2004) se vincula con la búsqueda de la validación, el reconocimiento y la preocupación constante por la aprobación basada en la imagen.

La intención de este escrito es la de establecer líneas generales de discusión para pensar la noción propuesta por Debord en el marco de la cultura digital y la existencia de plataformas sociodigitales, así como la de establecer puentes con la categoría de extimidad (Miller, 2010) e intimidad como espectáculo, desarrollada por Sibila (2008) como herramientas analíticasLeer más