Por Giselle Arlette Velasco Matías[1]
México es un país multicultural, en el que, de forma histórica, se ha estigmatizado, estereotipado e incluso homogenizado la diversidad cultural. Al ser los medios de comunicación parte importante de la cotidianidad mexicana, es fundamental conocer cómo estos representan a los grupos indígenas y afrodescendientes que habitan en el territorio nacional.
Para comenzar, es necesario tener presente que los estereotipos son el pilar de los prejuicios, los cuales hacen referencia a la serie de ideas o actitudes previamente concebidas que una persona tiene sobre otra (Giddens, 2014). Por lo general, se aplican sobre grupos minoritarios y, con frecuencia, dan lugar a la discriminación y al racismo.
En México, la justificación de la presencia de razas superiores e inferiores data aproximadamente desde el siglo XIII (Serrano, 2019). No obstante, en pleno siglo XXI, las concepciones racistas continúan en nuestra sociedad. Esto se puede ejemplificar con el uso de las frases: “trabaja como negro para vivir como blanco” o “cásate con un güero para mejorar la raza”, por mencionar algunas.
Dichas oraciones de uso común en la vida de los mexicanos llevan implícitas asociaciones que se les dan a los grupos de los que se hace mención. En este caso, a la población con tono de piel oscuro se le adjudican categorías despectivas, mientras que se engrandece al sector de personas con tonos de piel más claros. Es decir, estas frases reflejan el racismo interiorizado que persiste en la cotidianidad mexicana, y que muchas veces pasa desapercibido.
De esta manera, el racismo en México se presenta como una narrativa prejuiciosa, normalizada e interiorizada que impera en las dinámicas cotidianas, partiendo de la falsa idea de la existencia de razas, ya que, como menciona Giddens (2014), “desde un punto de vista estrictamente biológico, no existen razas, sólo variantes físicas en los seres humanos”. Este mismo autor retoma la idea de un nuevo racismo, que además de tomar en cuenta las nociones de raza, discrimina a partir de las diferencias culturales.
Si bien el racismo ya existía en nuestro país desde tiempos coloniales, es importante prestar atención a las representaciones que se hacen de las minorías en los medios mexicanos de comunicación, tanto audiovisuales como impresos.
Puesto que, a raíz de la personificación de las comunidades indígenas o afrodescendientes en los medios, se pueden reforzar las ideas preconcebidas que se tienen sobre estos grupos. De manera análoga, a través de los prejuicios generados por la representación de estas minorías tanto en la televisión, radio o prensa, se fomenta el racismo cultural que desestima a las personas a parir de sus creencias, vestimenta, idioma o modos de vivir.
En este aspecto, una recopilación de trabajos enfocados a racismo y discriminación en los medios de comunicación en México realizada por Juris Tipa (2020) nos lleva a la conclusión de que tanto la televisión, el radio, la publicidad y la prensa hacen una infrarrepresentación de lo “indígena”, asignándole cualidades morales como bueno, agradecido o amistoso. Además de convertirlos en personajes “chistosos”, asignándoles una forma de hablar singular. Sobre lo anterior, un ejemplo claro puede ser “La India María”, personaje interpretado por la actriz María Elena Velasco durante la década de los setentas.
De igual forma, una característica constante en esta representación es que la población indígena debe vestir de forma “tradicional” (huaraches, sombrero, reboso, huipil, entre otros) para reafirmar su identidad. O bien, les otorgan cualidades como pobres o necesitados.
En contraste, en las telenovelas mexicanas se presenta un modelo del citadino como un instructor que debe “civilizar” a la mujer indígena que migra del campo a la ciudad (Tipa, 2020). Desde mi perspectiva, lo anterior alimenta la idea de que las personas de espacios rurales son ignorantes, poco civilizados y que necesitan transformarse para tener cabida dentro de un lugar urbanizado.
En comparación con la población indígena, los grupos afrodescendientes tienen una menor presencia en los medios de comunicación, a tal punto de ser casi invisibles dentro de los formatos televisivos, radiales y publicitarios. En otras palabras, es como si la institución mediática negara la existencia de estas comunidades en el territorio mexicano. Las escasas representaciones que hay sobre la población afromexicana tienden a caracterizarlos como caníbales, salvajes, boxeadores o sirvientes (Tipa, 2020).
Para complementar lo expuesto en los párrafos de arriba, podemos retomar el testimonio del actor Tenoch Huerta en el documental de Serrano El racismo que México no quiere ver (2019), en donde afirma que, por lo general, se le niegan papeles estelares ya que estos se los otorgan a personas con tono de piel blanca; mientras que, a él, debido al color de su piel, solo se le asignan papeles secundarios que representan a personajes pobres, drogadictos, sufridos o rateros.
La experiencia relatada en dicho documental no es un hecho aislado, puesto que las desigualdades generadas por el color de piel son comunes en diversos ámbitos de la sociedad mexicana. El estudio realizado por Solís, Güémez Graniel, Lorenzo Holm en colaboración con Oxfam-México (2019), afirma que la discriminación, la desigualdad y los privilegios siguen ligados al color de piel.
En este sentido, el tono de piel es un gran elemento decisivo para desarrollarse de forma digna en la sociedad —una situación que a mi parecer es injusta y lamentable—, puesto que mientras más oscura sea nuestra tez tendremos menos posibilidades de encontrar un buen trabajo, continuar en el sistema educativo, obtener un mejor salario o escalar en el nivel socioeconómico.
En otras palabras, las desigualdades y los privilegios debido a las características físicas de la piel corresponden a lo que se conoce como “pigmentocracia”, un orden social equivocado en donde el tono de piel contribuye a determinar el valor y los derechos de una persona, tanto en el aspecto educativo, como en el social y económico (Marín, 2019).
Pero, además de los rasgos físicos, identificarse como parte de un grupo étnico o afrodescendiente e, incluso, hablar alguna lengua indígena hace a estas minorías más propensas a sufrir maltrato y discriminación durante su vida, ya que se parte de una condición histórica de desigualdad (Ramos, 2019).
Lo expresado en el párrafo anterior forma parte del racismo sistemático o institucional que impera en la sociedad mexicana (Patiño, Velásquez-Loaiza y Toro-Nader, 2020). Este tipo de racismo se vive desde tiempos post revolucionarios, cuando bajo la idea de crear una nación mestiza que unificara a los mexicanos, las minorías fueron excluidas.
Por otro lado, los medios de comunicación exponen con mayor frecuencia modelos hegemónicos con patrones que tienden a rasgos occidentales. Es decir, hay una inclinación a presentar cuerpos de complexión delgada, en el caso de las mujeres, o cuerpos atléticos para los hombres; cuya piel, ojos y cabellos son claros. En definitiva, este estándar mostrado en los espacios mediáticos no representa la diversidad cultural de México.
El mismo patrón se repite tanto en radio, televisión y cine, medios impresos (periódicos o revistas), así como en la publicidad. En conjunto, estos legitiman, naturalizan, reproducen y producen el racismo y la discriminación que se vive en la sociedad mexicana (Tipa, 2020).
Para concluir, me gustaría remarcar que la idea de la raza es una concepción equivocada, ya que las razas no existen, por ello, justificar acciones a partir de esta idea no es más que racismo, prejuicios que se basan en las diferencias fenotípicas para violentar de forma física, psicológica, económica o simbólica a una minoría.
Conviene subrayar, de nueva cuenta, que los medios masivos de comunicación, entre ellos la publicidad, tienden a reproducir modelos sociales occidentales o europeos, mientras que se refieren a los grupos indígenas con una actitud despectiva y prejuiciosa, unificando “lo indígena”, y donde los afrodescendientes tienen una presencia casi nula, que también cae en estereotipos.
Es importante cuestionar el racismo que se vive en México, y que durante muchos años ha pasado desapercibido dentro de los productos que se consumen en los medios de comunicación, sobre todo porque está interiorizado en nuestra sociedad.
Tanto así, que el racismo y la discriminación están presentes en los discursos y narrativas que se exponen no solo en lo mediático, sino también en charlas de la vida diaria, las cuales alimentan un sistema que gira sobre prejuicios relacionados a la diferencia física o cultural.
Bibliografía
Giddens, A. (2014). Sociología (Sexta ed.). Madrid: Alianza Editorial.
Marín, R. (15 de Agosto de 2019). Pigmentocracia: visibilizar el racismo en México. Gatopardo. Recuperado el 2 de Mayo de 2021, de https://gatopardo.com/noticias-actuales/pigmentocracia/
Patiño, D., Velásquez-Loaiza, M. y Toro-Nader, M. (26 de Junio de 2020). Pigmentocracia o cómo el color de piel de los mexicanos determina las oportunidades que tienen. CNN. Recuperado el 2 de Mayo de 2021, de https://cnnespanol.cnn.com/2020/06/26/pigmentocracia-o-como-el-color-de-piel-de-los-mexicanos-determina-las-oportunidades-que-tienen/
Ramos, C. (9 de Agosto de 2019). ¿Cuándo te diste cuenta de qué tono eres? Los privilegios y la discriminación ligados al color de piel. Animal Político. Recuperado el 1 de Mayo de 2021, de https://www.animalpolitico.com/2019/08/privilegios-discriminacion-color-de-piel/
Serrano, G. (Director). (2019). El racismo que México no quiere ver [Documental]. México: El País. Recuperado el 1 de Mayo de 2021, de https://youtu.be/-cWUtzeXsKw
Solis, P., Güémez Graniel, B., Lorenzo Holm, V. y G. Oxfam-México (2019). Por mi raza hablará la desigualdad. Efectos de las características étnico-raciales en la desigualdad de oportunidades en México. Proyecto sobre Discriminación Étnico-Racial en México, Colegio de México, https://dds.cepal.org/redesoc/publicacion?id=5051
Tipa, J. (2020). Estudios sobre la discriminación y el racismo en los contenidos de los medios de comunicación en México. Revista Iberoamericana de Comunicación(38), 149-182. https://ric.ibero.mx/index.php/ric/article/view/71/57
[1]Egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Mar (Huatulco, Oaxaca). Le gusta investigar y escribir sobre movimientos sociales, derechos humanos, feminismo y comunicación digital. gisellevelascomatias20@gmail.com