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Pedro Páramo y el estereotipo inconsciente del «padre mexicano ausente»

Imagen tomada de institutoculturaldeleon.org.mx  

Por Alberto Rojas[1]

Juan Rulfo, en su obra más icónica, nos sumerge en un confuso, melancólico y sombrío mundo atemorizante y lleno de penas; todo inicia con aquellas palabras que muchos de sus lectores recordaremos, recitándolas casi como una letanía: “Vine a Comala porque me dijeron que a acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo…”.

Más allá de las referencias históricas a un pasado que dejó heridas en la sociedad mexicana, que aún no cicatrizan del todo, Pedro Páramo está repleta de metáforas ―conscientes o inconscientes, no se puede saber con certeza― sobre las particularidades del arquetipo de la paternidad en México, y sobre sus consecuencias no solo sociales, sino individuales.

Si nos ponemos a buscar, incluso en nuestros conocimientos de cultura pop, seguro encontramos a un personaje varón, mexicano de nacimiento o ascendencia, desventurado en México o en el extranjero, cuyo padre no conoce o no ha visto en años. Autores que se dirigen al público infantil como Alire Sáenz o series populares estadounidenses están llenas de estos personajes. En ese sentido, es interesante observar que no solo culturas extranjeras perciben de esa forma la paternidad mexicana; los mexicanos mismos lo admiten a través de sus expresiones artísticas, sus conductas y sus decisiones colectivas. Y lo han hecho desde siglos.Leer más

Juan Rey Lucas | Poemas

Juan Rey Lucas (Alias Dux): Filósofo, ensayista, cuentista, poeta. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha tomado cursos de redacción autobiográfica en la Casa Universitaria del Libro, donde fue alumno de la escritora Rosa Nissan. Ha sido publicado en seminarios de la red como Concepto Arte, Edición Veinte, Revista Monolito, Revista Areté, Diversidad Literaria, Cuadernos de Papel, Nudo Gordiano, entre otros.  

 

Sofía.

Años jugando, pensando, corriendo por esta piedra rotunda.

Lo más artístico concebido ha sido sostenerte.

Meses apenas respirando, riendo, viendo.

Eres muy distinta a mí.Leer más

La voz y el gusto

Foto de Jamiecat http://www.flickr.com/photos/jamiecat/3832713465/

Por Miguel García[1]

miguel@tango.com.mx 

 

«Yunta oscura trotando en la noche…», canta Alberto Castillo. Y María Dolores, mi madre (a quien llamaremos Lola), suspira, pierde la mirada en sus adentros y suelta un susurro que dice: «esa voz…» No necesitó decir más, no quiso ahondar en el agrado que le provocó el cantor, se limitó a decir lo que dijo y ya. El conocimiento del tango de Lola abarca algunas letras del repertorio gardeliano y un número reducido de interpretaciones y orquestas, algunos títulos evidentemente famosos, algunos artistas como Hugo Del Carril y Libertad Lamarque (a quienes no cuenta entre sus predilectos), pero en su gusto, siempre Gardel, el incuestionable, el inamovible.

El México tanguero es gardeliano. Cuántas veces no me habré topado con un viejo que me habla de tango como cosa propia, de sus tiempos, que enumera «A media luz», «Caminito» o «Yira, yira». ¿Qué habría sucedido si el astro no hubiera cerrado los ojos en el accidente de Medellín y hubiera concretado la famosa gira latinoamericana que culminaría en México? ¿O necesitaría esa muerte prematura para erigirse en lo que es ahora, un mito mundial? Jamás lo vamos a saber. Lo que sí es evidente es la afición que los mexicanos entendidos le tienen a Gardel, pues todos hemos escuchado al menos el nombre y su relación con el tango, a pesar de que no sepamos más que eso.Leer más