Columnas de opinión
Esteban Mofeta y el Do awesome shit
Por Ximena Cobos CRUZ
El viento y el rose de una falda crean un sonido sibilante que cruza la ciudad llena de pelos, como las ratas, son las pierna de Esteban que esta vez no ha salido con Morgan, bello como los agaves y negro como la noche. ―Pero ustedes no tienen a Morgan por eso tienen que salir en bici. Andar en bici es lo mejor, si no lo hacen, deberían. No hay excusa, no existe cosa más eficiente, más punk, más cool, saludable y bonita…― Me recuerda uno de tantos personajes que aparecen en Waking Life monologando intensamente. ―El arte es el hacer, el poner a trabajar la rueda que le da sentido a la vida en general o a nuestra vida en particular, que le da sentido al lugar que habitamos, a lo que deseamos y por lo que luchamos― Mientras habla el escenario gira, cambia, se transforma con la facilidad de la animación digital, corren tazas y tazas de café que entrechocan y se derraman, los ceniceros se vacían y vuelven a llenarse sin saber cuánto tiempo ha pasado y a veces el viento se corta de nuevo por unas ruedas que se inclinan velozmente en el pavimento. La voz no descansa. ―Me dicen Esteban Mofeta… porque durante como 3 meses, hace 9 años, estuve dibujando zorrillos y…. quedó, me gusta y mucha gente cree que es un nombre real por alguna razón― Se enciende otro cigarro, la noche cae y las ruedas no paran. ―Sí, CDMX, el antiguo DF, de Coyoacán― lo señala ―en 1990… 29 años
Rogelio Dueñas | Poemas
Rogelio Dueñas (Ciudad de México, 1987). Autor de tres poemarios. Ha colaborado en publicaciones como Revista Clarimonda y Los Bastardos de la Uva. Coordinó el taller de poesía en la Casa del Poeta José Emilio Pacheco. Su obra ha sido incluida en antologías nacionales y extranjeras.
EN EL CERRO DEL VIENTO
Basta con desvencijarse
la carne en sus banquetas
para alcanzar a sentir
el hedor de los muertos
entrando por los poros
Sólo así se logra paladear
el agrio néctar de una certeza
que comienza a llagarse
Sabemos que el final será terrible
y que no basta con asirse al pánico
Tenemos que curtir el paso al azogue
de un amplio crepitar de sueños marchitados
Y sin embargo hay que doblar la apuesta
en esta partida de madre
aunque se pierda
aunque el agua amarga de los días
al cuello nos llegueLeer más→
Los días sin sol
Por Diego Medina
Hace dos meses que la nave atravesó el cinturón de asteroides, pero fue hace una semana que llegamos a Júpiter, gracias al avance de la tecnología este era el menos sorprendente de los logros de la humanidad hasta ahora, de hecho el entusiasmo renovado en el progreso no sólo era un milagro que dejaba atrás el pesimismo de la era post atómica, sino que había superado el cáncer, la hambruna, el calentamiento global y la pobreza, incluso el nueve de abril del 2034 sobrevivió a una lluvia de meteoritos gigantes, gracias a la coordinación entre las cuatro Estaciones Espaciales Internacionales y los ejércitos de la Tierra, fue así que como un hormiguero que sobrevive a una lluvia torrencial en el corazón del Amazonas, los terrícolas decidimos salir a explorar nuestro vecindario después de la tormenta.Al principio los gobiernos tomaron aquello como una advertencia celestial, por no decir divina, de que el hombre tenía que asegurarse su existencia, aunque no pudiera asegurar la de la Tierra, pero los más entusiastas vieron no una señal apocalíptica sino una invitación para conquistar nuevos mundos, de tal forma que todo lo hasta entonces vivido, el renacimiento, la revolución industrial, el nacimiento de las civilizaciones, todo, parecía ahora la más remota prehistoria.Leer más→