Columnas de opinión
EDU | Poemas
EDU (Tumaco, Colombia. 1991) Edwin estudió Artes visuales en el Instituto Tecnológico Metropolitano de Medellín (2020). Y escribe poesía y relatos breves bajo el seudónimo de (Edu) con los que ha participado en antologías y revistas literarias de México y Argentina. Su poesía abarca una amplia gama de temas, algunos de ellos intensamente personales, que reflejan experiencias urbanas y de violencia. En 2022 ganó el concurso nacional de poesía, de la casa de poesía Silva de Bogotá con su poema: Desembocadura. Y en 2023 obtuvo la residencia para jóvenes poetas del 31 Festival Internacional de Poesía de Rosario, Argentina. Actualmente reside en la ciudad de Cali y desde allí trabaja en el proceso de escritura de dos poemarios cuyos títulos: “Ensalada de frutas”, y “Balas de papel”, se espera estén publicados a finales del año 2024. Redes Sociales: https://www.instagram.com/e_d_u_i_n/
AGUJEROS EN EL AIRE.
Si protesta, lo matan.
Si va pasando por la marcha, lo matan.
Si su protesta es cantando, lo matan.
De cualquier manera, lo matan.
UN MINUTO DE SILENCIO
Treinta y nueve segundos tardó el sicario.
trece en dispararme y veintiséis para escapar
Diecisiete segundos tardé en morirme
Y el resto quedó repartido
entre los gritos de mi mamá.
RESIDUOS
En la esquina del barrio hay un cadáver
Y lleva tirado, más o menos seis horas.
Ningún vecino quiere recoLeer más→
Crónica de una “conversación de muelles”
Por Andros E. R. Aguilera[1]
Hace calor y el ventilador junto a la mesa de los ponentes se descompone apenas comienza la primera exposición. Pienso en el extraño camino que me llevó a Puebla para hablar sobre los vasos comunicantes en la obra de dos poetas mexicanas que admiro profundamente: Beatriz Pérez Pereda y Sara Uribe. ¿Fue por la invitación de Armando para unirme a la revista Irradiación, luego de coincidir en un coloquio en el COLMEX y una improvisada presentación virtual del nuevo libro de cuentos de Dainerys Machado? Quizá fue antes, cuando decidí quedarme más tarde un viernes en la FIL de Minería del 2023, para conocer en persona a esa poeta que seguí en Twitter y que amablemente me pasó en pdf su anterior libro, Crónicas hacia Plutón, mientras pensaba en la “enunciante” del poemario Un montón de escritura para nada (2019), de Sara Uribe, que escanea su libro en contra de los editores y en contra de la ley cuya amonestación escucha “con tono de la maestra de Charlie Brown” (9). O tal vez fue cuando Armando llegó con esa maravillosa idea de Código Cero, una serie de entrevistas a poetas mexicanas y mexicanos de la actualidad. Naturalmente debía invitar a Beatriz y a Sara.
Sí, quizá sería más preciso decir que todo esto, mi participación en el VII Coloquio de Poesía Mexicana Contemporánea en la BUAP, era un efecto colateral de la preparación que hice para sus respectivas entrevistas en Código Cero, pues la lectura casi consecutiva de sus obras, con semanas de distancia acaso, me hicieron percatarme de que ambas poetas mexicanas, pese a las diferencias geográficas (casi en las antípodas norte-sur) tienen una trayectoria lírica bastante similar, la cual consiste en dos etapas gemelas: la primera, más “romántica” (por su tratamiento básico de la voz lírica), preocupada por nombrar lo ausente en los tiempos de “la memoria y su llovizna incómoda” a decir de Sara, o del “trópico de ausencias” y los retratos en sepia, según Beatriz; y la segunda etapa que tiene como eje principal el dinamitar la unidad del yo lírico al travestirse o encarnar otras voces, ya sea por medio del archivo o de la ficción —“yo soy una ficción de mí”, dice Uribe—; por lo que el sujeto poético muta en “la enunciante” en el caso de la poeta del norte y en la “persona no humana” para poeta del sur.
Llega mi turno para hablar y me encuentro algo sofocado por el calor y mis pensamientos. Sonrío, carraspeo un poco y doy las gracias, como si estuviera recibiendo un premio; luego me enredo y expLeer más→
Antes de la lluvia
Crónica de lo bello y lo terrible
Por Sergio E. Cerecedo
Hubo un tiempo no demasiado lejano que las películas bélicas llegaron a cansar a cierto sector del público y sobre todo cuando se volvían carne de cañón oscareable, pasó con el holocausto y Vietnam especialmente. Ésta es una de ésas películas que abordan un conflicto menos explorado en el cine, las guerras Yugoslavas, si exceptuamos a Emir Kusturica (“Underground”, “La vida es un milagro”) o Michael Winterbottom (“Welcome to Sarajevo”) quienes la encuadran desde el punto de vista Serbio y Bosnio, aunque cierto es que aquí balas hay muy pocas, sino los estragos de la guerra en las personas y eso deriva en una quietud que nos mantiene a tiempo, muy cercana a la de algunos cineastas de la ex unión soviética como Sergei Paradjanov y Mijail Kalatazov y son sus valores cinematográficos a la hora de desentrañar la trama y el contexto sociopolítico, lo que la vuelve apreciable más allá de los comentarios añadidos por las nominaciones y premios.
“Antes de la lluvia” fue el primer filme producido en Macedonia ya como república independiente de la ex Yugoslavia, es una película episódica en la que el entrelace de las historias es más sutil que en, digamos, los ejemplos más populares de narrativa fragmentada (Robert Altman, El primer P.T. Anderson, González Iñárritu), en un estilo menos occidentalizado que raya en lo elegante.
En la primera trama, Kirill, un joven seminarista, permanece en tregua territorial junto con su comunidad religiosa y manteniendo la distancia que su voto de silencio le permite para dedicarse a los huertos y la oración, hasta el día en que una refugiada albanesa se escabulle en su cuarto tras asesinar a un lugareño. El cuarto de Kirill será un espacio donde ambos entablan una comunicación a través de miradas, señas y actitudLeer más→