Por Priscila Alonso, Danae Perales, Ixchel Alejandra Paz y Ximena Cobos
Soy dolor, pero también soy ave que transita por las ventanas, por los amaneceres y que se asoma para observar lo que está sucediendo dentro y luego tomarlo prestado para recrear ciudades enteras, uniformes
Soy también una pregunta
¿Dónde están instaladas nuestras memorias?
en las calles que me alimentan
en el cuerpo que me asfixia
palabras, ser palabra y agua que brota
agua que limpia, que recorre, que abrasa
Agua que sale de mi cuerpo y se torna a veces turbia a veces clara
Sí, yo agua, que se anega en las ciudades y que al mismo tiempo escasea y su ausencia se vuelve sequía
a veces lluvia, a veces mar
otras tantas brutalidad de las coladeras
marea no contenida
¿Qué recuerdos evocan los callejones?
a veces el grito
la maravilla, la dicha
el horror
hallarte, reconocer mi boca en tu nombre
Encontrarte y perderte en el laberinto silencioso de las alas que revolotean por las calles empedradas
No me canso de nombrarte, pero pierdo en el doloroso silencio de tu recuerdo
Le pongo tus gestos a las calles y las piso sin remordimiento
Te ahogo en los charcos y regreso al templo
al tiempo en que fuimos fluido
En aquella esquina permanece tibia la infancia
El goce de lo brutal
y de la nada
Donde brotan los recuerdos