José Francisco Gómez Ortiz (1989-2021) Filósofo nihilista, alumno de Diogenes también; poeta, promotor cultural, luchador social, y sobre todas las cosas, un idealista que quería que el mundo cambiara de verdad. Fue activista y promotor cultural en Tultitlán, Estado de México, donde no sólo buscaba que el arte se llevara a las calles sino de ellas naciera. Trabajó además con los jóvenes para prevenir el consumo de drogas e hizo lo posible por entender y ayudar a entender la violencia contra las mujeres en las zonas más empobrecidas del municipio para contrarrestarla. No era perfecto, pero para muchos fue un ejemplo de persistencia y amor por el otro.
Elegía I
Azul.
Sentir la tinta deslizarse
por el papel, como se siente
la sangre escurrir por la piel.
Entre la divinidad
y la animalidad,
estar tendido
entre la vida
y la muerte.
Jugar a ser humano,
mantener tu muerte
latente, consumiendo
la propia vida.
Descenso emocional.
Laberinto de sentimientos. Líneas
definidas
que cruzan
la vida
trazando
los
caminos
evadiendo
los planes
¿qué salió mal?
Quiero poder ver el horizonte sin que me duela el tiempo.
Cuanta risa me da el irrisorio sufrimiento humano, el mío.
Deseo un mundo capaz de contener mi ser,
fumarme un pedacito de mi corazón,
consumir las cenizas de mi alma.
Deseo hacer efectiva mi muerte en mi propia vida,
consumir mi vida,
vivir
vivir
vivir.
El que se resiste a morir
simplemente no puede vivir.
Libertad ¿Cual? Sólo soy un prisionero del papel. Me veo atado a la expresión de un lenguaje para representar la imagen del mundo, mi mundo. Soy sólo un vagabundo triste y melancólico rondando en los callejones oscuros de la ciudad del conocimiento.
AZUL
Una montaña se derriba en mi interior.
II
Reunir los pensamientos
en una esfera de
cristal líquido.
Una soledad
acompañado
de mí mismo
en compañía
de nadie.
Sentimientos azules
que se deslizan
como jugando
entre lo divino
y lo animal.
Instinto primitivo
pulsión vital.
Los árboles se burlan
de mi tristeza,
el viento golpea
mi rostro
deforma
mi semblante.
No hay droga
que pueda
sacarme
de este limbo.
Te dejo este sentimiento azul flotando en el ambiente, para que lo tomes entre tus manos si quieres o para que lo dejes desvanecerse en el viento, con el tiempo. No hay mundo capaz de contener la belleza humana, pues implica su tragedia, su muerte y su vida.
Los verdaderos humanos trascienden del mundo, son inmortales. Se burlan de la vida, bailan tango con la muerte, la seducen y le hacen el amor, locos poetas, bienaventurados, la muerte no resiste sus encantos. La muerte le teme a tanta vida, se cohíbe, se intimida, le da las espaldas y se avergüenza de su irrisoria pusilanimidad.
Siento a mi alma golpear con el corazón, cual martillazos, las paredes corporales. Las almas humanas se resisten a estar encerradas, esclavizadas, quieren ser libres, superar esta deprimente, efímera vida corporal. Quiero fumarme mi propia vida, sentirme al rojo vivo cada etapa, consumir cada instante ardientemente. Volverme ceniza, mezclarme con el mundo, ser uno con la naturaleza. No seguir mi propio curso, sino ser parte del ciclo infinito.
III
Soy vulnerable a la sensibilidad. Me conmueve la mesura de los árboles, me sorprende la alegría del viento, me estremezco con la fragilidad de la lluvia. Yo no soy de este mundo, no lo soporto, no es capaz de contenerme. Necesito exhalar este exceso de vida. Necesito liberarme de mi propia esencia, liberarme de mi mismo.
El telón del drama
ha bajado,
pero la tragedia
apenas comienza.
Blues, Soul, Jazz
Cualquiera que sea el ritmo
no me encuentro en sincronía.
Soy como un árbol
sin follaje
como un río
sin agua
como un camino
sin dirección
como un cielo
sin nubes.
Mi vida se entremezcla
y evanesce en otra vida.
No hay síntesis emocional
ni análisis sentimental.
No hay estructura ni sistema,
sólo un punto indispuesto
en el infinito.
El desahogo de palabras
expresan las lágrimas
reprimidas, reprehendidas.
Sostenerse
en medio de la Nada
no es cosa sencilla.
Como un equilibrista
sin cuerda floja
sin extremos
sin redes.
Soportar los estallidos
del corazón.
Ahora sólo quiero
dormir, desvanecerme,
desaparecer.
No puedo soportar más
esta pesada existencia.
No ser nada ni nadie
solamente ser.
Vivir mi propio sueño
soñar mi propia vida.
Soñar viviendo,
vivir soñando.
Soñar con los ojos
abiertos, vivir
entresueños.
No pasa nada,
el espectáculo
debe continuar.
¡Luces!…