Grisel Corpus Alcántara es originaria de la Ciudad de México y estudiante de la Licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Apasionada por el estudio de Asia, la fotografía, el arte exotista y las flores, son elementos que trata de conjugar en sus poesías contrastantes con los abismos y claroscuros del padecer humano.
MARTYRIUM TRIADIS
I
¡Ay, dolor!
Fuente inexorable de mis placeres,
recordatorio de mi vulnerabilidad
y amigo de mi humanidad.
Llegas engalanado en siete velos,
todos ellos oscuros, todos ellos llagosos.
II
El hombre ¡maldita ilusión!
Duerme apacible en la fontana de mi corazón.
De su respiración rítmica brotan ramitas
y en la piel lleva destello solar.
¿Qué debo hacer?
Quiero arrancar la rama del durazno
y dejarla en sus pies,
para que cuando despierte
siga el rastro de sangre
que dejé cuando me corté.
Aquel ángel ¡un sueño!
Se pone a leer en el resquicio de mi corazón.
De sus pestañas nacen panteras
y de su ceño fruncido se parte el mar.
¿Qué debo hacer?
Voy a arrancar las plumas al ave
y ponerlas en su lecho,
para que cuando sueñe
siga el aroma a carne que dejé cuando las arranqué.
III
¿A quién la iridiscencia más hermosa?
Prisionera soy de pared de piedra.
Soñar con asir el brillo tornasolado,
ese es mi único suspiro de libertad.
Brizna dolorosa, llagas mi pecho cuando afloras.
¿A quién le importa?
Si mi cuerpo,
mi débil y enjuto cuerpo,
tachonado de estrellas moradas está.
De tantos golpes tengo la piel de terciopelo escarlata.
Es un terciopelo inútil,
porque está arrumbado.
No te puede envolver.