Diana Gutiérrez (Medellín, 1995). Comunicadora Audiovisual de Medellín, Colombia (1995). Apasionada por la historia del arte, poeta y escritora,amante de la videopoesia. El tema de la resignificación del cuerpo femenino, el lenguaje y el significado de “mujer” es el tema central que le interesa y ocupa. La Mujer de Correría es su libro publicado.
Canal de videos: https://www.youtube.com/channel/UCzPUpR82OjqRsLZ2kkCBiEg
Microensayo con mujeres: https://www.youtube.com/watch?v=s228EGieCdI&t=57s
Las hijas de Lemuria
A las madres, abuelas y hermanas que han perdido los frutos de su vientre.
Las hijas de Lemuria
hacen resonar sus voces con una flor de hielo
desmayada en las manos.
Las hijas de Lemuria
caminan por el gran sótano del mundo
y un eco de voces allá abajo se repite
Circular elegía secreta
Legiones bajo el agua sepultadas.
Pangea,
¿qué equinoccio de sangre
han celebrado tus hijos?
En todos lados fuimos una
Hoy, cuando somos miedo
me arrodillo como último gesto
a recoger los frutos putrefactos,
los pedazos,
y da tanta lástima esta tierra fértil
el eco, las voces, el sótano del mundo.
Las hijas de Lemuria
cambiamos las tanquetas
por una caricia al viento
Las hijas de Lemuria
necesitamos llorar a tantos muertos
Y ofrendamos la sangre del vientre al corazón oculto de la tierra
aún en medio de la guerra y de las balas.
I
Por el vértigo exacto de tus curvas,
El odio es un himno en vano
Sobre tus caderas
¿Para qué vivimos?
¿Para qué nos movemos?
No eras vos a quien llamaban
Detrás de los muros
Todos tus amantes
¿Te gustaría que fuera más dulce?
¿más frágil?
Más
de li ca da mente
silenciosa
Dime si te gusta
este cuerpo que me dieron,
¿Un mejor diseño?
¿mejor arquitectura?
Si yo fuera más,
si yo fuera suficiente,
¿eso qué significa?
Si no encajo exactamente en tus abismos
¿no soy acaso una mujer?
Contingencia
Mientras todo se derrumba,
Cuento las partículas de polvo
dispersas entre mis actos.
Mientras todo se derrumba
Una mujer es masacrada
Y espero que nazca un rio de
mis piernas y que mi boca
ya no enuncie sacrificios
Pero un niño igual muere de hambre.
Mientras todo se derrumba
Estoy sola, en la esquina remota
de mi cama
Y los ojos de un verdugo me miran
Repitiendo incesantes
Que haber tirado la primera piedra no
confirma que en efecto estamos vivas;
Solo alarga secretamente el sueño
y todo son figuras parecidas,
pero la historia nunca ha sido
más amable
una ilusión, un trance.
Mientras todo se derrumba,
Escribo en la esquina remota
de mi cama,
Y las palabras, ¡las palabras!
cambiarían el mundo,
Pero no usamos el amor
como se debe.
Taxonomía del golpe
No creas, cuando te digan en medio del infierno, que ese es el paraíso que te pueden ofrecer.
Parte I
I – Algo que pesa
Algo nos pesa de pronto,
sobre el cuerpo;
después de habernos reducido a nada,
mancillando la palabra, tanto
que el temor ha construido
una caverna en nuestros pechos
luego de ser la fiesta en los pantalones de un desconocido,
el culo más jugoso, la mejor actriz.
Ya es tiempo de cortar tajantes
el velo que amordaza nuestra libertad.
II – El golpe es un fantasma
¿Qué es el golpe?
Una piedra en la ventana
el eco de un grito
frente con frente, saliva.
El golpe es una mano empuñada, vibrante,
que te avisa sostenido en el aire.
El golpe puede ser una dulce palabrita,
un boomerang en picada.
El golpe es un fantasma en la piel,
duele su estela,
dos ojos desorbitados que todavía gritan…
Abres los ojos, respiras, todo está bien,
recuerda que el golpe es solo un fantasma.
III – Las palabras y el hechicero
Hechicero, he hecho un diario con todas tus palabras.
Bajo tu hechizo, no recuerdo quién he sido,
antes de la caída, del silencio.
A veces el hechizo vuelve en forma de susurro frente a los espejos.
Sé que sabes que lo he escrito, por eso intentas borrarme la memoria;
Pero el golpe es un fantasma, se evapora, resiste, se cala entre la piel.
Luego de tu hechizo, he debido recordarme,
invirtiendo el orden dado de tu magia,
que no soy una inútil, ni estoy vacía,
que nací por donde era,
que no sé qué es ser una perra,
más allá de la nobleza de mis ojos,
que me recobro siempre en el poema,
y en él, renazco.
Mi madre pinta
Mi madre se enfuerece cuando digo
que no creo en la pensión
ni en amparar fragilidades
en garantías estatales.
Mi madre me hizo esteta,
Me obligó a romper el límite,
puso pelos a las calaveras
Años a mis primeras lecturas
Lápices en mi mano izquierda;
Germinó rosas
en territorios baldíos.
Madre, tú que pintas sobre lienzo
Paisajes al óleo, retratos,
Recuerdas al hacerlos,
¿La hipoteca, la banca, el mercado?
Podría ahora morirme
Arrodillada ante la hoja en blanco,
Madre,
yo que escribo insomne,
Paisajes, retratos, signos
sin lógica alguna por la vida
más allá de estas creaciones;
Nosotros, jóvenes,
que moriremos sin haber viajado,
que nos resistimos a entregar la vida
en una empresa
prefiriendo empeñar el alma
al espíritu salvaje del camino.
¡Madre, madre!
Tú que sí creíste en la pensión
Y confiaste tus fragilidades al estado,
Tú que invertiste en la bolsa,
en inmobiliarias y arriendos,
que forjaste un imperio
con tus pies descalzos
empinados sobre algún pueblo de Antioquia.
Madre, compárteme una herencia,
Para poder escribir.