Braulio Aguilar Velázquez (estado de México, 1983). Estudiante de Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Con el sello de la facultad publicó el ensayo “Crítica al régimen de Porfirio Díaz en Un Adulterio de Ciro B. Ceballos”. Ha publicado poemas en las revistas Timonel y Los Bastardos de la Uva. Asimismo, ha participado en las ediciones colectivas III, V y XII del Taller de Creación Literaria: EN EL BORDE. Su primer poemario, El espinazo de las lámparas, se publicó en marzo de 2018. Actualmente participa en el equipo editorial del proyecto La novela corta: una biblioteca virtual (UNAM-IIFL).
YO NO ENTIENDO / YO SIENTO DESPACIO / Y ES TARDE
Estoy tan sólo que podría llorar
Hank Williams
Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas
que ya tienen la forma de nuestro cuerpo
y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares.
Es el momento de la travesía.
Fernando Pessoa
I
¿Cómo se acomodan las palabras para hablar
del enfriamiento que porto en la carne?
Yo no entiendo
Yo siento despacio
Me enredo de los latidos y nada sé
nada más ando difunto de acá
tierra adentro dolido
huérfano de piel de hembra desde muy lejos
con el verbo de la blasfemia apretado en los labios
Yo siento despacio
empeorado
y es tarde
Ya va para cuatro días de esto como enfriado
como de silencio o tristura
pero no sé qué es
y sigo empeorando
¿Qué poseo?
¿Qué he obsequiado a la vida?
¿Es cierto que alguna vez fui mejor de lo que soy?
Es tarde
y yo no entiendo
por qué mover un ala en compañía de otra
no llevó a ningún sitio
o por qué todos los sitios me llevaron a los mismos cuerpos
porque veinticinco años ha sido demasiado tiempo
porque es suficiente
Suficiente caer al mojado aroma de la tierra
Suficiente búsqueda de un hogar entre las aceras
muriendo de tiempo como agua calcinada
con palabras sin coraje perdidas
y el amor temblado como un verso entre los ojos
¿Qué conservo de aquel primer aleteo de la infancia?
‒Y si volviera, ¿qué hallaría?
Tal vez sólo un eco
un falso revoloteo entre las escombreras del alma
quizá
y sin alas, ¿para qué serviría una mosca?‒
Yo siento despacio
y es tarde
Nací al revés, no domesticado
a cada rato ando agrio, raído de la voz
con el amor chueco
los ojos esferados con aquello de lo triste
y blando el crujir que me lastima desde abajo
Incendiado por el alcohol
me encanallé a lo crudo para dar origen a mi rabia
sabiendo que me acabaría y nada podría conservar
No entiendo
Siento despacio
Y es tarde
II
Cuando era niño y aprendí a caminar
una mañana ya no pude encontrar el regreso a casa
desde entonces
ando en busca de cuanto pueda devolverme al hogar
Ahora comprendo que es preciso escribir
para acudir al sitio adonde pertenecemos
es preciso acomodar las palabras
resolver algunas preguntas:
¿Cuánta soledad existe en el amor?
¿Por qué nunca llega completo?
III
Una tarde escribiré un poema que será como un tsunami
no quedará palabra en pie
pero primero necesito indagar en algunas sombras
y hablar de este enfriamiento que porto en la carne.
LAS MOSCAS EN EL AMOR
¿En dónde ha quedado la tristeza?
¿En dónde, el amor? ¿Cómo es posible
que se niegue tanto, que se soporte
que se niegue tanto? ¿Dónde han quedado
la violencia, el alma, la sangre?
[…]
Hay moscas por todas partes, hay hombres
en los que morimos sin sentirlo;
entre las costillas de todos
hay un corazón que nos pertenece,
que sangra en nosotros. Está doliendo.
Rubén Bonifaz Nuño
Para que todo surja es que amamos
Porque esto no será otra cosa sino el arrasarnos
hasta el atranco, el dolor, pero no el olvido
hasta tener milésimas larvas o recuerdos
o un poema donde guardar estas palabras
Y aunque nunca termines de parir tu dolor
y nunca se acaben las crías
y nunca termine de escribir esta línea
sí acabaremos en hemorragia
en la costrosa sensación del dormir a solas
sobre el astillado frío de cualquier cama
sin nuestra carne violenta y enferma
pero con el calor vano al no poder andarla
llevando a la boca nada más que desperdicio
o conmigo marchando a otras cloacas
a conseguir con monedas
lo que habré perdido en tus brazos
en busca de ti
inútilmente hallando nada
Así
para que nunca se olvide
hasta la hemorragia amaremos
hasta que nos traguemos
grandes, amargos cuajarones de rabia
y ruda la sangre que se blasfeme
desde ese canto cardenche
de nuestros corazones henchidos por la pus
Hasta la cabrona muerte del recuerdo
hociqueando entre las alas
Hasta la ceguera amaremos
y nada podremos hacer, nada para el olvido
ni entregando tus besos
a cambio fácil de un par de cervezas
ni tu odio, ni tus mentadas
ni tu tempestad alrededor de nadie
ni yo a media sombra tirado por la borrachera
violentado desde las manos contra las paredes
arrasando a gritos desde el vientre
como vomitando
de a perro
como arrojando un espumajo ardiente, turbio
insoportable, como tu nombre
Llegaremos hasta el asco de ver nuestros cuerpos
caídos por la enfermedad
con úlceras abiertos
flácidos ante el movimiento habitual
o solamente arrugados
tristemente solos y arrugados
pudriéndonos goteantes de dolor
arriba y abajo de la casa
cansados de vivir
preguntando “¿Por qué no te vas?”
Antes del alba así de jodidos debemos partir
sin saber desde cuándo fuimos
mera carne rabiada
tomándola, ciegos, cual si fuera amor
pero siendo eso que hoy remotamente se halla
no sé desde qué sitio, ni en qué minuto, ni cómo
pero será odio
En ese momento veremos
que por todo y desde siempre
nos atestaron las moscas el amor
Sabremos que por todo esto fue que amamos
para todo esto
y si no
entonces, ¿para qué?
LA PENUMBRA DE MIS LABIOS
Mi cercanía quedó hueca
porque lo igual que siempre ya repugna
por ser igual que siempre
Dirás frases
‒las que más hieran‒
de no estar
Conoceré el significado
de lo que ha dejado de ser
Me quedará una grieta
a la altura de tu recuerdo
ahí arrojaré el llanto, el alcohol
el doloroso martilleo de tu nombre
Y no sabré qué hacer
con la penumbra de mis labios
atrancados por el silencio
Así es
seré un silencio que no te quedarás a escuchar
a ver cómo intento reparar con palabras
Nunca te ha gustado remendar las noches
mucho menos latidos tan dispares
Cuando algo se desgarra
simplemente
ya no sirve