Concientización y acción

Retos de la nueva década para el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe

Por Rocio Saldaña Sausa[1]

En el plano internacional, este año ha marcado un hito en la historia de todos los países, ya que todos se vieron afectados por la pandemia del Covid-19, directa o indirectamente. Una pandemia que nos obligó a estar en casa para poder protegernos y proteger a los demás, una pandemia tan invasiva y viral que no nos dio tiempo de prepararnos para una paralización económica y de aislamiento social, una pandemia que aún sigue siendo noticia y que nos ha hecho reflexionar la fragilidad de nuestras vidas aparentemente normales, lo que me lleva a conjeturar la siguiente pregunta: ¿nuestras acciones antes de la pandemia nos llevaban a hacia algún fin? Mucho más allá de un fin económico y de supervivencia, es preciso indicar que los avances en menos de 50 años, tomando como punto de partida la aparición del teléfono móvil, han sido claramente vertiginosos. Todos estos avances en pos de importantísimos argumentos como el progreso, el cual sin duda nos ha traído muchos beneficios, pero ha acarreado también desfavorecedoras repercusiones en contra del medioambiente o, dicho en otras palabras, en contra de nuestro propio hogar como seres humanos. Dicho esto, ¿existen maneras de progresar sin impactar negativamente en las futuras generaciones? En los últimos años, debido a la urgencia ambiental, la mayoría de los países, incluidos los principales contaminadores mundiales, tienen prioridades de reformas y recomendaciones que abordan los obstáculos ambientales y de crecimiento. Sin embargo, todas estas acciones pueden quedarse solo en papel sin el accionar de las personas. El movimiento colectivo en las comunidades es una solución fundamental para el problema medioambiental pues, si bien un país puede estipular leyes para reducir ciertos elementos contaminantes, la tendencia de consumo define el desarrollo económico de un país o comunidad. Tal como señala Bischhoffshausen: “El poder político presiona a través de la legislación, los grupos ecologistas a través de acciones públicas y los consumidores comienzan a exigir productos verdes en el mercado” (Mejía, 2010). Por ahora, la relevancia que tiene el desarrollo sostenible en la vida de las personas alrededor del mundo es como una pequeña corriente que surge en una marea inminente que no sabemos si terminará por explotarnos en la cara o se disipará.

La pandemia del COVID-19 ha afectado a prácticamente todos los países, pero Latinoamérica es una de las regiones más afectadas a largo plazo. Este hecho ha marcado un punto de inflexión, que para bien o para mal, nos lleva a la crítica de varias acciones políticas, económicas, gubernamentales y sociales que se han venido ejecutando antes de la pandemia, y que ahora han quedado en segundo plano debido al mismo; pero que, sin duda, configuran el núcleo de causas por las que la mayoría de países de nuestra región ha sufrido devastadoras consecuencias.

Pezzini (2020), Director del Centro de Desarrollo de la OCDE y Asesor Especial del Secretario General de Desarrollo de la OCDE, en una entrevista para la OPEC mencionó lo siguiente:

“…La crisis del COVID-19 nos muestra el costo de la inercia y exige la reconfiguración urgente de una cooperación multilateral más inclusiva. Uno que involucre a los gobiernos en pie de igualdad para administrar y proteger mejor los bienes públicos globales, ya sea la salud o la emergencia climática”.

Las principales consecuencias financieras y económicas de esta crisis conllevan daños colaterales como mayor pobreza, mayor desigualdad, irregularidades en la educación, menos salud alimenticia y menor capacidad hospitalaria para atender tanto a las personas infectadas por el covid-19 como a las que no lo están, pero requieren tratamiento hospitalario. La magnitud de esta crisis sanitaria a grandes rasgos es bastante mayor que la crisis financiera pasada, tal y como informa Guterres (2020). pues según el Fondo Monetario Internacional, después de reevaluar las perspectivas de crecimiento para 2020 y 2021, ha declarado que hemos entrado en una recesión, tan grave o peor que la crisis del 2009. La irrupción de la pandemia en un estado de debilitamiento económico mundial que arrastramos desde aquella crisis, nos lleva a preguntarnos: ¿por qué no nos hemos podido recuperarnos desde entonces? ¿Y por qué no somos capaces aún de amortiguar el impacto de ninguna crisis?, si bien las causas de estas no son las mismas, las consecuencias son parecidas: fuertes tasas de desempleo y endeudamiento para subsanar el tejido productivo y de bienestar familiar; además, de un gran reloj que va contra el tiempo para que el cambio climático sea irreversible ¿Cómo es que hemos terminado tan mal? Desde 1987, gracias al Informe Brundtland conocemos sobre desarrollo sostenible, sabemos que el desarrollo debe ir de la mano con la proyección hacia el futuro, de manera que logremos satisfacer las necesidades del hoy, pero con la visión de que también debemos dejar para el mañana. Sin embargo, a este concepto no le hemos dado la importancia que se merece. Según las Naciones Unidas, en su reporte sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible del año 2019, se han logrado buenos avances como la accesibilidad de las personas a la energía sostenible y la mejora de la salud en cuanto a la reducción de enfermedades infecciosas consideradas muy peligrosas. No obstante, aún no hay tantas noticias positivas que opaquen a las negativas, por ejemplo: el deterioro del medioambiente está avanzando a ritmos muy alarmantes, lo cual se refleja en la elevación considerable de la temperatura en los últimos cuatro años, y en el constante peligro de extinción de millones de especies de animales y plantas. Asimismo, los suelos continúan degradándose de manera descontrolada debido a factores como incendios, deforestación y fenómenos provocados por el ser humano. El hambre en el mundo sigue aumentando, y pese a que haya progresos en temas relacionados con la salud de la población mundial, todavía al menos el 50% carece de servicios de salud esenciales. La educación aún requiere de atención, pues más de la mitad de los niños del mundo no cumplen las normas exigidas en materia de lectura y matemáticas. Esto se debe a que hay muchas regiones del planeta en las que los niños siguen sin tener acceso a una educación básica. En términos de igualdad, las cosas tampoco mejoran. En todo el mundo las mujeres continúan enfrentándose a desventajas estructurales y a la discriminación por diversos motivos laborales, sociales e incluso sexuales en algunas regiones. Evidentemente, la falta de resultados positivos en áreas urgentes deja aún mucho por trabajar en función del desarrollo sostenible.

En relación a los términos “crecimiento sostenible” y “crecimiento sostenido”, el Banco de Desarrollo de América Latina (2019) señala que son diferentes, pues el primero se refiere al patrón de desarrollo en un sentido amplio, mientras que el segundo hace referencia a un patrón de crecimiento económico caracterizado por una marcha persistente y poco volátil de la tasa de crecimiento. Sin embargo, ambos términos se complementan porque tanto el crecimiento sostenido contribuye a lo sostenible, al perseguir la visión de crecimiento a largo plazo, el uso más equilibrado y eficiente de los recursos económicos y naturales; y por los mismo, el crecimiento sostenible también contribuye al sostenido pues promueve el uso más racional y responsable de los recursos naturales y políticas de inclusión y promoción de soluciones y tecnologías verdes que, a final de cuentas, generan oportunidad rentables de nuevos negocios. Analizando estos términos podemos decir que América Latina y el Caribe no han crecido en términos de crecimiento sostenible ni de desarrollo económico. Es así que cuando hablamos de la economía Latinoamericana no podemos dejar de mencionar a la comúnmente denominada “trampa de ingresos medios”; es decir, la dificultad de sostener por más de una década tasas de crecimiento promedio por encima del 5%, y que además sean acompañadas con la reducción de desigualdades y la consolidación y perfeccionamiento de las instituciones democráticas. Al analizar la economía de muchos países de Latinoamérica, podemos notar un patrón de acumulación de capital y una estructura productiva basada en la extracción de materias primas para la exportación; y tal como lo afirman Sachs y Warner (en Alarco y Castill, 2018), los abundantes recursos naturales producen un falso sentido de seguridad y conducen al gobierno a perder la necesidad de diseñar, implantar y dirigir políticas apropiadas para el crecimiento económico. Asimismo, en forma directa la abundancia de recursos naturales reduce los incentivos privados y públicos para ahorrar e invertir, y por eso disminuye el crecimiento económico. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2011), los diferentes problemas sociales como la pobreza extrema y el desempleo se originan por un mismo hecho en común: la asignación evidentemente incorrecta del capital durante las dos últimas décadas, en la que se ha visto reflejada la dirección de gran cantidad de capital hacia propiedades, combustibles fósiles y activos financieros; en contraste, de una pequeña cantidad que se invirtió en energías renovables, eficiencia energética, transporte público, agricultura sostenible, protección de los ecosistemas y de la diversidad biológica, y conservación del suelo y el agua. La mayoría de las estrategias de desarrollo y crecimiento económico promueven una rápida acumulación de capital físico, financiero y humano, a costa de un agotamiento y una degradación excesivos del capital natural, del cual forman parte nuestros recursos naturales y ecosistemas. Con toda esta información, ya tenemos una buena noción de por qué nuestros países de Latinoamérica no han tenido un crecimiento ni desarrollo económico sostenible, y por qué es tan importante que tanto los ciudadanos como la política de un país tengan esta postura de desarrollo para un buen plan de Gobierno; puesto que las medidas o leyes que no protegen ni mejoran los medios de vida rurales y el bienestar social son insostenibles en el tiempo. De igual manera, depende de cada uno de nosotros mejorar los modelos de negocio y exigir modelos que respeten a los trabajadores y al planeta.

En cuanto a este año, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2020), hemos podido notar a escala mundial avances que se esperaban aún dentro de algunos años más, avances impuestos de forma casi obligatoria debido a la crisis causada por el coronavirus, pero que sin duda nos han ayudado a contrarrestar el nivel de contagios, a la par que nos han ayudado a seguir con el funcionamiento de la economía y la sociedad. El uso disruptivo de las tecnologías digitales para desarrollar actividades productivas, educacionales, de salud, de relacionamiento y de entretenimiento, nos ha permitido observar el desenvolvimiento de la sociedad con la tecnología, los retos para mejorar el desarrollo de dichas actividades, así como las brechas de acceso a la tecnología digital y las posibles soluciones a estos problemas. Entonces, ¿la pandemia es totalmente un hecho atroz, o podemos verla como una oportunidad de mejora? United Nations nos da un atisbo de esperanza en su reciente actualización sobre el ODS 13: Acción por el clima.

“A medida que los países se centran en reconstruir sus economías tras la COVID-19, los planes de recuperación pueden dar forma a la economía del siglo XXI para que sea limpia, verde, sana, segura y más resiliente. La crisis actual es una oportunidad para llevar a cabo un cambio profundo y sistémico hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta.” (United Nations, 2020)

Así pues, el 2020 no es del todo un año malo, nos dio una pausa y nos invitó a reflexionar, y aunque no lo queramos, nos está dejando grandes lecciones, como la de darnos por enterados que la forma en la que se estaba avanzando no estaba funcionando eficientemente, y que realmente hay nuevas maneras de lograr grandes avances con mejores resultados.

Bibliografía

Alarco, G. y Castillo C. (2018). América Latina en la trampa de los ingresos medios o del lento crecimiento. Revista Análisis Económico. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/ane/v33n82/2448-6655-ane-33-82-5.pdf

Banco de Desarrollo de América Latina. (2019). ¿Crecimiento sostenible o sostenido? Recuperado de https://www.caf.com/es/conocimiento/visiones/2019/03/crecimiento-sostenible-o-sostenido/

Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (2020). Los efectos del COVID-19 en el comercio internacional y la logística. Recuperado de https://www.cepal.org/es/publicaciones/45877-efectos-covid-19-comercio-internacional-la-logistica

Guterres, A. (2020). La recuperación de la crisis de la COVID-19 deberá conducirnos a una economía diferente. Naciones Unidas. Recuperado de https://www.un.org/es/coronavirus/articles/launch-report-socio-economic-impacts-covid-19

Mejía, E. (2010). Contabilidad Ambiental. Crítica al Modelo de Contabilidad Financiera. Armenia: Fidesc.

Pezzini, M. (2020). Jobs, economies and COVID-19 in the developing world. Recuperado de https://opecfund.org/news-stories/jobs-economies-and-covid-19-in-the-developing-world

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. (2011). Hacia una economía verde: Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza – Síntesis para los encargados de la formulación de políticas. Recuperado de https://sinia.minam.gob.pe/documentos/hacia-una-economia-verde-guia-desarrollo-sostenible-erradicacion#:~:text=Gu%C3%ADa%20%2F%20Manual%3A%20Hacia%20una%20econom%C3%ADa,la%20erradicaci%C3%B3n%20de%20la%20pobreza&text=Hacia%20una%20econom%C3%ADa%20verde%20es,promover%20un%20siglo%20XXI%20sostenible.

United Nations. (2019). The Sustainable Development Goals Report 2019. Recuperado de https://unstats.un.org/sdgs/report/2019/The-Sustainable-Development-Goals-Report-2019.pdf

United Nations. (2020). ODS 13: Acción por el Clima. Recuperado de https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/climate-change-2/

  1. Soy de Perú, nací en 1998, soy bachiller de Contabilidad y voluntaria en AIESEC Guadalajara. Mis intereses van desde las finanzas públicas hasta los problemas sociales. Creo que todos los jóvenes ahora estamos encargados de solucionar los problemas del presente para poder pensar en un futuro.

 

¡La revolución feminista será jurídica o no será!

Por Itzel Rocillo[1]

 

María Asunción Sandoval de Zarco logró en 1898 egresar de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, convirtiéndose en la primera mujer en México con el título de abogado. En la actualidad, la Facultad de Derecho de la UNAM indica que la matrícula de primer ingreso está conformada por 50% mujeres y 50% hombres.

     La violencia machista que sufrimos quienes optamos por esta profesión no termina en las aulas universitarias, se intensifica cuando salimos al mercado laboral, ¿A qué nos enfrentamos?, en primer lugar, a un estereotipo, las abogadas somos detestables, intratables, porque así son en general los abogados, siempre tenemos razón y tienes que tenernos miedo porque te podemos demandar. Aunque hay muchas imprecisiones técnicas en el enunciado anterior, es un clásico que acostumbran los cretinos cuando no quieren hacerse responsables de sus acciones u omisiones, “soy abogado” dicen, como si fuera una frase mágica que les permite estar justo fuera del marco de la ley.Leer más

La imprenta, las TICs y la nueva normalidad

 

Wilbert Tapia Meza (Perú) es profesor asociado de la Escuela Profesional de Filosofía de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, administra un conocido grupo virtual Iberoamericano de Didáctica de la Filosofía y es autor del Libro La Filosofía en Movimiento.

A partir de una comparación con el proceso de invención de la imprenta en Europa, vinculado a los procesos de difusión cultural, de acceso a la información y la posibilidad de desarrollo del pensamiento crítico, Wilbert Tapia analiza la Pandemia. Se pregunta si la denominada nueva normalidad será “normal” en algún sentido y estudia en qué medida las variaciones de las costumbres limitadas a los espacios familiares nos han cambiado. Así, observa cómo el uso de las redes informáticas ha crecido hoy mucho más que nunca en la historia de la humanidad junto a una «explosión» de seminarios, conferencias, cursos y talleres de distinto tipo, sobre temas vinculados a la filosofía y las humanidades. En medio del hastío, la frustración y la posibilidad siempre de ser manipulados, la «nueva normalidad» para este autor se abre como una posibilidad llena de alternativas que debe ser matizada con reflexión profunda, crítica y filosófica.

David Sumiacher

 

Enviado el: 14 de septiembre de 2020

En tiempos en que la realidad parece que nos excede la filosofía es un medio para transformar quienes somos

 

LA IMPRENTA, LAS TIC Y LA NUEVA NORMALIDAD

El hombre cuenta con un sistema perceptivo que le permite relacionarse con el mundo, de tal manera que puede obtener lo necesario de él para su subsistencia. Dentro de ese sistema destaca principalmente el de la visión, es uno de los sentidos privilegiados que los seres humanos hemos desarrollado para observar los objetos cercanos. La pandemia ha hecho todavía más notorio este aspecto, caminamos por las calles cubiertos con barbijos que ocultan nuestra nariz y nuestra boca, se enfatiza la vista ya que nos proporciona la información para acercarnos o alejarnos de lugares y de personas potencialmente peligrosas. Así, la pandemia ha hecho que modifiquemos nuestra manera de ver.Leer más

La vida desolada de las ciudades sin almas callejeras

Por Gabriel velázquez Quintero 

En el ocaso de una tarde de marzo, mi esposa fue recluida en el hospital que está frente a nuestro hogar. Las noticias circulaban y me decían que, en algunas semanas, volvería. Mientras, me gustaba pensar que en una de las ventanas podría verla sonreírme. Así que le serví su taza de atol, y me senté a ver todas las ventanas. Fue mi primera tarde sin ella.

No me gustaría culparnos de lo que hoy nos tiene separados. Realmente fue descuido nuestro, y del tiempo que llevamos vivos, claramente. Los setenta años que cargamos en nuestros hombros son obviamente culpables de lo débiles que nos volvemos. A cierta edad queremos demostrar que seguimos valiendo algo, que no somos un mueble más en la casa de la familia. Pero esta vez no fue el caso.

No teníamos nada que demostrar, no salimos a la calle para manifestar nuestra fuerza.Leer más

Identidades en los cuentos de El país del Viento de Sylvia Iparraguirre

Por Lidise Yaneli Castillo Rivas[1]

Así son las cosas en Ushuaia, iguales a las de cualquier parte,
pero distintas, sobre todo en aquellos años cuando
cada cosa era un acontecimiento y parecía que pasaba
por primera y única vez.
-Sylvia Iparraguirre

La literatura escrita por mujeres ha sido minimizada históricamente, pues en el cosmos literario que conocemos, los hombres construyen y dominan el canon, pues ellos mismos colocan las obras de un mayor número de autores varones frente a una reducida cantidad de escritoras valoradas de la misma forma. Además de cargar con esta etiqueta, las mujeres latinoamericanas se encuentran ante una doble marginación, pues el mismo canon es construido desde una visión colonizadora y eurocentrista, donde la literatura hispanoamericana algunas veces es infravalorada. Resulta importante mencionar la construcción de la literatura universal desde la escritura masculina ya que Sylvia Iparraguirre[2] muestra su postura al enfrentarse directamente con una academia literaria donde no se consideraba la existencia de escritoras ni de literatura femenina:

Era una época donde se discutía si había una literatura femenina; constantemente había mesas acerca de si existía o no una literatura femenina, y existía el absurdo de ver si había diferencias de lenguaje entre la literatura escrita por hombres y la escrita por mujeres. Yo he escuchado decir a escritores de la vieja generación que no les interesaba la literatura escrita por mujeres, que seguían confinadas un poco a esa idea prejuiciosa de que las mujeres escribimos sobre las flores, los pájaros y los niños. No éramos competencia para los varones. La idea general era que los varones estaban entonces en búsquedas formales. (Iparraguirre, S.D, Infobae)

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Pandemia: un diálogo con el espejo

Otro round realidad vs ficción

Por Natalia Bocanegra

Me miro en el espejo y lloro. Son tiempos difíciles. No sabemos cuándo van a terminar. Intento consolarme de alguna forma, pero por momentos nada funciona. Tengo la impresión de que la pandemia es otra faramalla, un salto en trapecio para despistarnos, una caída libre del capitalismo, un penalti en el último segundo y en cámara lenta. Un espectáculo que formamos todos.

El mundo podrá acabarse pero no va a detenerse. Suena como chiste de billar o sentencia de demiurgo borracho, pero está pasando. Los mecanismos de explotación siguen intactos.Leer más

La Educación en época de confinamiento y adaptación

Gabriela Vallejo Hernández (México) Directora del Grupo Filosófico de Adolescentes y Niños (GFAN), escritora de diversos textos en revistas nacionales e internacionales enfocadas al ámbito de la filosofía y las ciencias naturales, asesora técnico pedagógica, conferencista.

En este texto provocativo y crítico, Gabriela Vallejo nos lleva por un camino irreverente y cuestionador, analizando y describiendo di

versos problemas actuales en materia educativa creados por la Pandemia. Comenzando con poner en duda el hecho de llamar al actual estado de las cosas “normalidad”, y en una clara apuesta por enriquecer nuestra realidad humana, nos lleva a pensar diversas aristas de las inequidades propias de nuestro tiempo. Su tesis central, que el derecho a la educación se ha visto violentado, aún más, a partir de la Pandemia, se desarrolla a partir de una serie de interesantes argumentos, así como propuestas de acción en el actual estado de las cosas. Para cerrar, deja al lector una serie de preguntas, a modo de promover el curso de un pensamiento multidimensional: crítico, creativo y ético.

 

David Sumiacher

Enviado el: 8 de septiembre de 2020

En tiempos en que la realidad parece que nos excede la filosofía es un medio para transformar quienes somos

 

 

La Educación en época de confinamiento y adaptación

El año dos mil veinte ha traído cambios significativos en la sociedad mundial como el distanciamiento humano, el cierre de lugares públicos, centros de trabajo y escuelas. México no es la excepción en la realización de dichos cambios y en la búsqueda de adaptaciones surge la llamada: “Nueva Normalidad”.

¿Será realmente una nueva normalidad o una anormalidad? Si tomamos en cuenta que la normalidad se establece muchas veces dentro de una cosmovisión determinada, donde regularmente existe una tendencia social hacia la homogeneización, lo cual se refleja en las creencias sociales que determinan a las diferentes regiones y esto implica diversas conductas, actividades y convivencias, podemos dudar sobre ello. La normalidad suele ser algo aceptado por dichos grupos sociales.Leer más

La Amélie colombiana

Por Shara Bueno[1]

El 24 de septiembre de 1997, a las doce horas con treinta y siete minutos y dieciséis segundos, el señor de la chaza de dulces de alguna plaza principal de Latinoamérica, escucha el boletín radial de noticias donde comentan que los mafiosos colombianos andan pagando 50 dólares a quien proteste contra la extradición con carteles frente al Senado, en Bogotá. En ese mismo instante Andrea Echeverri piensa cómo será el lanzamiento del Álbum Tributo, por allá en las Yunaites el próximo mes, mientras almuerza ajiaco preparado por su mamá y, con destreza, agarra la mazorca con los dedos, como lo aprendió en su niñez. En ese mismísimo instante un politiquero con pinta de hacendado ordinario, llena de semen el útero de Carmen Galindo, bella muchacha con la secundaria sin terminar, madre soltera y mesera en una cafetería del centro de Armenia.Leer más

Medios comunitarios en Chile. Una herramienta al servicio de los pueblos

 

Por Jordano Ignacio Morales

La radio comunitaria Diego Portales, ubicada en una población del mismo nombre en la sureña ciudad de Talcahuano, es la primera en dar a conocer las imágenes de dos menores de edad baleado por funcionarios de Carabineros de Chile. La imagen de los menores, que estaban bajo el resguardo del servicio nacional de menores – SENAME –, recorre redes sociales y pronto llega a las grandes cadenas de medios tradicionales chilenos que traería como consecuencia la salida del director general de Carabineros, algo demandado desde hace meses por vastos sectores de la sociedad.

Los medios comunitarios son los que hoy están inmersos en las poblaciones. Su trabajo está bastante apegado a las comunidades, siendo muchas veces el espacio de expresión de ésta.Leer más

Post pandemia: lo que viene en lo político

Por Julio Macott

Así como la pandemia le permitió al Presidente Iván Duque recuperar algo de opinión favorable, el fin de la tragedia le dará otro empujón y quizás le permita terminar su gobierno con niveles de aprobación superiores al 60%. Todo depende de él mismo, las circunstancias externas le han terminado por ayudar.

Lo que viene dentro de algunos meses, cuando la pandemia esté controlada, será un ambiente de optimismo. A la primera pregunta de las encuestas políticas: usted cree que las cosas están mejorando o empeorando? La respuesta muy mayoritariamente será: “mejorando” y eso condiciona los demás resultados.

Y es que la situación estará mejorando, no especialmente por la gestión gubernamental, pero mejorando y eso es lo que importa.Leer más