Corazón que ríe, corazón que llora de Maryse Condé

Por Liliana Rivera

El artista es un niño, el niño crea, nos rodea de un mundo objetivo, y el arte surge como añadidura, y la realidad se reconfigura. Esa es la labor de un escritor, resignificar o recrear la realidad, y esto es a través de la memoria, de recordar, despertar el alma dormida, y descubrir sus caminos secretos, así como lo logra hacer la niña Maryse.

Corazón que ríe, corazón que llora, una novela sencilla en sus letras, pero poderosa en su contenido.  En ella, Maryse, a través de la memoria nos va llevando a la construcción de su niñez y adolescencia. Sus recuerdos, llenos de amor y desamor, de amistad, de vida, de muerte, y el choque racial, que como niña no entendía, y como adolescente tuvo muy claro, pues lo llevaba en la piel. La ganadora del premio Nobel alternativo, nos enfrenta a un mundo prejuicioso, que ella misma descubre a través del vacío.Leer más

Hablemos de ciberacoso

Por Verónica Ethel Rocha Martínez

¿Por qué una persona, o los miembros de una organización e, incluso, de una sociedad, tendrían interés en agredir a una sola persona? ¿Qué motivos podrían desencadenar esta furia, pues sin duda a muchos de ellos los conoceré por primera vez?

Más aún, ¿qué sentido tiene espiar la vida privada de una mujer y exhibir de manera dolosa aspectos naturales a su existencia, como sus necesidades fisiológicas más simples o aquellas derivadas de su placentera vida?, como si estos actos, al hacerse públicos, se convirtieran en atrocidades y no lo que son: actos naturales a la existencia de cualquier persona.

¿Quién podría realizar tal inmolación haciendo públicos estos aspectos? sobre el entendido de que se añade que ha sido la misma persona quien se exhibe su propia intimidadLeer más

Juventudes LGBT+: Intersecciones de discriminación

Por Paloma Marisol Carreño Acuña

Cuando la orientación sexual, identidad, o expresión de género se cruzan con la edad, se generan intersecciones de discriminación provocadas por el adultocentrismo y la hetero-cis[1]– normatividad que afectan de forma particular la vida de las infancias, adolescencias y juventudes LGBTI+. Es por eso que se vuelve indispensable incorporar la perspectiva de juventudes en las acciones para garantizar los derechos humanos, particularmente los derechos sexuales y reproductivos, de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) de la diversidad sexual.

Intersección de discriminación

Las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex han sido históricamente discriminadas por su orientación sexual, identidad, expresión de género y diversidad corporal[2]. Esa discriminación es estructural porque se reproduce a través de múltiples plataformas que conforman el imaginario colectivo: leyes, políticas públicas, creencias religiosas, planes educativos, medios de comunicación, tradiciones, prácticas culturales o el lenguaje.Leer más

Libertad para matar

 

Antonio Campillo (España) es filósofo, sociólogo y escritor. Catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia. Ex presidente de la Red española de Filosofía (REF). Web: https://webs.um.es/campillo.

En este texto, que palabra a palabra va creciendo en intensidad y prolíferas ideas, Antonio Campillo analiza la situación de la primera pandemia global de la historia, así como el fenómeno llamado “infodemia”. En el marco de la idea de la posverdad, en donde proliferan multiplicidad de teorías e informaciones infundadas acerca del fenómeno actual, deconstruye la postura que realza únicamente las libertades individuales, amenazadas por el aparente poder totalitario de los estados que toman medidas anti-covid. Rechazando la visión negacionista de Agamben, explica que quienes repelen toda medida de cuidado con base en estos argumentos, caen en una lógica binaria que niega la complejidad de lo real y se enmarca en una falsa contraposición entre poder y libertad. Finalmente, ellos abogan por el primitivo estado de naturaleza al que instaba Hobbes, en donde todos tendríamos libertad para matar, confundiendo libertad y soberanía.

David Sumiacher

Enviado el: 8 de noviembre de 2020

En tiempos en que la realidad parece que nos excede la filosofía es un medio para transformar quienes somos

 

 

Libertad para matar

1. Comprender la pandemia

La enfermedad conocida como Covid-19 (acrónimo de coronavirus disease 2019) apareció a finales de 2019 en la ciudad china de Wuhan y está causada por el SARS-CoV-2, un coronavirus que ha pasado a los humanos procedente de otras especies animales. Este contagio entre especies es frecuente, se llama zoonosis y está en el origen de más del 60% de las enfermedades víricas. Los síntomas provocados por el SARS-CoV-2 son similares a los del SARS (severe acute respiratory syndrome), una enfermedad que apareció en 2002 en la provincia china de Cantón. Pero, a diferencia del SARS, cuya incidencia fue muy limitada (unos 8.500 casos, la mayoría en China y Hong Kong), el nuevo coronavirus se extendió en los primeros meses de 2020 por todo el mundo, especialmente por las regiones más ricas y poderosas del hemisferio Norte.Leer más

El mayor limitante en la expresión de nuestra personalidad

 

Por Erick Pavell Galeana Mayo[1]

“Deconstruirse es un acto infinito”

Lo conocido como “ser hombre” —igual que tantas cosas— es una construcción social que ha variado a lo largo del tiempo y el espacio, aunque las similitudes compartidas son diversas. Desde épocas antiguas se ha creído que un hombre debe ser fuerte, valiente, protector, heterosexual —haciendo mención de pocas de tantas aptitudes— y estas atribuciones han perdurado hasta nuestros días distorsionando el significado de las palabras. Un claro ejemplo ha sido la confusión de atribuir únicamente la fortaleza física a lo contemplado como “fuerte”, ignorando los demás elementos de fuerza, como lo es —la luz en la oscuridad ante las desgracias— la resiliencia. Cuando crecemos nos enseñan, corrigen e indican cómo debemos ser y en quién no debemos convertirnos; es indudable, “ser hombre” (y su proceso de adoctrinamiento) ha predestinado gran parte de nuestras vidas.

Empero, las masculinidades que existen son la hegemónica, subordinada y alterna. De acuerdo con un informe sobre masculinidades emitido por la CNDH: “los integrantes de la masculinidad hegemónica se caracterizan por ser importantes, independientes, autónomos, atractivos, productivos, heterosexuales, y a nivel familiar, proveedores y con un amplio control sobre sus emociones”[2], mientras tanto, el machismo y micromachismo se explican por separado. Leer más

Lesbiana: un erotismo violento

Por Camila Carrillo-Camacho[1]

Píntame una mujer peligrosa
una que coma culebras
una que ladre
que se peine la barba
una mujer con la vagina violada
con las tetas caídas
una que singue y goce
una que tenga cucarachas aladas
al lado de la cama
píntamela para poder mirarme al espejo
(de la Tierra 2005)

Se me quedaron retumbando las palabras de un amigo luego de ver la Carta a las imágenes pensativas (anexo 1): “el texto eleva el erotismo de la imagen y lo desborda a la imaginación.” Yo quiero contrastar esa idea con la siguiente, “hay regímenes del entrever: por ejemplo, en ciertas expresiones del arte erótico no se exhibe el desnudo sino que se invita a inferir formas y posturas corporales veladas por la ropa” (Abril 2013, 37). De este contraste, me da la sensación de poder crear símiles entre la imagen del vídeo como un desnudo, y el texto sonoro del vídeo como una ropa: veladura, que desbordan en la imaginación erótica. Este ejercicio comparativo juega con movimientos de contraste sumamente dinámicos: situar a la imagen que sí podemos ver en el video como desnudo velado hace que lo visto adquiera zonas de invisibilidad. Esos lugares (invisibles) que no son aprehensibles movilizan la imagen, la corrugan y entonces lo visto no se asume como verdad plana o estática, sino que genera nuevas imágenes. Esto implica que la imagen tiene cualidades creativas, no solo se crea, sino que nos recrea.Leer más

Elogio

 Por Julio Macott

El Ministro de Salud de Colombia ha liderado, sin descanso, con aplomo, con conocimiento y con acierto una destacada gestión del sistema de salud que ha permitido atender la enorme tragedia que nos ha tocado vivir este año y que le costó la vida a casi ¡50.000! personas. Le faltaba poder anunciar que hay un camino claro para vacunar a la mayor parte de la población, que es la única manera en que saldremos de la tormenta, y finalmente lo pudo hacer. Ahora tiene el círculo perfecto.

En los cargos públicos, los funcionarios tienen eso que los abogados llaman una obligación de resultado. No se trata de hacer todo lo posible, sino de lograrlo, y la opinión ciudadana, con el enorme y creciente poder que le dan las tecnologías de la comunicación, es implacable y este Ministro lo ha logrado: fortalecer el sistema de salud para que en ningún lugar del país haya existido colapso a pesar de la altísima demanda de servicios, especialmente los de cuidados intensivos.Leer más

Una vieja fábula para la «nueva normalidad»

Carlos Vargas (México). Profesor en el Colegio de Filosofía y de Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México impartiendo cursos de Metafísica, Filosofía de la educación y Enseñanza de la Filosofía. Autor de numerosos textos y libros vinculados a estos temas.

En este texto cautivador, lleno de contenido y notas reflexivas, alternando entre una sugerente fábula de Higinio y conceptos de Martin Heidegger, el filósofo mexicano Carlos Vargas, nos lleva a pensar la situación actual. La cura, el cuidado de sí mismo, ¿qué quiere decir hoy en día cuidarse? Este tipo de preguntas o cuestiones tan fundamentales, permiten a Vargas remarcar que los humanos se cuidan para persistir y que el que se cuida, al mismo tiempo, cuida a otros. Analizando aspectos de nuestra situación actual, remarca que el sistema económico imperante considera a la salud como un recurso, como un medio que hace posible el ejercicio productivo. También que la nueva «normalidad», lo que tiene de “normalidad” es, más bien, pretender que las relaciones económicas y de explotación sean como eran antes. Por eso nos invita a la reflexión y al cuidado, como medida prioritaria e inalienable para la preservación del preciado tesoro de nuestras existencias.

David Sumiacher

Enviado el: 22 de septiembre de 2020

En tiempos en que la realidad parece que nos excede la filosofía es un medio para transformar quienes somos

 

UNA VIEJA FÁBULA PARA LA «NUEVA NORMALIDAD»

Existe una vieja fábula, atribuida al autor latino Gayo Julio Higinio, en la que se cuenta el origen del ser humano. En dicha fábula se narra que un buen día, una entidad mítica llamada Cura caminaba por un río y vio que había arcilla; cautivada por algún tipo de inspiración, tomó ese material y elaboró un ser muy peculiar. Sin embargo, la creación de Cura no poseía vida, por lo que acudió al dios Júpiter para que éste insuflara el aliento vital a su criatura. Júpiter accedió y logró que la entidad formada por Cura adquiriese vida. Pero, desde luego, los favores divinos no siempre son gratuitos y este caso no fue la excepción. El dios Júpiter deseaba que esa nueva criatura tuviera su nombre y fuera su posesión, dado que había sido él quien le otorgó el aliento vital. No obstante, Cura se negó a que su creación tuviese el nombre de Júpiter, pues afirmaba que la entidad en disputa era creación suya. En medio de la polémica se apareció la diosa Tellus (en latín, el nombre de la personificación mítica de la Tierra es Tellus, de donde procede el término telúrico). Esta deidad indicaba que ese nuevo ser habría de ser propiedad suya y debía tener su nombre, puesto que el material con el que había sido hecho, era suyo. Así pues, la discusión no lograba resolverse, por lo que pidieron la intervención de un dios más viejo y, por tanto, más sabio: Saturno. Tras enterarse de la situación, Saturno concluyó lo siguiente: dado que Júpiter infundió el hálito vital, cuando ese ser (y cada miembro de su estirpe) muriese, el alma de la criatura sería propiedad de Júpiter. Dado que el cuerpo de este ser fue hecho de Tellus, al morir, sus restos corporales habrían de yacer en la tierra; de aquí que los cuerpos tendrían que ser inhumados. Y puesto que Cura fue quien diseñó a esta criatura, mientras ésta tuviese vida, la propia Cura sería responsable de su existencia. Finalmente, respecto al nombre de esta nueva entidad, Saturno sentenció que debería tener el nombre del material con que fue elaborado. Puesto que en latín el término humus significa tierra (en el sentido de material), esta criatura habría de tener el nombre de humanus, es decir, humano[1].Leer más

El color de la justicia

Por José Corona Padilla 

 

Llamaba injusta a la vida cuando los planes que había pensado se derrumbaban, con ellos llegaban las frustraciones y otros problemas de inseguridad que detuvieron mi crecimiento por un tiempo. Eso pensaba mientras caminaba hacia Xo’iep, una comunidad perteneciente al municipio de Chenalhó. Era nuestra cuarta concentración en el proyecto educativo de Las Abejas de Acteal, ubicado en Yabteclum. Las clases seguían, pero tuvimos que salir temprano para llegar a la casa de Juan, por necesidades de apoyo fisiológico a una niña.

Andábamos por un camino de terracería, mientras mi amigo me contaba el motivo de la urgencia: íbamos a conseguir dinero a su casa, para comprar medicina en San Leer más

Schopenhauer, Los Heraldos Negros y la desesperanza que circundó el planeta en el 2020

Por Márcia Batista Ramos

 

Al acercarse a las últimas semanas de un año totalmente inaudito, que obligó a todos a pensar en la dicotomía vida-muerte, encontré un poema de César Vallejo “Los Heraldos Negros” y me pareció que el poeta peruano había previsto, además de su muerte (“Me moriré en París con aguacero \un día del cual tengo ya el recuerdo”), la muerte de nuestros días…la muerte de nuestro mundo. Puesto que el título es una evocación de los mensajeros de la muerte, los cuales, obviamente, solo pueden anunciar el dolor.

Ese dolor, inexplicable, que llegó cambiando el orden del mundo, dolor que se levanta desde lo más subrepticio del ser humano, pareciera previsto al leer los versos de Vallejo, que lo visibiliza desde el primer verso del poema que tiene una estructura de círculo vicioso: “Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!”

Desde la óptica trágica de César Vallejo, con atributos schopenhauereanos, solamente por el hecho de existir el ser humano tiene que lidiar con el sufrimiento.Leer más