Hécate, la triple diosa

Por Carla Isabel Rodríguez Saucedo[1]

Resumen

Si hay algo que caracteriza a la cultura griega es, ni más ni menos, su riqueza mitológica, pues de ella nacen grandes epopeyas clásicas, cargadas de una importancia tal, capaz de inspirar construcciones, pinturas y esculturas aún en nuestros días.

La Mitología Griega no dista de otras culturas cuya creencia tiene un valor politeísta y patriarcal, donde Zeus, Poseidón y Hades rigen sobre la tierra, el cielo, el mar y el inframundo, aun así, es común encontrar a otros dioses siendo venerados en la región de Grecia por sus aportes a la humanidad o sus facultades sobre la naturaleza, es aquí donde encontramos una figura fuera de lo convencional, representada con tres rostros y llamada con distintos nombres, Hécate.

Introducción

Si bien las deidades pertenecientes a la mitología griega son bastas, regularmente suele enaltecerse a 12 seres olímpicos, tan magníficos como peculiares, entre los cuales encontramos una clásica trinidad masculina regente y suprema, Zeus, Poseidón y Hades, quienes, tras derrocar a su padre Cronos, Leer más

La experiencia futbolística

Tragedia, violencia y fanatismo en el fútbol

 

Por Saúl Pérez Sandoval[1]

Son múltiples los escritores que a lo largo de su vida hablaron maravillas del fútbol, Albert Camus, en su relato titulado Lo que le debo al fútbol[2], señalaba que «después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de la moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol». Eduardo Galeano, con su libro El fútbol a sol y sombra, y Juan Villoro, con Dios es redondo, hablaron grandes cosas del fútbol y de esa experiencia visual que les producía un gran placer, aunque Villoro habla de la religión en que se puede llegar a convertirse el fútbol para sus aficionados; y Galeano sobre la parte más oscura que oculta ese deporte, el fútbol como un negocio lucrativo. A diferencia de otros como Borges que, en las múltiples entrevistas que le realizaban, siempre que podía expresaba una repulsión al mismo. «El fútbol es popular porque la estupidez es popular» decía. Y así nos podremos encontrar diversas opiniones respecto al mismo en cualquier ámbito. Habrá quienes lo aman y quienes lo odian, o les sea algo indiferente.

En general, podemos decir que cualquier deporte es, sin lugar a dudas, Leer más

Sin queso de cabra, por favor

Por Chess

 

Autobiografía, Enero 2020

-Tiene sangre en los pulmones, no para de convulsionar, tenemos que inducirle el coma ¿qué desea que hagamos?

Ayudar a otros, a veces desconocidos, es algo que hace para sentirse útil y solidaria, para hacernos creer que le importa la humanidad. Sabe que decidir entre la sala de terapia intensiva y un ataúd no es fácil.

Mexicana clasemediera, jugaba en la calle de atrás a los patines y la bicicleta. En algún momento decidió que la tierra y la pelota eran más divertidas que las zapatillas y el leotardo.

Asistió a escuelas públicas donde conoció los colores de la piel y las palabras piojosa, busto, cooperativa, sin olvidar el festival de las madres, el cambio de escolta y las casas de sus amigas. Se raspaba las rodillas en el patio de cemento, defendía a los débiles, jaloneaba a los niños que corrían más rápido que ella jugando a policías y ladrones. Competitiva y berrinchuda, pronto aprendió que a todos les toca un lugar en el salón de clases y, más tarde, en la vida.

Falsificó credenciales para entrar a la secundaria, fue gremlin y perdió el suéter cLeer más

El tango y sus orquestas: un panorama

XII

Por Miguel García

 

Di Sarli, denominado el Señor del Tango, tuvo también sus seguidores e imitadores. En 1957 tuvo un desacuerdo con sus músicos y éstos decidieron formar una orquesta aparte. Entonces, el director se rearmó con nuevos instrumentistas para continuar con sus exitosas presentaciones. Por su parte, los desvinculados fundaron la orquesta Los Señores del Tango, en referencia directa a su antiguo director, pues su sonido era exactamente el mismo que ejecutaban con él, salvo por el piano, que encomendaron al joven cordobés Jorge Arduh. Años antes, a inicios de la década de los 50, Ricardo Pedevilla se presentó con una orquesta cuyo estilo buscaba asemejarse al disarliano, de buen gusto, aunque sin originalidad.

Miguel Caló sobrevivía como una de las figuras mayores. El inicio de la década lo encontró con una orquesta de la cual habían surgido montones de talentosos integrantes que se fueron desvinculando para formar parte del inventario orquestal de aquella época de oro: Raúl Kaplún, Domingo Federico, Maderna, Francini, Pontier. Para entonces, dejó de contar con los cantores de antaño (se tienen registros de Ricardo Blanco, Juan Carlos Fabri y Carlos Barbé, Chola Luna y Alfredo Dalton, con un brillante regreso efímero de Alberto Podestá en el 54). En los números instrumentales muestra una actitud de sencillez armónica, a diferencia de lo que había hecho a inicios de los 40, con versiones complejas e interesantes de títulos como «Sans Souci», «A Martín Fierro» o «Elegante Papirusa». El piano a cargo de Miguel Nijensohn, de estilo parecido al de Maderna, hizo posible queLeer más

¿Por qué pensar es un problema?

Por Yessika María Rengifo Castillo[1]

La única perspectiva que podemos adoptar
cuando pensamos en nuestras vidas es la del recuerdo.
Daniel Kehlmann[1]

 

Los altos índices de homicidios a líderes sociales siguen siendo un pan de cada día en Latinoamérica, a tal punto que encontramos un abanico de textos que intentan especificar el fenómeno violento de la extinción de los agentes sociales, pero no hay aún claridad sobre estos patrones que son eje de sus asesinatos o atentados en contra de sus vidas. 

Sin embargo, la circulación de sus ideas o pensamientos en plazas públicas y privadas en favor de los derechos de una comunidad podrían ser el problema. Lo anterior en razón de que si bien pensar ha sido instaurado como un derecho que tienen los seres humanos frente a entornos locales y globales, parece que el despertar del pensamiento en poblaciones sometidas resulta un inconveniente para quienes detentan el poder económico y se han apropiado de los recursos de las comunidades. Aquí es importante recordar, entonces, que los líderes sociales acuden a discursos o narrativas que cautivan a sus espectadores, tal como lo señalan Vásquez, Iñiguez y Cabruja (2000):

En efecto, tratar de buscar el verdadero significado de la palabra narrativa reduce la Leer más

Lawfare, guerra híbrida y golpes de Estado blandos

Por Eduardo López Velasco[1]

El 15 de noviembre del 2019, compartí una reflexión en el Correo Ilustrado del Periódico La Jornada[2], en donde la mayoría de los comentarios iban encaminados a mostrar apoyo a Evo Morales, quien había sufrido un golpe de Estado en Bolivia. Mi reflexión giraba en torno a la importancia de que el gobierno mexicano, encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), prestara atención a esta nueva modalidad de golpes de Estado suaves o blandos que se han desarrollado principalmente en América Latina.  

El caso antes mencionado es claro ejemplo de cómo la política ha generado nuevos mecanismos para derrocar a los gobiernos que no son bien vistos por los Estados Unidos, quien apoyado por la burguesía nacional, juntos emprendieron estos nuevos mecanismos que poseen una tendencia a dejar atrás los golpes de Estado militares o por vía violenta, por lo que ahora se realizan por medio del aparato judicial de los diferentes países. Así pues, considero que existen elementos claros para que AMLO tome en cuenta, ya que hay elementos en México que se han utilizado en Latinoamérica.

Un buen punto de arranque sería ir definiendo qué Leer más

La mujer inquebrantable

Testimonio de migración desde El Salvador

Por Esperanza Cativo

El sol reflejaba sus imponentes rayos a través de la puerta de cristal opaco y adornos de flores color dorado. Eran exactamente las 3:00 de la tarde, ella abre la puerta y expresa: “estos días soleados me recuerdan a mi país, el Salvador”.

Aída Esperanza Cativo Ramírez llegó a la Ciudad de México a los 15 años; su hermano inmigrante la mandó traer, pues la guerrilla salvadoreña se agudizaba a finales de los años 70. Ella es una de los 340 mil 824 migrantes que llegaron entre 1980 y 1990 a la República Mexicana en busca de mejores condiciones de trabajo y de vida; sin embargo, las crisis sociales y políticas son problemas de la mayoría de los países latinoamericanos, esto según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Lleva el cabello recogido en un chongo y sonríe constantemente, no obstante, su mirada es fría, Leer más

El aceleracionismo para organizar el vacío entre paréntesis

Por Francisco Tomás González Cabañas

En primer lugar, se pretende fundamentar la importancia de dos ejes conceptuales que hacen a la historia política-filosófica, los cuales, desde este humilde punto de vista, considero han sido escasamente trabajados. Así, se hablará del aspecto temporal de lo social no como dimensión contabilizada desde el pliegue o perspectiva hegemónica de lo numérico, como estandarte de lo que luego será la estrella en marcha o piedra basal del capitalismo. En segundo término, la conjetura de análisis de la historia político-filosófica será desde el tiempo entendido, comprendido, vivenciado y relatado, como característica esencial de lo que nos sucede en una dimensión imposible de contabilizar. 

De este modo, sustancialmente planteamos que el tiempo, en el que se hace mención al espacio de lo democrático en clave marxista, no puede ser argumentado desde la égida de cosificar los sucesos bajo la industrial concepción, que será esbozada como “razón instrumental”, del transcurrir, anotados o apresados en el circular de una aguja sobre un mismo punto, dividida en un semblante numérico que no hacen más que determinar un análisis, del que si no salimos, constituirá siempre la trampa del absoluto propia del capitalismo. 

Finalmente, la intervención de los autores destacados de los que nos nutrimos reforzará la presente conjetura, para que la humanidad deje de ser un instrumento de una forma o idea, de atrapar al hombre en una dimensión “capital” que lo deshumaniza y lo expolia de su propio ser o sentido. El tiempo absolutizadoLeer más

Uriel Hernández | Poemas

Uriel Hernández Gonzaga (Guerrero, 1992). Psicólogo por la Universidad Autónoma de Guerrero, poeta y artista visual.  Formó parte de la primera generación del proyecto Red de Letras, Acapulco (Guerrero, México).  Sus poemas, cuentos y artículos han sido publicados en revistas y antologías en México, Argentina, Brasil, España y Australia. Ganador del concurso Día del escritor (Bruma Ediciones, Argentina, 2014).  Colaborador invitado en portales de divulgación científica como Psicologíaymente y Naukas.   Actualmente dirige Neurociencia 12, proyecto personal de divulgación científica y colabora en espacios destinados a la poesía experimental.

 

 

Origae-6

Nos besamos como engranajes de vidrio

lentamente hasta detener la infección

el amor es una infección

un parasito extraño en la cavidad torácica

donde el huésped soy yo.

 

 

 

Kamui mosir

Este amor ulula como si fuera espuma de mar o lumbre

yo puedo escuchar el cielo estrechándose  

cuando las ranas entran por la ventana

y se quedan ahí sobre tus muslos de antílope

te escoltan porque tu cuerpo es como el aguaLeer más

El tango y sus orquestas: un panorama

XI

Por Miguel García

 

Hay ecos de los grandes impulsores de estilos de las épocas más lejanas. Y no sólo ecos, sino realidades que siguen con éxito en el gusto de sectores grandes del público. Para esas fechas, Francisco Canaro y Roberto Firpo siguen en activo; este último, con su cuarteto convertido en quinteto al agregarle clarinete, con plena convicción de recrear el sonido de la primera década. Canaro, por su parte, manejaba buen número de conjuntos, muchos de ellos dirigidos por sus hermanos; aquellos que figuraban con su nombre eran una gran orquesta con la que interpretaba con libertad tangos de sonido cercano a los intentos sinfónicos que había hecho a finales de los 20 e inicios de los 30, junto con un quinteto. Desde finales de la década del 30, con la creación de su Quinteto Don Pancho, ofrecía una modalidad muy tradicional apropiada para el baile; el de los 40 y 50, rebautizado Quinteto Pirincho, llevó a cabo una recreación aún más retrospectiva, cercana a la desarrollada por Firpo, con piezas viejas, aunque tomándose ciertas libertades, como el tempo variable. [61]

Otro de los viejos directores que seguía vigente, iniciado en el mundo tanguero una generación después de Canaro y Firpo, fue Osvaldo Fresedo. A diferencia de los mencionados, su gusto era más refinado, acostumbrado a tocar en los grandes salones con una audiencia de personas de alto poder adquisitivo. Sus experiencias en Estados Unidos lo convencieron de ampliar su mira e incluir recursos de otros ritmos e ideas estéticas inusuales, como la de incluir instrumentos ajenos a la orquesta típica (vibráfono, batería, arpa, etc.).

Algunos de sus colegas celebraron sus iniciativas, a otros no les hizo gracia. Pero esta ductilidad instrumental le dio también una amplitud para elegir su repertorio. Sobresale también una serie de grabaciones con el jazzista Dizzy Gillespie, que demostraba sus convicciones artísticas del tango como una música universal. Junto con sus números instrumentales de piezas viejas interpretadas en su estilo elegante, interpretaba también numerosas piezas cantables con sus cantores Héctor Pacheco, Osvaldo Arana, Hugo Marcel y participaciones especiales de cantores de antaño, como Agustín Magaldi, junto a algunos con quienes colaboró en el pasado: Teófilo Ibáñez, Roberto Ray, Oscar Serpa, etc. También hizo espacio para los nuevos compositores; fue de los pocos directores que incluyeron las composiciones revolucionarias de Piazzolla («Tanguango», «Para lucirse», «Triunfal», «Lo que vendrá», «Prepárense»), además registró «A la parrilla» de Carlos Figari, «Viejo Buenos Aires» de Mariano Mores, «Preludio número 3» de Héctor Stamponi. [62]

Mariano Mores había sido contratado por Francisco Canaro para tocar el piano en su orquesta durante los años 40, hasta que decidió separarse y hacer su propio conjunto. Lanzó una propuesta orientada a un gusto más universal, que en algunos aspectos coincidía con la de Fresedo, aunque de sonido más brillante y juegos rítmicos, y un fondo local con el modelado de patrones de milonga del campo y de la ciudad y sugerencias de la música folclórica. A este conjunto lo llamó Orquesta Lírica Popular, con el cual hizo versiones de tangos ya existentes, así como sus propias obras. Tuvo gran éxito en distintos países. [63]

Varios tipos de conservadurismo se mezclaron con nuevas maneras de comprender la estética del tango. Lo más frecuente era tomar una base en el estilo de alguna de las grandes orquestas y agregarle el sello propio; algunos otros copiaron el estilo y se quedaron con él; otros tomaron la base, la asimilaron y procedieron a hacer algo completamente distinto. La modalidad conservadora tuvo sus seguidores, quienes vieron en esa posibilidad una forma de llegar al público nostálgico. Algunos califican esto como un demérito para agradar al escucha sin exigencia, otros ven una labor de rescate. Los directores que sobresalieron con esta conducta fueron Adolfo Pérez (Pocholo), Panchito Cao con su conjunto Los Muchachos de Antes, y Enrique Mora con su cuarteto. [64]

Juan D’Arienzo, el impulsor del tango en las pistas de baile, que llenó de brío el medio tanguero con su fuerza, su vértigo y su garra, tuvo su propio proceso de cambio. Fue de los contados directores que pudieron mantener su orquesta completa por varias décadas. No dejaba su vieja fórmula de marcar el compás y arrebatarse, sólo que conforme pasaban los años fue haciéndose más ecléctico en cuanto a matices. Había lucimiento de piano y de vez en cuando de violín solo, a cargo del finísimo Cayetano Puglisi, que le daba el toque de sofisticación. Aunque sus números cantables eran muchos, algunos más románticos y otros francamente reos, hizo versiones de tangos instrumentales que ya había hecho antes, como «Loca», «La cumparsita», «El irresistible», «Don Juan», que se fueron convirtiendo en inamovibles en sus presentaciones; quedó manifiesta su preferencia por el viejo Arturo De Bassi, de quien registró «Don Pacífico», «El caburé», «El romántico», «La catrera», etc.; también dio cabida a obras nuevas o inéditas, bien adaptadas a la estética milonguera, como «El puntazo» de Alejandro Junissi, «Luis Alberto» de Anselmo Aieta, «Julie» de Enrique Alessio y Carlos Lazzari, bandoneones de la orquesta. [65]

Recordemos que de la orquesta de Juan D’Arienzo se fueron desprendiendo varios músicos para formar sus propios conjuntos. En el año 38, se desprendió Rodolfo Biagi, quien siguió la idea estética ágil y rítmica, aunque con un sonido llevado cada vez más a los stacatos, con pasajes melódicos más ligados que le daban equilibrio. [66]

Cuando Biagi dejó a D’Arienzo, entró a ocupar su lugar Juan Polito, que a inicios de los 50 también se fue y formó una orquesta con un sonido que era réplica de su anterior director. Enrique Alessio, luego de una excelente temporada acompañando a Alberto Castillo, hizo lo mismo. Así como ellos, pero sin haber pertenecido a su formación, se hizo lugar común la actuación de orquestas que seguían la impronta rítmica del llamado Rey de Compás: Tito Martín, Donato Racciatti, Juan Sánchez Gorio, etc. [67]

Héctor Varela, quien fuera el primer bandoneón y arreglador de D’Arienzo del 40 al 50, se apartó y presentó su propia orquesta con un brioso sonido, acorde con la energía habitual de la época; todos esperaban que se escuchara igual a D’Arienzo, pero su personalidad resultó totalmente distinta, si bien dentro de los parámetros bailables y de ritmo, con una propuesta armónica sencilla aunque más variada. Sus cantores le dieron un éxito rotundo y sus piezas instrumentales iban de los tangos viejos a sus propias composiciones, estas últimas de interesante manufactura, que contrastaban con el resto, («Dos canarios», «Pa que te oigan, bandoneón», «Don Orlando»). [68]

Fulvio Salamanca, pianista sutil, formó parte de la orquesta de D’Arienzo como instrumentista y arreglador cuando Héctor Varela se fue. En 1957, al separarse, ya tenía una idea bien definida de lo que quería lograr y formó una orquesta de carácter totalmente diferente, con el empleo de pasajes de violines agudísimos, solos de piano y finos recursos armónicos. El resultado fue un sonido romántico y apasionado, próximo a lo baladesco que, si bien no fue concebido específicamente para el baile, desde hace algunos años ha sido revalorado por el público milonguero. Algunos la consideran la última orquesta con estilo propio [69]

Entre las orquestas que sobrevivían con éxito arrasador se encontraba Carlos Di Sarli. Su señorío y su sencillez hacían un estilo inconfundible. Con recursos muy austeros, sabía agradar tanto a los escuchas exigentes como a los bailarines, con la conducción de su piano, largos pasajes de violín y escaso empleo de bandoneones, fue concretándose, alentándose con el paso del tiempo. A finales de los 40, se retiró del ambiente artístico por enfermedad; en 1951 volvió y ya era lo que conocemos como estilo Di Sarli, más denso y elegante. Cuando escuchamos varias de sus grabaciones, descubrimos que no modifica las melodías, sus adornos y contrapuntos de piano suelen ser repetitivos, pues no se metía en complicaciones, que para él no tenían sentido: el público lo comprendía, lo escuchaba, lo bailaba y lo favorecía. [70]