Por Enpoli
Luego de que Lenin Moreno, presidente de Ecuador, anunciara un paquete de reformas legales para que la Asamblea Nacional las aprobase en calidad de urgente, integrantes de los pueblos indígenas bajaron a la capital, Quito, para iniciar las protestas contra las medidas del gobierno, a las que se sumaron más ciudadanos; además, los transportistas de este país se fueron a huelga tras el anuncio de un aumento en el precio de los combustibles luego de la suspensión del subsidio al diésel y a la gasolina.
Sin embargo, las medidas represivas por parte del gobierno de Moreno no se hicieron esperar, los operativos de disolución de marchas han sacado a los elementos de la policía y el ejército a las calles, quienes han atacado, golpeado y herido sin ningún reparo al pueblo ecuatoriano que se encuentra en lucha. Aunque aún no se dan cifras oficiales, al menos se sabe que como resultado de estos ataques sí ha habido muertos, entre los que figura Inocencio Tucumbi, dirigente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) de Cotopaxi quien será velado este día.
Aunado a ello, las cifras de desaparecidos y detenidos que han sido llevados a recintos policiales y militares aún no se confirma. Se sabe, además, que los ataques brutales en las calles han sido también contra periodistas que se hallan cubriendo las movilizaciones. También, las brigadas que brindan atención médica en las calles y que instalaron refugios en las universidades han sido atacadas con bombas de gas, tal fue el caso de la Politécnica Salesiana y la Universidad Católica.
Pese a las declaraciones de Moreno, quien en un mensaje afirmó que ya hay buenos resultados del diálogo entre gobierno e indígenas, además de augurar una pronta solución, las denuncias de los ciudadanos y sus llamados a difundir la situación de violencia fuera del país no cesan. Se temen represalias para todos aquellos que se hallan colaborando en albergues y centros de acopio luego de registrarse movimientos anómalos en las afueras, que parecen tender hacia la identificación de aquellos que participan, pues se les está empezando a impedir el paso y a pedírseles se identifiquen con nombre, apellido y cédula.
La situación del país es alarmante, los medios al interior no quieren informar abiertamente los hechos y ya se han empezado a cortar las señales de wifi en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, con sede en Quito, donde se hayan los compañeros indígenas llevando a cabo la asamblea de la CONAIE, para impedir posible comunicación y transmisiones de la radio del Ágora, donde ya se reportan disparos. Cabe mencionar que allí se han retenido a siete policías, entre los que, al parecer, se encuentra el coronel que dirige toda la operación del regimiento de Quito, a los cuales se les hará cargar los cadáveres de los compañeros indígenas asesinados.