Por Itzel Campos
Hace un par de días la cantante estadounidense Taylor Swift lanzó la regrabación de su cuarto álbum de estudio cuyo título es RED, el cual había sido publicado originalmente en 2012. Este relanzamiento ha generado una ola de distintas reacciones en las redes sociales, tanto positivas como negativas, debido al contexto en el cual es publicado y el contenido de las canciones del disco. Antes de profundizar en este tema, me gustaría aclarar la intención de este texto, que no es otra sino abogar por la libertad de las mujeres. Ya sea que obtengan una remuneración económica por su arte o que traten temas que no habían tocado antes de forma tan abierta, como lo es la violencia de género ejercida sobre ellas por sus anteriores parejas sentimentales. Por último, quiero dejar en claro que el caso de Taylor Swift se toma como un ejemplo debido a su popularidad, ya que las mujeres menos privilegiadas tienen una mayor dificultad cuando se encuentran en situaciones como éstas.
El relanzamiento de RED (Taylor’s Version) se da debido a la venta de los másters de Swift, quien publicó seis discos bajo el sello discográfico de Big Machine Records. Scott Borchetta, su director y fundador, le negó por años poder adquirirlos. En su lugar fueron vendidos a Scooter Braun, el cual acosó a la cantautora durante años. Después de que esto se hiciera público, Braun vendió a su vez los derechos a Shamrock Holdings, ya que les aseguró que podrían obtener una gran cantidad de ganancias. Pero esto se vio truncado una vez que Swift anunció sus planes de regrabar sus discos Taylor Swift (2010), Fearless (2008), Speak Now (2010), RED (2012), 1989 (2014) y Reputation (2017). La intención de las regrabaciones es que Swift sea dueña de su trabajo y pueda tomar decisiones sobre la distribución del mismo, así como evitar que Braun lucre con su obra artística. Hasta el momento, Swift ha lanzado las regrabaciones de Fearless y RED, en abril y noviembre de este año; se espera que en los próximos meses publique los cuatro álbumes faltantes.
Explico esto ya que el lanzamiento de RED (Taylor’s Version) ha traído una nueva ola de comentarios mixtos. Algunos van desde el apoyo incondicional hacia la artista, tweets sobre cómo se enteraron de su existencia o que ella sigue lucrando con su vida amorosa a través de su música. Estas reacciones podrían deberse a la gran diferencia en la promoción de este disco que ha mostrado Swift a comparación de otros de sus trabajos. La revelación de la versión de diez minutos de la canción All Too Well y el posterior corto cinematográfico es lo que ha generado la mayoría de la conversación y análisis en redes sociales. El mensaje y contenido de ambos productos tratan sobre una relación pasada de Swift, la cual involucra a un hombre varios años mayor que ella y que resultó abusivo y violento. Según las especulaciones, este hombre sería el actor Jake Gyllenhall, con quien ella habría tenido un romance a finales de 2010, cuando él tenía 30 y ella apenas había cumplido los 21 años.
A raíz del mensaje enviado por la cantautora, por un lado se han presentado reacciones en contra debido a lo infantil e innecesario que era de su parte “todo este drama” por algo que ya debió haber superado. La realidad es que esta acción de Swift se trata más bien de un regalo hacia sus fanáticos, pues desde 2012 se sabía de la existencia de una versión extendida de la originalmente publicada con una duración de poco más de cinco minutos. Debido a la insistencia de parte de los fanáticos desde aquel año, Swift decidió no solo publicar la versión larga sino también hacer el corto, todo esto para sorpresa de sus oyentes que creyeron que nunca saldría a la luz. Por lo tanto, podemos decir que esto no surge con el interés de hablar mal de una relación abusiva de hace diez años, sino para complacer a los fanáticos y como una muy buena estrategia de mercadotecnia.
Por otro lado, se han publicado cientos de mensajes de quienes se identificaron con esta narrativa: una mujer joven que apenas va a entrar a la adultez es manipulada y herida por un adulto que le lleva 9 años de diferencia. En el corto, hay muestras sutiles sobre cómo esta dinámica de poder se da dentro de las relaciones amorosas de este tipo. De igual manera, también contiene escenas en las que el espectador observa cómo la violencia ejercida afecta a las mujeres y, al finalizar, una vía para poder superar el trauma provocado: el arte. Esto abrió el debate sobre la manera en la que las mujeres deberíamos o no deberíamos hablar sobre las violencias que vivimos mientras nos encontramos en relaciones como la retratada por la cantautora. Se podían leer comentarios que iban desde el apoyo hacia el manejo de esta situación, hasta aquellos que estaban en total desacuerdo. También hubo muchísima crítica hacia Taylor Swift, tanto alrededor de su vida amorosa como de su trabajo artístico. En su caso, es una constante que ha denunciado en el pasado.
Teniendo en cuenta lo anterior, la conversación no debería ser si las mujeres presentamos problemas para superar nuestras relaciones o si tenemos permitido crear arte a partir de ello. Tampoco tendríamos que juzgar el proceso llevado por cada una, pues se trata de un asunto de índole personal. El tema central deberían ser estos hombres y sus acciones violentas. El origen de esta narrativa es que las niñas se ven obligadas a madurar antes que su contraparte masculina, a su vez, se refuerza que los niños son más inmaduros que ellas a pesar de tener la misma edad. Además se les dice que es mejor salir con hombres mayores debido a su madurez. Esto no es solo dicho por los adultos a cargo, sino que es apoyado por la educación enseñada y otros factores culturales como el cine o la literatura que consumen. La situación es aprovechada muchas veces por hombres abusivos para sacar ventaja de sus parejas. Por último, observemos la normalización de este tipo de relaciones amorosas: Jake Gyllenhall tiene 40 años y actualmente sale con la modelo francesa Jeanne Cadieu, de 25 años.
Para finalizar, en lugar de juzgar a las mujeres adultas que tienen una relación sentimental con un hombre mayor que ellas, podríamos empezar por enfocarnos en la otra persona involucrada. Habría que preguntarnos cuáles son los motivos por los que un hombre mantiene un noviazgo con una mujer varios años menor que él. De igual manera, podríamos dejar de criticar y menospreciar a las mujeres que vivieron relaciones violentas. En su lugar habría que preguntarle a sus agresores por qué las golpearon, por qué difundieron material de carácter íntimo que ellas les enviaron o por qué las amenazaron con quitarles la custodia de sus hijos. Si continuamos con los comentarios revictimizantes hacia las mujeres, su silencio se alargaría y causaría un daño mayor. La propuesta es crear espacios seguros para que ellas encuentren una salida a la relación y una manera de superarla y sanar. Si no se lograra, las mujeres pueden vivir con traumas sin tratar que las lleven a situaciones en las que su integridad y la de las personas que las rodeen esté en peligro. Dejemos de regañar a la amiga que no se ha dado cuenta o que ya lo hizo pero no sabe cómo irse. Mejor optemos por entender su proceso y procurar un ambiente seguro; al tiempo que cuestionamos las acciones violentas del hombre que las ejerce sobre ella.