Por Lorena Ruiz Alvarez[1]
La cantante argentina Cazzu llega a México con su álbum Nena trampa. La famosa trapera se presentará en el escenario del Flow Fest el 26 de noviembre, así como en los estados de Guadalajara, Puebla y Monterrey. Asimismo, la compañía de eventos Ocesa dio a conocer a través de sus redes sociales que Cazzu se presentará en el salón Maraka de la Ciudad de México el primero de diciembre.
No obstante, la recepción por parte de los usuarios de redes sociales hacia la artista argentina evidenció un pensamiento machista y estigmatizante hacia su persona, ya que en los comentarios de la publicación se perciben frases como:
“A cosechar la fama que ganó por andar con Nodal, a ver como te va Cazzu. La neta solo con verla no me produjo ganas de oír sus canciones”.
La frase anterior hace referencia a la relación sentimental que Cazzu tiene con el cantante de música regional mexicana Christian Nodal. Así como al físico de la trapera, pues la Nena Trampa se caracteriza por tener varios tatuajes visibles en su cuerpo.
Otro usuario de Facebook comenta:
“no es por decir, pero, se hizo famosa por Cristian y la Beli, porque aquí en México bueno, al menos yo no la conocía”.
Los comentarios que se han realizado sobre la cantante refuerzan dos problemáticas sociales: la demeritación del trabajo de las mujeres en la industria de la música, el cual parece estar permanentemente ligado a los hombres, y la estigmatización del género urbano, así como de sus exponentes.
Se debe recordar que a través de la historia los logros de las mujeres no han sido visibilizados o son vinculados a sus parejas sentimentales. Un ejemplo claro de ello lo encontramos con la escritora Mary Shelley, autora de la novela de Frankenstein la cual fue un éxito, pero que en un inicio fue atribuida a su esposo, Percy Shelley.
Tanto en la literatura como en la música, las mujeres tienen el derecho de ser reconocidas sin que esto dependa de quién sea su pareja. Pero, si este argumento no es suficiente, se puede hablar abiertamente de los logros de Cazzu, quién a través de solo cinco años de carrera ha sido nominada a Nueva Mejor Artista en los Grammy Latinos, además de ser parte del fenómeno Bizarrap, estrenando la Music Sessions #32. De igual forma, La Jefa del Trap argentino, como también es nombrada, se ha convertido en una figura de empoderamiento, pues en los inicios de la música traper en argentina Cazzu era de las pocas figuras femeninas.
Cazzu inició en la música con el género de cumbia, el cual exige pleno conocimiento de teoría musical y el manejo de una gran variedad de instrumentos. La Nena Trampa fue de las primeras artistas en incursionar en el trap cuando el género urbano comenzó a tener relevancia en la música, por lo que se le considera pionera y gracias a esto se ganó el apodo de La Jefa.
Por otro lado, la estigmatización de personas con tatuajes y la música urbana es un fenómeno frecuente, ya que se relaciona al dembow, trap, rap, hip hop y reggaetón con violencia, uso de drogas, delincuencia y una sexualidad indeseada por la sociedad conservadora.
Sin embargo, esta percepción es clasista y demuestra la nula tolerancia y respeto ante la diversidad de expresiones que, cómo explican Lucía Abreu y Rocío Baquero (2018) en su artículo Yo no soy un “gangsta”. Representaciones y discursos sobre juventud(es), violencia(s) y cultura(s), la música urbana es también “como los artistas comunican su identidad y la construyen en la resistencia a la precarización y vulneración de sus vidas y sus derechos”, u otras situaciones que construyen su forma de ver la vida.
Para finalizar, no hay que olvidar que Cazzu ha sido juzgada y comparada en diversas ocasiones no sólo por el público, sino por medios de comunicación, debido a que inició su relación con Nodal después del rompimiento de éste con la también cantante Belinda. Por lo que es común encontrar artículos dónde se comparan deliberadamente la manera de vestir y el físico de ambas artistas, fomentando de esta manera la competencia entre mujeres, lo cual refuerza la estrategia patriarcal de que las mujeres no pueden reconocerse como iguales.
[1] Lorena Ruiz Alvarez es estudiante de séptimo semestre de la licenciatura en Comunicación en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Ha colaborado en medios y revistas digitales como Especulativas y Lunatikas MX. Así como la antología Las Palabras de Sherezada coordinada por el Colectivo Hékate. Cuenta con una página de Instagram dónde sube textos informativos y creativos de su autoría.
