Por Francisco Tinajero[1]
Las palabras son espectros
piedras abracadabras
que saltan los sellos
de la memoria antigua
“Las palabras son espectros”,
Cristina Peri Rossi
Como ya advertían Friedrich Engels y Karl Marx en 1848 con su lapidario enunciado “todo lo sagrado[2] es profanado” (23)[3], en una época histórica de desarrollo económico exacerbado y de sobreproducción, como la contemporánea, muchos de los rasgos distintivos de la humanidad (la unicidad, sexualidad, intimidad, vulnerabilidad, entre muchos más) se ven desprovistos de su aura, en términos de Walter Benjamin. Una de esas características confiere al ámbito de lo erótico.
No es un secreto que la actualidad se caracteriza por un constante estado de sobreexposición de lxs sujetos; tanto en la posición de “espectadores” como en la de “actores” —dentro de la llamada “sociedad del espectáculo”—. Es decir, aunque el desnudamiento ontológico impera en las relaciones sociales —he aquí la importancia de la ética de la vulnerabilidad—, el interés mercantil predomina sobre cualquier otro. Por eso es usual observar la hipersexualización como estrategia principal de venta en múltiples campos: sea en la música y el cine o en productos de uso cotidiano.
El resultado de este y otros procesos similares conlleva a una explotación no solo de los cuerpos —que no es algo menor; es condenable—, sino también de la capacidad de vínculo humano mediante la sensualidad; hasta el punto de la vaciedad y sequía erótica. A este respecto, valdría la pena recordar el último diálogo de la protagonista del filme dirigido por Lars von Trier Nymph()maniac Vol.1 (2013), Joe (interpretada por Stacy Martin), quien desesperada por la incapacidad de percibir el contacto sexual de su pareja entra en una crisis emocional y existencial: “No siento nada” (01:52:46).
No obstante, aunque el panorama actual de lo erótico es nocivo, existen manifestaciones artísticas que lo captan como un medio de expresión para profundizar en la naturaleza de las relaciones sociales y como una característica del género humano. Estas obras abordan el tema de la sensualidad como una actividad con un fin en sí misma, alejada del propósito mercantil. A manera de ejemplo y para continuar con los referentes cinematográficos, se halla la película hongkonesa Fa yeung nin wa[4] (2000) del director Wong Kar-wai; en ella, los protagonistas, seres abandonados por sus respectivas parejas, se encuentran y enamoran. La forma en que el Sr. Chow (Tony Leung) y la Sra. Chan (Maggie Cheung) interactúan es mediante caricias —apenas roces dérmicos y textiles—, miradas, olores y sonidos. En fin, se configura todo un relato de amor y erotismo a través de pequeñas muestras de sensualidad. Lo que resulta destacable de esta cinta es que los protagonistas hallan en su relación un hogar cálido, un refugio ante el adulterio del que fueron víctimas.
Es precisamente aquí donde aparece el texto a analizar en este trabajo: el poemario Estrategias del deseo (2004) de Cristina Peri Rossi. Esta obra se presenta como una prueba de que Eros puede funcionar más allá de una finalidad capitalista; más bien como un lugar de encuentro entre la protesta y la memoria. De esta manera, se plantea la observación del erotismo como dispositivo sensorial de memoria individual y colectiva, además como un medio de interacción cognitiva con la realidad. Estudiar así este escrito contribuye y complementa al corpus analítico correspondiente a la creación literaria de la autora uruguaya. En particular, resultaría de gran interés establecer conversaciones teóricas con la perspectiva de Maria de Fatima Alves de Oliveira Marcari en Estratégias do desejo: amor e erotismo na obra poética de Cristina Peri Rossi (2014), pues ahí la autora ha establecido rutas de lectura y conceptualizaciones por demás fértiles para la discusión.
Mencionar de nueva cuenta la biografía de una personalidad cuya fama es internacional podría parecer excesivo, pero en el caso de Cristina Peri Rossi —ganadora del prestigioso Premio Miguel Cervantes en 2021— sí es importante, pues a través de ella es que se han realizado los acercamientos críticos a su obra. Sin pretender hacer una recuperación exhaustiva, se toma como base el apartado de “Biografía” que se encuentra en el sitio web oficial de la autora[5].
Uno de los principales aspectos desde el cual se han abordado, tanto los textos prosaicos como los líricos, es el referente al exilio que Peri Rossi padeció a mediados de la década de 1970, durante la dictadura militar de Juan María Bordaberry (1972-1985). Al respecto, en su “Biografía” se deja leer:
En 1972, su obra y la mención de su nombre es prohibida en los medios de comunicación durante la dictadura militar que imperó en Uruguay hasta 1985. En ese año se traslada a Barcelona, España, donde comienza su actividad contra la dictadura uruguaya, escribiendo en las páginas de la mítica revista Triunfo, pero nuevamente perseguida, esta vez por la dictadura franquista, por lo cual debió exiliarse en París en 1974.
No son pocos los acercamientos desde esta óptica. Algunas notas para el estudio del exilio en la obra poética de Cristina Peri Rossi (2011) de Alejandra Aventín Fontana brinda una serie de términos de gran utilidad para el estudio de esta poeta y problematiza acerca del concepto mismo de exilio, en gran medida desde el psicoanálisis; distingue entre un exilio anterior al de 1972 producto de la dictadura y el derivado de ésta; entre un exilio interior y uno exterior[6].
Empero, para motivos de este trabajo, la idea de Aventín que mayor resonancia tiene es aquella del “erotismo humanizador”, pues se relaciona con “el deseo concebido como pulsión esencial de la vida” (48). Esta aseveración fue afirmada por la misma Peri Rossi en una entrevista que concedió posterior a la presentación de su poemario Estrategias del deseo el 17 de octubre de 2004[7]. En ella, la autora de Evohé (1994) mencionó que: “el deseo es el motor de la existencia: para mí la vida es deseo y la muerte es no-deseo. Creo que una de las maneras de estar vivo es ser deseante, y no estoy hablando solamente del deseo sexual: estoy hablando de un deseo que te atraviesa toda; […] es decir, un deseo que impregna todo lo que hacés.” (182).
A partir de esta declaración de Peri Rossi queda clara la importancia del deseo como primer motor aristotélico en su poesía y en su concepción del mundo. Desde este punto y en aras de proceder esquemáticamente con el análisis, es viable enumerar los temas a estudiar en Estrategias del deseo, sin dejar de lado que el anclaje común será el erotismo —desde algunos conceptos propuestos por Georges Bataille, sobre todo en Breve historia del erotismo—: a) el deseo como método de conocimiento de la realidad; b) el acto sexual y la pequeña muerte; c) lo erótico como testimonio en contra del olvido.
Cabría mencionar que, como se había citado con anterioridad, la aproximación que antecede a este ejercicio crítico es la propuesta de Oliveira Marcari, quien plantea un seguimiento progresivo del erotismo dentro de Estrategias del deseo: “expressão do amor erótico toma diversos caminhos ao longo de sua obra poética, indo desde a expressão direta e espontânea, o recurso à ironia, o jogo com a linguagem, até a elevação do erotismo à dimensões metafísicas.[8]” (116).
La visión de Oliveira Marcari está enmarcada por la prevalencia del papel transgresor del acto erótico; de la revolución que conlleva ser amante. Este es un postulado por demás sugestivo: la autora aprecia cómo los amantes constituyen una suerte de seres al margen, al margen del sistema económico tan rígido en sus estatutos acerca de la pasión y el amor; estos quedan subordinados al conocimiento intelectual (herencias del pensamiento Ilustrado), donde la razón predomina por sobre el saber sensorial: “o suposto caráter irracional do amor erótico, que coloca os seres à margem do mundo e da sociedade mercantilista, na qual os amantes não têm cabida porque são improdutivos[9]” (Oliveira Marcari, 117). Es decir, ser amante y practicar el erotismo conllevan, en su inmediatez, una labor revolucionaria: “Nisso reside a natureza da transgressão erótica: de um lado estão as proibições ligadas à ordem; de outro, a possibilidade de ultrapassar o ordinário e resgatar o que o mundo do trabalho e da razão nos negam.[10]” (117).
Ahora bien, para el primer tema a estudiar de Estrategias del deseo [a) el deseo como método de conocimiento de la realidad], el ejemplo paradigmático es el poema homónimo. En éste, Peri Rossi desmiente que la verdad, si es que llegase a existir[11], no se encuentra dentro del conocimiento científico o intelectual: “Las palabras no pueden decir la verdad/ la verdad no es decible/ la verdad no es lenguaje hablado/ la verdad no es un dicho/ la verdad no es un relato/ en el diván del psicoanalista/ o en las páginas de un libro.” (11). En el momento en que la verdad se traspasa a un discurso (oral o escrito) pierde su cualidad de veracidad porque el lenguaje en sí mismo es incapaz de acaparar todos los rasgos de la realidad[12]. Por eso es que la realidad se aprehende mediante el sector sensorial; es mucho más fiel que la razón al momento de traducir el conocimiento: “Considera, pues, todo lo que hemos hablado tú y yo/ en noches en vela/ en apasionadas tardes de café/ […] sólo como seducción/ en el mismo lugar que las medias negras/ y el liguero de encaje:/ estrategias del deseo.” (11).
En concordancia con el verso recientemente referido “sólo como seducción”, ésta se toma como el comienzo no sólo de la experiencia erótica, sino más bien y en consecuencia, del conocimiento y conexión del ser humano con la realidad que le rodea. En este caso, la seducción funcionaría a nivel de preámbulo para el conocimiento absoluto, sólo efectuado a través del erotismo. Como lo menciona Bataille, “la esfera «diabólica» ya existe, de una forma embrionaria [llámese seducción], desde el instante en que los hombres —o al menos los ancestros de su especie— reconocieron que morían y vivieron en la espera, en la angustia de la muerte.” (18). Saberse mortal supone la toma de acción directa frente a la finitud. En la poesía de Peri Rossi es el contacto sensual, erótico. El instante epifánico en que la vida y la muerte confluyen es el momento erótico:
El momento erótico es la cima de la vida cuya mayor fuerza e intensidad se muestran en el momento en que dos seres se atraen, se acoplan y se perpetúan. Se trata de la vida, se trata de reproducirla, pero reproduciéndose la vida desborda: al desbordar alcanza el extremo delirio. Esos cuerpos mezclados, que se tuercen, que desfallecen y se abisman en excesos de voluptuosidad, van en sentido contrario al de la muerte que más tarde los consagrará en el silencio de la corrupción. (Bataille, 21).
El ejemplo por excelencia de esta manifestación de la vida, la muerte y el conocimiento es la serie de poemas intitulados “De aquí a la eternidad”, compuesto de cuatro obras que son un viaje desde los sentidos y el amor carnal hasta la cúspide del conocimiento y de la existencia. En la primera poesía de “De aquí a la eternidad” se vislumbra un camino afín al que siguieron los poetas místicos occidentales del Renacimiento, para quienes el máximo punto de desarrollo humano y espiritual era el encuentro con Dios. A diferencia de estos eruditos renacentistas, los medios que utiliza la poeta uruguaya recuerdan a aquella sentencia de Clarice Lispector “Lo que quiero es mucho más áspero y más difícil: quiero lo terreno[13].” Es mediante la piel, las caricias, los besos y demás muestras de contacto físico que se conoce a Dios: “iniciar la bienaventurada ascensión/ de tu piel a la eternidad/ de tu vientre al círculo celestial/ sentir a Dios en tus húmedas cavidades/ en el grito vertiginoso/ de la jauría de tus vísceras” (Peri Rossi, 33).
En “De aquí a la eternidad II” se continúa la idea de la sublimación del espíritu mediante el contacto sexual, pero, como se citaba de Bataille, hay una profunda angustia de la muerte, de la inexistencia: “Este éxtasis de carne/ […]/ es un camino de perfección./ […] antes de ser destruidos por la bomba/ por un virus una bacteria/ un misil una tormenta/ antes de ser crucificados/ por un dios terrible y vengativo.” (35). Conscientes de su finitud, los sujetos eróticos deciden experimentar una pequeña muerte en el acto sensual. Otro aspecto interesante en torno a este tema es que, para Peri Rossi, aun en la muerte, lxs amantes seguirán juntxs: “Necesitaríase más que una espada como falo/ para separarnos/ y aun así/ seríamos siamesas.” (36).
Sin pensar al erotismo como una práctica con fines ajenos a sí misma, éste sí puede actuar como un vehículo de memoria individual y colectiva, pues es bien sabido que tanto la piel como los demás órganos sensoriales son documentos testimoniales de historias de vida y muerte. En los últimos dos poemas de la obra, “Once de septiembre” y “Madrid, 11 de marzo”, la autora dialoga con dos sucesos funestos dentro de la historia contemporánea: el ataque a las torres gemelas en Nueva York y el atentado con dinamita en los trenes de Madrid. Se trata de un par de textos que conjuntan, por un lado, la experiencia individual de la voz poética sobre ese momento —cómo es que ese individuo se vio afectado en su corporalidad por la noticia— y por el otro, la experiencia colectiva que abarca desde ambxs integrantes del hecho erótico, hasta lxs lectores de los poemas. Es decir, las huellas de las caricias y del acto erótico que se brindaron en ese instante son, al mismo tiempo, rastros de la tragedia acontecida en el mundo social: “El once de septiembre del año dos mil uno/ un segundo avión se precipitó sobre Nueva York/ en el momento justo en que yo caía sobre ti/ como un cuerpo lanzado desde el espacio/ me precipitaba sobre tus nalgas/ nadaba entre tus zumos/ aterrizaba en tus entrañas/y vísceras cualesquiera.” (Peri Rossi, 92).
En su poema “Madrid, 11 de marzo”, Peri Rossi denota una completa despersonificación individual del yo lírico para resultar en una proliferación de las voces de las víctimas del atentado: “No éramos dos/ éramos muchos más/ éramos mil esta vez/ sangrando por los oídos/ estupefactos ante la muerte/ indefensos ante la crueldad/ niños de pecho súbitamente huérfanos.” (95). Su poesía es un archivo de memoria individual y colectiva que funge el rol de remedio ante el voraz olvido.
En conclusión, la obra lírica Estrategias del deseo de Cristina Peri Rossi contribuye a pensar aquellos fenómenos inherentes a la naturaleza humana —como lo es el comportamiento erótico— más allá de una finalidad utilitarista y mercantilista, tan propugnada en el contexto de consumismo desmedido actual. Invita a reflexionar sobre los límites del conocimiento desde su ámbito más elemental: lo sensorial, lo cual, a la vez, fomenta relaciones sociales basadas en la heteronomía devenida del desnudamiento individual ante el mundo. Asimismo, promueve la revalorización crítica de los sistemas de pensamiento enfocados en el conocimiento puramente intelectual. Por último, pero no menos importante, motiva el estudio de la memoria desde la perspectiva sensorial.
Bibliografía.
Aventín Fontana, Alejandra. “Algunas notas para el estudio del exilio en la obra poética de Cristina Peri Rossi” en Revista de filología románica. Anejo VII. 2011.
Bataille, Georges. Breve historia del erotismo. Calden. 1970.
Engels, F. y Marx, K. “Manifiesto del Partido Comunista”, Editorial Progreso. 1955. en Obras Escogidas. Tomo 1.
Kar-wai, Wong. Fa yeung nin wa. Universal Pictures. 2000.
Lispector, Clarice. “Mineirinho” en Todos los cuentos. Siruela. 2018.
Oliveira Marcari, Maria de Fatima Alves de. Estratégias do desejo: amor e erotismo na obra poética de Cristina Peri Rossi. Universidad Estatal Paulista. 2014.
Pérez Fondevila, Aina. Del deseo y sus accesos: una entrevista a Cristina Peri Rossi. Lectora 11. 2005.
Peri Rossi, Cristina. Estrategias del deseo. Lumen. 2004.
-. “Biografía” en Sitio oficial de Cristina Peri Rossi. 2014. www.cristinaperirossi.es/web/?page_id=2
-. “Las palabras son espectros” en Entre los poetas míos… Colección Antológica de Poesía Social. Vol. 130: Cristina Peri Rossi. Biblioteca Virtual Omegalfa. 2019.
Trier, Lars von (Dir). Nymph()maniac Vol.1. Zentropa. 2013.
[1] Francisco Tinajero (CDMX,1999). Actualmente soy estudiante de Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. He colaborado en la revista Diablo Negro con un par de textos sobre cine. Mis intereses particulares son la literatura latinoamericana contemporánea, la estética y el cine.
[2] Se resalta esta palabra en cursivas por la compleja connotación que conlleva.
[3] F. Engels y K.Marx. Manifiesto del Partido Comunista. 1955. Editorial Progreso. Referencia completa en la bibliografía.
[4] Trad.: Deseando amar.
[5] Enlace al apartado de “Biografía”: http://www.cristinaperirossi.es/web/?page_id=2
[6] Referencia completa en la bibliografía.
[7] Información extraída de: Pérez Fondevila, Aina. Del deseo y sus accesos: una entrevista a Cristina Peri Rossi. Lectora 11. 2005.
[8] “La expresión del amor erótico toma diversos caminos a lo largo de su obra poética, desde la expresión directa y espontánea, el recurrir a la ironía, el juego con el lenguaje, hasta la elevación del erotismo a dimensiones metafísicas”. Esta y las traducciones a continuación me pertenecen.
[9] “El supuesto carácter irracional del amor erótico, que coloca a los seres al margen del mundo y de la sociedad mercantilista, en la cual los amantes no tienen cabida porque son improductivos.” Esta problemática de lxs amantes inmersos en un mundo moderno se ilustra muy bien en el poema “Le sommeil, de Gustave Coubert”: dos amantes que asemejan a las protagonistas de la pintura de Coubert, similares en sus gestos y en el amor desbordante que irradian, con el único objetivo de permanecer tendidas juntas, se ven impedidas por “los teléfonos las facturas/ los recibos de la luz la lista del mercado/ especialmente era lo fútil,/ lo frágil, transitorio,/ lo banal, lo cotidiano/ eran los miedos las enfermedades/ las cuentas de los bancos/ los aniversarios de los parientes.” (Peri Rossi, 40).
[10] “En eso reside la naturaleza de la transgresión erótica: por un lado, están las prohibiciones ligadas al orden; por el otro, la posibilidad de sobrepasar el ordinario y rescatar lo que el mundo del trabajo y de la razón nos niegan.”
[11] En la entrevista previamente referida, Peri Rossi brindó su opinión acerca de la noción de verdad: “La verdad no existe como tal; toda verdad es subjetiva, aunque, como en parte creo en el conocimiento, pienso que las verdades subjetivas siempre tienen que ser contrastadas para que no todo sea un delirio.” (185).
[12] Este es el tema que se trata con claridad en la poesía que le sigue a Estrategias del deseo, In memoriam; en el esfuerzo por plasmar la verdad, la vida se escapa en caricias y contacto. Conocimiento sensorial. “Comprenderás entonces/ que todo ha sido inútil:/ la vida se nos escapó/ entre las caricias/ y los besos/ como se nos escapó en palabras.” (12-13).
[13] Lispector, Clarice. “Mineirinho”. en Todos los cuentos. Siruela. 2018.