El mantenimiento del arbolado urbano
Por Liliana Reyes Grande
Los árboles son mejor conocidos como los pulmones verdes de nuestras ciudades porque purifican el aire que respiramos además de brindarnos sombra y dibujar paisajes que nos regalan tranquilidad al verlos.
Sin embargo, estos grandes seres vivos también requieren mantenimiento que involucra las podas, riego, un buen suelo donde echar raíces, control de plagas y un espacio para poder crecer.
Pero en nuestras ciudades, cuántas veces nos hemos encontrado con árboles desmochados, encalados, con raíces que levantan las banquetas o hasta doblados casi a punto de caer producto de la mala planeación a la hora de plantarlos, además de la mala selección de especies en el momento de hacer una forestación.
Los diagnósticos del arbolado urbano son dados a partir de un dictamen técnico realizado por especialistas en el tema, donde deben describirse las características del individuo arbóreo como su altura, follaje, estado de las raíces y si tiene plagas.
A partir de este dictamen se determinará el estado del árbol y esto llevará a la toma de decisiones respecto al tipode mantenimiento requerido como poda de raíces o copa, fumigación, reubicación o el retiro completo del individuo.
Cuando los árboles se encuentran en espacios públicos, el mantenimiento debe ser llevado a cabo por el gobierno de la ciudad o bien por la alcaldía, quienes deberán atender las necesidades de las áreas verdes. Asimismo, los ciudadanos pueden solicitar el dictamen de un árbol cuando crean que es necesario o que podría causar algún problema en alguna estructura o incluso a las personas.
Aunque el cuidado de las áreas verdes parece un tema nuevo, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México-SEDEMA tiene a disposición la norma NADF-001-RNAT-2012 donde incluye las medidas a seguir para el derribo, poda, trasplante o la restitución de cualquier árbol.
Esta norma no sólo rige a empresas privadas que prestan el servicio de manejo de arbolado urbano, sino también a la sociedad civil y a las mismas autoridades, que de no seguir lo establecido puede tener repercusiones como una sentencia que va de los 3 meses a 5 años de prisión y multas que oscilan entre las 500 a 2 mil unidades de cuenta de la Ciudad de México, esto para quien derribe, tale, destruya parcialmente u ocasione la muerte de uno o más árboles sin contar con la autorización de las autoridades competentes.
No obstante, el camino hacia el mejoramiento urbano ha sido difícil. En entrevista con el biólogo Edgar Asael García, técnico en arbolado urbano, comentó que años atrás no había presupuesto suficiente para este recurso tan importante y fue hasta hace apenas 10 años aproximadamente que se le dio la importancia que merece.
La desinformación y el desconocimiento del tema también es otro enemigo importante, ya que con el auge de los llamados ambientalistas y las redes sociales, los trabajos de mantenimiento del arbolado se han visto afectados, puesto que podar un árbol no significa talarlo o, en su caso, el derribo justificado de un árbol no es siempre un daño al medio ambiente, incluso puede ser hasta benéfico cuando está causando daños estructurales, está plagado o no tiene el soporte necesario que puede terminar por ocasionar un accidente no sólo material, pues, en el peor escenario, puede caer sobre una persona y provocar su fallecimiento.
De acuerdo con lo descrito por Edgar, el 10 % de los trabajos de poda o derribo de árboles se ve afectado por personas que impiden se realicen las labores, lo que significa de 50 a 55 individuos arbóreos que están en malas condiciones.
Asimismo, las alcaldías de la Ciudad de México suelen pagar a una empresa privada para realizar los trabajos de mantenimiento en el arbolado urbano, lo que cuesta alrededor de $10 mil pesos por poda y hasta $25 mil pesos por derribo. Sin embargo, cuando estas labores son bloqueadas por personas desinformadas significa un gasto que pocas veces se recupera porque si la empresa que presta el servicio no puede realizar el trabajo por la negativa de las personas no está obligada a devolver el dinero del contrato ya generado.
Lo anterior se traduce en una pérdida de recursos que pueden ser utilizados en el mejoramiento urbano y no sólo eso, sino que sale más barato dar mantenimiento a un árbol que pagar por los daños que pueda causar desde las afectaciones mobiliarias, en vialidades, bienes materiales e incluso gastos médicos si el daño es a una persona.
Si bien el tema del mantenimiento es muy amplio, aquí algunos puntos que deben ser tomados en cuenta:
- Los árboles no se encalan: la cal había sido usada con anterioridad para prevención de plagas, sin embargo, al entrar en contacto con el agua puede causar daños en el suelo provocando que aumente el pH e impida el buen desarrollo de las raíces.
- Desmoche: el termino desmoche hace referencia a los cortes indiscriminados a los árboles, sobre todo a los cortes realizados de toda la copa esperando que rebrote, lo que dará paso a un crecimiento débil y en “cola de león” que impedirá el equilibrio hasta su caída o la muerte del árbol.
- Plaguicidas: No debe hacerse uso indiscriminado de plaguicidas. Para cada plaga hay un control, y es necesario asesorarse de un especialista antes de aplicar cualquier agente químico que puede resultar dañino para el medio ambiente, flora, fauna o incluso los seres humanos.
- Forestación: No basta con la buena intención de sembrar árboles, para hacerlo asertivamente debe realizarse una buena selección de especies y contar con el espacio y requerimientos necesarios para el buen crecimiento y desarrollo del árbol
A través de las palabras aquí escritas se invita a la población a que se acerque y se informe antes de impedir el mantenimiento al arbolado urbano y que de ser necesario pida los dictámenes técnicos y se asegure de que los trabajos están justificados antes de intervenir de manera negativa. Además, se invita a informarse acerca del cuidado que requiere un árbol antes de decidir sobre las acciones que se tomarán, ya que los árboles también tienen a sus protectores que pueden darte una multa o ponerte en prisión.