Tlalnepantla, entre murallas grises y rincones verdes

Por Liliana Reyes Grande

Las áreas verdes benefician a la salud, pero, también pueden contribuir a la educación en temas ambientales, al despertar en la ciudadanía el respeto a la naturaleza y la comprensión de que todo está relacionado y conectado. No obstante, las estrategias municipales son insuficientes para la creación de nuevos espacios, porque se carece de una visión integral y estratégica, afirma la Dra. Arlette López Trujillo, responsable del laboratorio de Educación ambiental y académica de la FES Iztacala, de la UNAM.

El progreso y crecimiento de las sociedades influye negativamente sobre el medio ambiente. La expansión de la agricultura, el crecimiento del desarrollo urbano, así como el cambio de uso de suelo, han alterado drásticamente los ecosistemas naturales, lo que provoca una pérdida de biodiversidad y pinta un escenario preocupante para nuestro país, el cual posee gran riqueza de especies.

En los ambientes urbanos, los elementos nativos, como la vegetación, se reemplazan por estructuras como cables, postes de teléfonos, casas, entre otros, que dan a cada ciudad características geográficas, biológicas, culturales y económicas únicas, sin embargo, esto hace destacar una similitud al observar todo en tono de grises.

Los pequeños parches de vegetación, como parques, camellones o pequeños jardines, contribuyen a moldear el clima urbano, al regular la temperatura y reducir sustancias, partículas y gases contaminantes en el aire, por lo tanto, facilitan el establecimiento de diferentes formas de vida como plantas silvestres, aves e insectos que suelen ser benéficos al equilibrar estos sistemas urbanos.

Es de extrañarnos que las zonas urbanas alberguen vida nativa de plantas y animales, sin embargo, existen, y en el caso de la zona metropolitana del país, que es la tercera más poblada del mundo, los cambios por la urbanización impactan de manera alarmante en este aspecto.

Es por estas razones que los espacios verdes, además de mejorar el entorno, la calidad del aire y aportar un lugar de recreación, permiten proteger la flora y fauna locales, así como algunas especies migratorias, que aún en ambientes perturbados encuentran un lugar donde establecerse durante el invierno.

En los últimos años, ha incrementado la incesante preocupación de frenar el desequilibrio ecológico generado por los modelos económicos y de desarrollo actuales, por lo que el tema de urbanización sostenible es un punto que requiere de mayor atención para mejorar la calidad de vida.

Este proceso vertiginoso de cambios y transformaciones ha remarcado la creciente importancia de las ciudades y la inclusión del tema urbano como eje central en la agenda política de los gobiernos, a razón de los 17 objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

En este tema es importante abordar al Estado de México, ya que es el estado más poblado de nuestro país, lo que significa un patrón de disparidad territorial. Esta región ha estado relacionada con la modificación por cambio de uso de suelo para grandes asentamientos urbanos, producto del crecimiento de viviendas de interés social y de grandes consorcios industriales, que sin duda tienen un impacto significativo en temas de contaminación, energía y fragmentación del entorno natural.

Este territorio es un referente de la inadecuada planeación, que se ve reflejada en la disparidad espacial y desarrollo económico, ya que cada día tiende a ser el punto de recepción de gran cantidad de migrantes de otras partes del país, en busca de mejores oportunidades económicas y un establecimiento a bajo costo.

En territorio mexiquense ubicamos al municipio de Tlalnepantla de Baz, situado en la región Valle Cuautitlán Texcoco, perfecto ejemplo del desarrollo industrial inmerso en la gran urbe, lo cual es indicativo de un estado de vulnerabilidad ambiental.

Este municipio sólo destina el 2.7 % a áreas verdes urbanas además de la región de la Sierra de Guadalupe, área natural protegida, que sin la extensión de ésta, el municipio está a merced de los parques y jardines sobre los cuales, dicho sea de paso, no cuentan con estudios recientes que indiquen su situación actual.

Es importante mencionar que uno de los objetivos principales del Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio del Estado de México (POETEM), plantea establecer criterios de regulación ecológica, sin embargo, en Tlalnepantla, los niveles de contaminación son notables a simple vista, con grandes nubes de niebla gris que cubren los horizontes a penas visibles en las zonas industriales o espacios abiertos con escasez de áreas verdes.

Además, en el POETEM se menciona que los decretos establecidos para las zonas de protección ambiental, pueden ser modificados a beneficio de la sociedad, lo que lleva a recordar que en el 2017, Tlalnepantla producía el 18 % de los gases de efecto invernadero en el Valle de México, lo cual significa un total de 9 millones 971 mil toneladas de CO2, lo que presenta como inconcebible el planteamiento estipulado

Aún con esta presión ambiental, la superficie territorial está mayormente destinada al uso habitacional e industrial, sin embargo, existen lotes baldíos, que pueden ser destinados a su recuperación, instaurando zonas recreativas y áreas verdes, con un manejo adecuado del arbolado urbano y promoviendo el rescate de la flora nativa.

Hacer hincapié en lo anterior es importante, ya que la falta de planeación integral, provoca el deterioro que puede observarse en la imagen de la derecha. Al cuestionarla al respecto, la licenciada Denisse Ugalde Alegría, ex presidenta municipal, comentó que el personal encargado de la dictaminación técnica de los árboles comenzó cuando se crearon las Normas Técnicas Estatales NTEA-018 y NTEA-019, empero, éstas entraron en vigor hasta 2018, lo que puede explicar el mal estado general del arbolado urbano.

Es por esto que el arbolado urbano está sujeto a la mala organización, que va desde la selección de especies hasta el nulo mantenimiento brindado a los árboles, lo que repercute sobre la infraestructura urbana y provoca la pérdida de los individuos arbóreos y de cableado por caída de los mismos, daños inmuebles y patrimoniales, así como vandalismo, inseguridad, vida silvestre amenazada, suelos compactados e individuos vegetales enfermos.

Si los rincones verdes de Tlalnepantla se incrementaran y planificaran, los beneficios ambientales brindados por estas áreas y los estratos arbóreos resultarían contrastantes con la actualidad, tan sólo la OMS, recomienda un mínimo de 9m2 de áreas verdes por habitante, ya que reducen el riesgo de contraer enfermedades asociadas a la contaminación y benefician a la salud mental, por lo tanto, se asume que la planeación urbana del municipio no debe dejar de lado la salud y bienestar social a la hora de promover un desarrollo sostenible.

Pero a todo esto, ¿qué opinan los habitantes del municipio?, al cuestionar a algunos vecinos de la región, coinciden en la importancia que tienen las áreas verdes para el medio ambiente y la salud de las personas, sin embargo, pocos conocen su valor para el resguardo de la biodiversidad urbana.

Los habitantes también muestran su preocupación al externar el poco cuidado que existe en estas áreas, algunas de sus respuestas fueron que las áreas verdes se encontraban con árboles en mal estado, mucha basura y poca iluminación. Asimismo, coinciden en que debería haber un mejor cuidado del arbolado urbano, puesto que estos son necesarios para la reducción de contaminación y purificación del aire al reducir el smog.

También fueron cuestionados sobre la recuperación de lotes baldíos para la creación de parques y jardines, y estos se posicionan a favor, ya que coinciden en que esto puede beneficiar a la reducción de violencia, debido a que pandillas pueden adueñarse de estos sitios o bien son sitios que los ladrones elijen como escondite, así que la rehabilitación de esto espacios permitiría incentivar la convivencia social y podría crearse un sentido de identidad y de compromiso para cuidarlas.

Además, el 100% de las personas entrevistadas coinciden en que se deberían implementar programas de participación ciudadana en temas ambientales, pues en la actualidad no los hay o no los conocen y los creen necesarios para la sensibilización y concientización de la sociedad.

Como conclusión, poner atención al establecimiento y manejo de áreas verdes es una tarea que no resulta sencilla, ya que implementar medidas ambientales es un tema que comprende dimensiones políticas, económicas y sociales, que en Tlalnepantla, sin duda, deben ponerse sobre la mesa al ver una oportunidad de encaminarse hacia un proyecto que brinde un nuevo enfoque urbano, que aligere el abismal desequilibrio y desorganización de este predominante territorio gris.

 

 

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