Por Brenda Helianeth Rivera Aguilar
El libro titulado Cómo leer, razonar y estudiar ciencia política está dividió en tres secciones; en las primeras dos, el autor no desarrolla esquemas, ni gráficos, pero al final de la tercera parte se emplean ejemplos que nos van guiando para una mejor lectura. En ese sentido, respecto al estilo de su obra, si bien nos puede parecer mucho texto y llegar a pensarlo tedioso, sus explicaciones nos van envolviendo de una manera impresionante, es decir, mientras más lees te llena de interés y buscas profundizar en los temas, además de que es fácil de comprender y lograr conocer el sentimiento e intenciones del autor. Así pues, el hecho de que cada cuestión que nos explica se va desarrollando de manera ordenada, posibilita la transmisión clara del objetivo de cada apartado, por lo que cumple un objetivo final que es hacernos reflexionar a quienes nos formamos en ciencia política en torno a nuestro ejercicio futuro de esta disciplina, esto con el fin de llenar e incentivar a los politólogos en su formación.
El autor comienza con un tema central para el desarrollo en el campo de formación en que nos encontramos, así pues, el capítulo primero nos habla acerca del hábito de la lectura. Se abarca este tema principalmente porque como estudiantes nos es difícil retomar la lectura con pasión, por lo que Víctor Hugo Martínez nos recuerda lo esencial que es tomarle constancia, pues la lectura nos detona la capacidad de desarrollar un pensamiento crítico e incluso analítico, modelándonos una disciplina.
Así, en este primer capítulo, se aborda una crítica necesaria respecto a cómo los estudiantes solo se enfocan en lo superficial y no ven más haya en la lectura, tal como si este ejercicio se llevara a cabo solo como una indicación dada, por lo que se desarrolla por obligación y no se disfruta. Es por ello, que no nos damos cuenta cómo es que hay cosas esenciales e importantes en un texto. Por ello, Martínez da recomendaciones las cuales podemos aplicar para mejorar un buen hábito de lectura; acompañada de una sugerencia de autores para poder enriquecer nuestro conocimiento, como Fernando Savater y otros más.
Aunado a ello, el autor aborda lo que es la lectura académica, dándonos una distinción de sus rasgos para así poder conceptualizar y dignificar esta práctica de una manera valiosa. Para ello, nos da tres ejemplos con los que poder diferenciar con claridad uno de otro con el fin de clarificar nuestra experiencia en tono a la lectura; estos son las lecturas informativas, la lectura itinerante y, por último, la lectura argumentada.
A su vez, profundiza respecto al ejercicio de leer y trabajar un texto, donde nos habla de que estos dos aspectos no son iguales, pues para poder trabajar un texto se emplean preguntas y así se dará cuenta el profesor que no se subrayó por subrayar, sino que sí se comprendió el texto porque el alumno respondió la pregunta con un desarrollo profundo; de ahí que sea importante comprender que existen lazos entre lo literario-académico, en el momento que nosotros desarrollamos una lectura literaria esa lectura se vuelve un esfuerzo, porque se tiene que hacer un análisis de lo que se habla y tener un entendimiento.
Sin embargo, Martínez nos aclara que no toda lectura es rápida, es decir, que la lectura académica se da lento, lo que nos lleva a dar con ciertas contradicciones, pues, en efecto, esta lectura lleva su ritmo empleando un conocimiento científico, debido a ello, muchos alumnos solo sienten pesada el acto de leer, razón por la cual no hay gozan ni comprensión.
Para la segunda parte se enfoca en los motivos con el fin de que los estudiantes puedan elegir la carrera de Ciencia política, o tomar la decisión válida de cambiar de opinión. Este apartado, igual que el primero, se desarrolla bajo varios subtemas, sin embargo, respecto a la decisión de estudiar Ciencia política, ya sea que la quieran desarrollar o no, el autor delinea una primera razón que tiene que ver con el ejercicio del descubrimiento social; se dice que la carrera de ciencia política es el descubrimiento de lo social que debe llevar correctamente una guía académica para tener más claro ¿Qué es lo social? En un primer momento, nos explica, nos referirnos a lo social como el estar atentos ante los conflictos y consensos, esto conforma un orden social.
En esa misma línea, para las teorías del individuo nos menciona dos divisiones muy importantes: la acción humana racional y la acción humana irracional, ¿Por qué Racional? Se dice que es racional aquella acción por la cual las personas actúan por sus propios intereses; mientras que la irracional refiere a que se deja llevar por las emociones, por valores éticos, altruistas. Sin embargo, también hay teorías sociales, las cuales consisten en una serie de abstracciones con mayor exactitud, dicho de otra manera, la teoría abstracta se da en una construcción remarcando lo común, pero también trabajando en ello, aunque eso implique sacrificar algunas particularidades.
En cuanto el estudio de los partidos políticos y la democracia, un tema que muchos pueden imaginar que se abordará durante la formación académica, Víctor Hugo plantea que los estudiantes tienen un análisis de diferentes maneras y perspectivas, pero se aprenderá a abordar el tema a partir de pensar metodológicamente, dividido en dos: por una parte, lo que son los partidos políticos y, por la otra, la democracia.
En el libro se nos habla de algunos puntos basales, para los cuales se emplea el ejemplo de Morena, donde, según el autor, se presentaron desarreglos imprevistos, esto sucedió por tres causas 1) La responsabilidad de líder, 2) La sinrazón de dirigentes, 3) La traición del proyecto con los que si la respetan. Al respecto, se nos señala que los partidos son un éxitos puesto que aseguran el control del gobierno, no obstante, tanto control los ha llevado a un fracaso miserable por sus funciones representativas. En cuanto a la democracia, Martínez nos explica que se divide en tres: a) elecciones competitivas, b) libertades de expresión y asociación c) imperio de la ley; esto hace a la democracia, la cual se centra en procesar conflictos dentro de marcos institucionales.
En la tercera parte, Martínez ahondará en el estudio de la ciencia política empleando el análisis, lo teórico-empírico, lo comparativo, para así desarrollar un problema de investigación a partir de la metodología utilizada en el enfoque de las ciencias sociales. Sin embargo, resalta la importancia de desarrollar también el estudio teórico y metodológico, esto es, un desarrollo de las investigaciones a través de tres niveles de forma tal que haya una propuesta epistémica y empírica para las investigaciones en el contexto de la realidad social. Finalmente, lo que busca el autor es incentivar el aprendizaje para el desarrollo de un proyecto de investigación.
Así, en la tercera parte del libro abarca todo lo que tiene que ver con el estudio de la ciencia política, empelando herramientas como el desarrollo de la metodología, análisis sistémico, teórico-empírico, entre otros. Además, se da apretura a lo que es la tesis en su formación, para poder desarrollarla con base a los conocimientos previstos de la política y la ciencia política, pues a pesar de tener experiencia en la carrera, indica Martínez, no basta para el alumno tener la seguridad en cuanto a su tema de la tesis, no obstante, en vez de verse esto como un obstáculo, nos plantea que es un proyecto que nos conlleva una preparación que saca lo mejor de nosotros como alumnos y alumnas desarrollando una disciplina llena de desafíos.
Es por ello que la preparación científica nos lleva de la mano para poder desarrollar el tema de nuestro interés empleando un método científico, para poder construir cualquier objeto de estudio, es decir, que hay que preparar científicamente el análisis de lo que en realidad queremos conocer llevando un proceso de explicación; en el caso de la metodología científica, éste se desarrolla del tipo de orden explicativo, donde están las propiedades de la ciencia social.
En relación a esto, para que nosotros logremos desarrollar un tema, es primordial tener claro el problema de investigación, para plantear un objeto de estudio tanto acotado como preciso, nos referimos en estricto sentido a que sea una problemática planteada de forma metodológica, por lo que es importante mencionar que un factor depende de otro.
Al desempeñar dicho trabajo, es importante emplear los mecanismos que nos guía el libro, para poder tener la evidencia de los fenómenos políticos, así como el vínculo de las estructuras e individuos. Para finalizar, en el último subtema se nos explica cómo plantear un proyecto de investigación, en el cual el autor se enfoca en la democracia e integración social como problema de estudio a manera de ejemplo.
Puedo decir que el libro me sirvió de mucho, y más en esta etapa de mi vida, puesto que empiezo a desarrollar la carrera de forma más concreta, por lo que estoy a tiempo de elegir de manera adecuada mi camino; en mi formación politóloga me está orientando, así que creo pertinente recomendarlo a los demás estudiantes universitarios, ya que en nuestro camino en la ciencia política muchos no están seguros de haber tomado la mejor decisión y es por eso que desertan o cambiando de carrera. Al mismo tiempo, nos ayuda a los que sí estamos seguros de nuestra decisión a tener buenas herramientas para desarrollar más conocimientos, para poder hacer una concientización sobre el buen habito de la lectura y llevarnos a una disciplina, de ahí hacernos conocer lo que es la política y la ciencia política, es decir, que traza un camino de lo que se necesita saber como punto de partida más sencillo para poder transcender. Eso es lo que el autor me impulsó, tener la conciencia de que la Ciencia política se desarrolla ante metodologías, epistemes, con la relación del contexto social.
Martínez. (2021).Cómo leer, razonar y estudiar ciencia política. Ciudad de México, México: UACM.
