Biblioteca ambulante Palabra en movimiento “Tlahtolli Ollin”

Seis años de compartir la palabra errante

                                                                                                                                                             

Por Verónica Ethel Rocha Martínez

Seis años se han cumplido y con ellos despedimos los trayectos de la Biblioteca ambulante Palabra en movimiento [Tlahtolli Ollin], su existencia fue un desafío a la palabra “imposible”. Los primeros pasos al compartir la palabra de autores entrañables acontecieron en las palapas del área deportiva de un conjunto habitacional. En aquel entonces recibimos dos donativos de libros realizados por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos desde su sede en el Estado de México y por la Editorial Juventud.

 

En el área deportiva de un conjunto habitacional.

 

La gestión de otros donativos derivó en adquirir un pequeño lote de libros de literatura universal elegidos de la bodega de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM y 300 libros infantiles y juveniles de la colección Libros del Rincón junto con dos cajas de libros de una Antología de cuentos de José Revueltas y dos cajas más de la Antología poética de Efraín Huerta donados por la Comisión Nacional de libros de Texto Gratuito con sede en el Estado de México.

También recibimos libros de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, más un pequeño lote de libros proporcionados por amigos y conocidos; particularmente destacó un Profesor de educación primaria que debido a su jubilación nos remitió libros para ese nivel educativo con una terapeuta. Con todos estos materiales bibliográficos constituimos un acervo con cuatro colecciones: literatura infantil, literatura juvenil, literatura universal y Derechos Humanos.

  Primera Feria del libro comunitario.         

 

 

 

                                                                                                        

Las visitas recibidas en la Sala de lectura y en los eventos en comunidad realizados de 2018 a  2022 fueron 1327, los visitantes de nuestra fan page de 2022 al mes de septiembre de 2024 fueron 1705, sin embargo, lo más importante para quienes entregamos la vida en cada momento fue constatar el interés, la alegría, el entusiasmo y la participación de niñas y niños en las diversas acLeer más

Antropología criolla

Por Stephania Rodríguez[1]

Antes del exilio hubo en esta tierra campo fértil, frutos y bondad para compartir, hubo milpa, agricultura sostenible, hubo sabiduría y amor incondicional por la tierra que nos cuida; en esta tierra madre, hubo sueños y oro consagrado a la manigua. Mas, sucede, sin embargo, que se ha apoderado un sinsabor postcolonial, impregnado en cada acción y decisión.

 

Nos han extraviado las guías pues resulta contradictorio querer “educar” a esta américa salvaje a punta de santos y rezos, modelos educativos desprolijos y anticuados, los cuales en su práctica no fortalecen al campesino, ni dan continuidad a nuestra ancestralidad, modelos de enseñanza ajenos, programados para desraizar más al pueblo de sus verdades espirituales y agrícolas. Es solo observar, parar y mirarnos para dar cueLeer más

Lo que debemos recordar los salvadoreños

Por Víctor Salmerón

Los derrotados, los vencidos militar y psicológicamente, casi siempre y en todas partes han sufrido la misma suerte: la esclavización, el desplazamiento, la pérdida de identidad, la imposición cultural y la subyugación política. Por el hecho de perder son esclavizados y obligados a trabajar para los vencedores, como piedras que estorban en el camino hacia el éxito son apartados violentamente de sus tierras y obligados a abandonar sus hogares, lo que se traduce en una pérdida acelerada de su identidad y arraigo cultural. Además, son obligados a adoptar la cultura, la religión y las costumbres de los vencedores; lo que implica la prohibición de sus prácticas culturales y la imposición de nuevas formas de vida. Así, estos quedan bajo el absoluto control político y administrativo de los vencedores. Eso fue lo que le ocurrió al territorio que hoy se le conoce como El Salvador y al resto de los pueblos mesoamericanos. Fueron subsumidos y asimilados por un vientre siniestro y desconocido. A pesar de lo difícil, amargo y doloroso que puede ser digerir nuestra propia historia, pues demanda de una boca, dientes y estómago saludables, creemos que la adopción de una perspectiva histórica crítica y equilibrada, que supere las concepciones dogmáticas o ideológicas, posibilitará a la sociedad salvadoreña reconciliarse con su pasado, evitando el avergonzamiento de sus raíces y construyendo así una identidad que abrace tanto los aspectos positivos como los desafíos de su historia. Lo que con este escrito se pretende es, principalmente, fomentar una comprensión equilibrada de la historia salvadoreña, superando así concepciones dogmáticas o ideológicas, para promover la reconciliación y construir una identidad nacional más positiva y enriquecedora.

En medio del bullicio y ruido maquinal, una voz bien estructurada y lograda me susurra que una tarea fundamental y urgente en el presente para El Salvador, y para la mayoría de los países latinoamericanos, es desmitificar el pasado. Observar con ojos críticos la historia ya no es un lujo reservado para eruditos de gruesos espejuelos y ociosos de la historia, sino una necesidad apremiante para comprender con mayor precisión ciertas actitudes y comportamientos en nuestra sociedad. En los dLeer más

¿Qué es el amor para el derecho? 

Por Mapi Scarlett Flores Cruz[1]

Todos alguna vez nos hemos preguntado ¿qué es el amor? Pero muy pocas veces profundizamos en cómo éste se puede llegar a manifestar. Hoy en día hemos llegado a escuchar conceptos como poliamor, monogamia, parejas swingers, relaciones abiertas o fluidas, las nuevas maneras en que se toca el tema del concubinato, el divorcio y muchas variables más que han surgido en los últimos años. En internet, por ejemplo, una de las definiciones más conocidas que se le da al poliamor es: “aquella relación sentimental, afectiva, amorosa y/o sexual entre dos o más personas, con el consentimiento de todas las partes involucradas, además, el poliamor se puede presentar de distintas maneras, como poliamor de relaciones jerárquicas, polifidelidad, etc.”

Entendiendo lo anterior como maneras de relacionarse que siempre han existido en la historia de la humanidad. En sus diferentes culturas, épocas, con diferentes significados y terminologías. Es decir, algo que siempre ha existido y a lo que actualmente se ha dado más libertad de ser hablado, estudiado y, hasta cierto punto, darle una definición o teoría.

Se ha generado más este tipo de conversaciones gracias a los medios digitales donde podemos encontrar cursos, podcast, videos, libros, hasta en nuestras series y artistas favoritos, también en nuestros círculos cercanos donde son más abiertos al hablar sobre estos temas o incluso nosotros mismos encontrarnos en una relación no típicamente aceptada en la sociedad.

¿Pero cuál es su relación con la legalidad? ¿qué dice el Derecho al respecto? ¿podría llegar a afectar a alguna rama o ramas del Derecho en específico si se llegase a legislar sobre estos temas? ¿cómo pueden llegar estos temas a un juzgadoLeer más

El grafiti y los murales vs la propaganda política

El derecho de rebelión no lo entienden los tiranos.
Ricardo Flores Magón
Regeneración, 10 de septiembre de 1910.

Por Adrián García[1]

Hace un par de semanas en una de mis clases de Teoría de la Argumentación Jurídica, se abría un pequeño debate respecto al tema del grafiti y los murales en las calles de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Cabe señalar, que San Cristóbal de las Casas es considerado un Pueblo Mágico de México. Por ende, exige determinadas reglas respecto a la fachada de inmuebles para ciertas zonas: debe prevalecer una imagen histórica de la arquitectura.

El debate partía de un caso concreto en un hotel de la cuidad, donde el dueño de éste permitió que el artista lober Alarcón Santanilla pintara en la fachada del inmueble un mural de un jaguar. El problema comienza cuando en 2020 el artista comienza la creación de dicho mural, un ciudadano que conducía su automóvil y pasaba por el hotel fotografió al artista para posteriormente exhibirlo y exigir el retiro de la obra, argumentando que no estaba permitido pintar ahí.

Esto causó que el 08 de enero de 2021 el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) colocara sellos de clausura al mural ya terminado, ¿la justificación? La misma que el ciudadano. Pero claro, fundamentándolo de acuerdo a la Ley federal de Monumentos y su Reglamento, el Reglamento Municipal y el decreto del 04 de diciembre de 1986 donde se encuentran enlistados alrededor de 500 inmuebles en San Cristóbal de las Casas, los cuales son considerados patrimonio histórico de la ciudad.

Tanta fue la exigencia de borrar el jaguar, que pasando tan solo unos días fueron retirados los sellos de Leer más

Espacios neurales: la de-construcción humana

Por Verónica Ethel Rocha Martínez

En este artículo se propone una categoría de análisis que permite comprender la importancia de los procesos cognitivos en la mente, se consideran así la totalidad de capacidades a partir de las cuáles el ser humano interactúa e interpreta su realidad.

Los espacios neurales son eventos complejos que ocurren en la mente humana a partir de los cuales el ser humano se reconoce y da sentido a su vida. Se hace necesario en el marco de la investigación del cerebro en acción y los avances en neuro tecnologías distinguir la relevancia de estos espacios en la vida cotidiana de las personas pues acontecen constantemente para dotar de comprensión y sentido a quien constantemente recrea su trayectoria.

En efecto, es a partir de una historia única, capacidades, interpretaciones, coyunturas, reflexiones, desacuerdos, afirmaciones, contradicciones, apreciaciones, emociones, de un bagaje cultural, político, ético que nuestros actos acontecen en el espacio tiempo. Se trata de tipificar a todos estos procesos como espacios o momentos a partir de los cuales se genera la identidad, es decir, la forma en que un sujeto se reconoce y diferencia de otros.

Consideremos por un instante lo que en este momento somos, lo que podemos decir de nosotros Leer más

La salvación en tiempos de pandemia y post-pandemia

Por Aníbal Fernando Bonilla[1]

En las circunstancias atípicas en que hubo de transitar el orbe desde los primeros meses del 2020, en donde la pandemia del coronavirus modificó —posiblemente para un largo tiempo— los hábitos de interrelación, de lo individual a lo colectivo, surgieron inquietudes, dilemas y hasta cuestionamientos ante tan complejo entramado infeccioso, poniéndose a prueba la capacidad sanitaria a nivel planetario.

A partir del registro del primer caso en China (Wuhan), cuya advertencia y explicación fue dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), este mal epidémico reformuló el designio cotidiano del hombre. En un giro de ciento ochenta grados, los gobiernos implementaron estrictos protocolos de bioseguridad para la disminución  en lo posible del impacto de mortalidad humana.

Sin duda, tal situación ha conllevado un diagnóstico de la vorágine del modus vivendi en que las personas nos hemos venido desenvolviendo en esta descarnada competencia acumulativa de bienes suntuarios contra reloj, siendo directos propagadores de una carrera depredadora de los recursos naturales. En tanto, buena parte Leer más

Democracia y control

Por Fernando de Jesús Aldama Escalera[1]

 

“Cada paso nuevo encierra el peligro de fracasar,
y ésta es una de las razones por las que se teme a la libertad”
Erich Fromm.

 

Partidos indisciplinados, incertidumbre política, sucesos imprevistos y caos electoral; en el México del siglo veinte eso sería impensable, tomando en cuenta el contexto de la hegemonía priista. Pero, en cuestión de poco más de tres décadas, no solo el sistema de partidos, sino el electoral, cambiaron totalmente. Esta situación para algunos de nuestros contemporáneos es una crisis sin precedentes, mas, examinándolo a mayor detalle, supone en realidad el escenario idóneo para la consolidación de un sistema. ¿Por qué no una transición? La transición ya la vivimos, desde los movimientos estudiantiles de la década de los sesenta, los levantamientos armados zapatistas en Chiapas o las reformas electorales que debilitaron el régimen priista.

La democracia no nació en 2018, fue un largo proceso de luchas y negociaciones en las que a veces se perdía o ganaba. Lo cierto es que, ahora, la democracia que nació de todo ese proceso yace en tela de un escrutinio. Nuestra democracia no es fuerte y nunca será invencible. No lo será porque en toda la historia política de la humanidad ha existido una democracia invencible; éstas siempre se han visto en crisis y, dependiendo de su fuerza, han logrado adaptarse o directamente han caído en regímenes totalitarios. De hecho, nuestra democracia es débil por el simple hecho de tener pocas décadas de haberse creado, por lo que aún le falta consolidarse como un sistema sólido que logre adaptarse a los cambios que están por venir.

No caeré en los alarmismos de la oposición al afirmar que la victoria de morena en las elecciones presidenciales de 2024 supondría regresar a la hegemonía priista, pero tampoco sería prudente aprobar en su totalidad la praxis morenista a lo largo de este sexenio. La democracia se nutre del conflicto y de los cambios que de estos emanen.

Lo que decidirá en 2024 si la democracia mexicana se fortalece o sufre una regresión dependerá nLeer más

Reflexiones bioéticas sobre la selección de genes para mejoramiento de los seres humanos

o “la utopía de un mundo feliz”

Por Arantza Monserrat Garcia Duran

 

Introducción

Lo que les voy a presentar es un análisis personal sobre un capítulo del libro “¿Decisiones peligrosas? Una bioética desafiante. Identifica herramientas de pensamiento filosófico y cómo se aplican en el pensamiento bioético” de Julian Savulescu (2012). En este análisis encontrarás reflexiones sobre la pertinencia de la bioética y su constante intención de poner en la mesa temas relevantes para la sociedad contemporánea. La intención, tanto del libro como la mía, es darte a conocer, a ti, lector, el ejemplo de un tema y algunos puntos desde los que podrías comenzar a formar tu propio criterio, apegándonos a la exposición de razonamientos necesarios (aunque no los únicos) para tomar una comprensión dirigida hacia el bien moral, o lo que es lo mejor moralmente. 

Es preciso recordar en este momento que la argumentación siempre debe estar presente en la bioética, pues sin argumentación y sin diálogo los dogmatismos que han permeado nuestras formas de ser, hacer y pensar el mundo no cambiarán.

Ahora bien, podemos decir al respecto que el libro sobre “una bioética desafiante” manifiesta una postura de análisis y trabajo que cuestiona corrientes éticas y morales tradicionales, muchas veces basadas en fundamentos religiosos. Pues actualmente se está avanzando para alcanzar dialécticas que aborden Humanismos laicos.

 

Cap I. Beneficencia procreativa. Por qué debemos seleccionar los mejores niños

Lo que podríamos llamar como naturaleza de la sociedad está situado sobre una necesidad de constante progreso. Y aunque no se exige un progreso lineal ni constante, se busca desde distintas aristas este propósito (el cuál no deja de ser eurocéntrico). Entonces, sucede que desde la biología el criterio de buscar una mejor salud como Derecho se trata más de caminar hacia cómo alcanzar estas formas desde diversos métodos, tales como la investigación fisiológica y el ADN. Este tipo de investigaciones, de entrada, parten de una clasificación, es decir, de estándares que se implicarán además con la diversidad de la crianza y su percepción. Así, el mejoramiento progresivo de la humanidad contempla la inteligencia y la memoria como características de gran importancia, a las que se asocia Leer más

Avatares en tiempo de migración

Por Aníbal Fernando Bonilla

Todavía quedan comensales en una cevichería ubicada en Otavalo (Ecuador). En los parlantes retumba Héctor Lavoe. Es un sábado de enero. Ana Rosa Torres concluirá en poco su jornada habitual, que se extiende por más de diez horas. “Estoy extenuada” —parecen decirme sus gestos—. Ella trabaja como mesera, sin beneficios de ley, ni afiliación a la seguridad social. Percibe un salario de trescientos veinte dólares, con turnos semanales que incluyen sábados, domingos y feriados. Algo que ya hizo en otro establecimiento de comidas, y, más tarde, en un asadero de pollos, en similares condiciones, por doscientos dólares: “el dueño es un tipo de mal genio, nos gritaba y explotaba mucho”, asevera. Aunque no dista en demasía con su situación presente. Ella es migrante venezolana, cuya precariedad laboral/contractual es parecida a la de muchos de sus compatriotas[1] (más de cinco millones diseminados por el mundo, según la ACNUR). 

“Es lo único que me queda”, manifiesta… Nos acomodamos en una mesa. Pedimos algo para beber.  

Entre el 2018 y 2019 tomó la decisión de salir de Venezuela, ante la crítica situación política y de inestabilidad económica. “La inflación se puso imparable e insostenible”, subraya. Desde aquel momento hasta hoy, apenas ha vuelto temporalmente en una ocasión, desplazándose otra vez a Ecuador tras la tragedia ocasionada por la pandemia del coronavirus. Antes lo hizo, maleta al hombro, recorriendo cientos de kilómetros a pie, en camión o en bus (tal como se grafica en nuestras carreteras), obteniendo la documentación reglamentaria. En tanto, su reingreso desde Colombia al territorio ecuatoriano ya fue de manera irregular, atravesando por trochas la frontera en el puente de Rumichaca.

—Muchas veces he pensado buscar otro empleo, pero es imposible, mi condición de venezolana me tiene marcada, parece que de por vida.

Niega a la par que inclina la cabeza. Toma su jugo de naranja sin prisa. La observo atento, hurgando en su rostro inexplorado. Elude la vista, algo cohibida. Será que no está acostumbrada a ser entrevistada. De piel con tonalidad clara y sonrisa afable. De cabello largo azabache. Sus 45 años reflejan la plenitud de la vida. Me reincorporo al objetivo medular de la conversación.

—Soy de Portuguesa (estado cuya capital es Guanare). Ahí estudié la primaria y el bachillerato. En Caracas obtuve la licenciatura en Administración, Mención en Recursos Materiales y Financieros, en la Universidad Nacional “Simón Rodríguez”. También alcancé una tecnología superior en Presupuesto en el Colegio Universitario “Caracas”.

Reconoce haber tenido inconvenientes en los lugares en donde ha laborado:

“he dado mal el vuelto, ante lo cual el jefe me ha descontado de mi sueldo. También al inicio tenía problemas por mi dialecto. Era un desastre (vuelve a sonreír). Pero lo que más me revienta es la manera que tienen ciertos hombres para molestar. Son morbosos. Quieren abusar porque soy mujer y extranjera, haciéndome propuestas indecentes. Queriendo acostarse conmigo. Algunos son solapados, pero otros van directo al grano. Son groseros. Cuando se dan estas cosas me pongo fatal. Sabes, chico, ahí es cuando más extraño mi país, mi gente. En otras ocasiones, en cambio, hay clientes que no quieren que les atienda porque se enteran que soy venezolana”.

No insisto en el tema. Me parece incómodo para ella. Indignante para una mujer. Desalentador para una sociedad que a través de sus leyes viene reivindicando el derecho a la movilidad humana, pero en la práctica no aplica el principio de solidaridad en la convivencia común. La categoría de refugiado es una entelequia. Al contrario, se impone la intimidación o el acoso aprovechando una circunstancia vulnerable y de debilidad. Es palpable la xenofobia como comportamiento primitivo en pleno siglo XXI. Cuando es bien sabido que desde el origen de la especie humana se instituyó su tejido migrante.  

Desarraigo, la melancolía de la patria ausente

Ana tiene dos hijos de 16 y 22 años residiendo en Venezuela. Una de las razones por las cuales lucha. El padre de ellos también es venezolano.

“Él está por allá. Nos separamos. Es difícil la ausencia de los seres que amas. Me hace falta mi familia, mis padres. Es doloroso estar sin los míos. La distancia entristece, junto con el recuerdo. No sé si esto es lo mejor o lo peor. Pero al menos aquí tengo comida, vivienda, vestimenta, algo que en Venezuela escasea (así como el agua potable, medicinas, papel higiénico). Cuando puedo les envío algún dinero”.

El desarraigo se advierte en Ana como una manera obligada para alcanzar el bienestar anhelado. Y como horizonte que señala su futuro. Aunque eso traiga incertidumbre. Nostalgia. Temor. Consciente de que esta decisión conlleva consecuencias sociales, económicas, culturales, emocionales. Como dice Leonardo Padura “Todos los exilios tienen un componente traumático. Para muchas personas salir de su tierra y llegar a otra es abandonar una vida y encontrarse con una diferente, ya comenzada, que tienen que aprender a armar desde el principio y eso puede ser fuente de muchos conflictos mentales”[2].

Sobre la remuneración mensual confiesa que le alcanza “con las justas, a veces no. Pero ¡qué más me toca! El restaurante me absorbe, es imposible buscar otro trabajo extra”.

¿Alguna situación especial o anecdótica?

“No muchas. En alguna ocasión llegó un borracho que no quiso pagar la cuenta. A veces se olvidan billeteras o algunos objetos como gafas o prendas de ropa. Lo que más me duele es que en la noche viene bastante gente pobre a pedirnos ayuda para comer. Entre ellos están mis hermanos venezolanos”.

Ella proyecta en dos o tres años un emprendimiento gastronómico en Otavalo, ya que gusta de esta ciudad por su tranquilidad, fuera del estrés. Y sobre todo, “con mis papeles en regla”. Para lo cual aspira su regularización a través del registro gubernamental, implementado desde septiembre del 2022, con la obtención del certificado de permanencia y posterior visado.

En el último quinquenio se ha dado un masivo traslado de sus coterráneos a suelo ecuatorial; según estimaciones en la actualidad residen más de medio millón de venezolanos, unos de paso y otros de forma permanente. Quienes están de tránsito fijan su destino en Colombia, Perú, Chile, Brasil, Argentina y, con más audacia, Estados Unidos[3].  

Nos callamos. Pongo la grabadora en off, al igual que el diálogo. Parece que las palabras precisas fueron dichas sin artificio alguno. Nos despedimos. Yo me quedo en la mesa con el último sorbo de cerveza Club, repensando la tertulia. ¿Le pregunté todo lo atinente a la cuestión planteada? ¿Quedó algo inconcluso en el tintero? ¿Cuántas Anas estarán en igual condición, expuestas en restaurantes, almacenes, comercio ambulante, bares, semáforos, ante tristezas prolongadas, afectos pendientes, reminiscencias pasadas, carencias diarias, retornos lejanos, miradas libidinosas?

Salgo de la marisquería. Me cuestiono hasta qué punto alguien que abandona su tierra natal lo hace de un modo total o categórico. ¿Acaso una fuerza interior permanece indisoluble alimentando la evocación de la identidad personal, aunque físicamente no esté en el sitio de nacencia?

El frío cala en los huesos. La calle transpira pavimento. Las estrellas merodean el cielo. Y las palabras de Ana aún retumban en mi mente.

La vida es una sucesión de luces y sombras. Con deseos y esperanzas, que muchas veces se fragmentan y caen en pedazos, ante lo que cabe rearmar una y otra vez aquellas piezas que componen esa vida, como símbolo de resistencia frente a la derrota. Ya que a fin de cuentas “No importa / que vengas o vayas: // Siempre te seguirá / un trozo de suelo // o una mirada arisca / declarándote extraño”[4].

 

 

 

[1] Evaluación a personas refugiadas y migrantes en Ecuador, Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM) 2022: https://www.acnur.org/noticias/press/2022/7/62e29f874/una-evaluacion-a-personas-refugiadas-y-migrantes-venezolanas-en-ecuador.html

[2] Como polvo en el viento, Tusquets Editores, 2021, tercera edición, p. 265.

[3] Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V). Ver en: https://www.r4v.info/es

[4] De “Migrancia”, extraído del poemario Los éxodos, los exilios (1994-2014), de Alfredo Pérez Alencart, Universidad de San Martín de Porres, 2014, p. 68.