Por Jocelyn Pérez López y Greta Ortega López
“El campo de la evolución cognitiva requiere que consideremos cada especie en su totalidad.
Ya se trate de la anatomía de la mano, de la funcionalidad múltiple de la trompa,
de la percepción de las caras o de los rituales de saludo,
tenemos que familiarizarnos con todas las facetas del animal
y su historia natural antes de intentar evaluar su nivel mental.
Y en vez de estudiar en los animales, habilidades en las que nosotros destacamos”.
– Franz De Waal
Definitivamente, en la actualidad, para las personas es obvio que los animales, como los elefantes, son poseedores de actitudes que parten de la cognición, tomando en cuenta que “hace referencia a las distintas maneras en que los animales adquieren información del entorno por medio de los sentidos, la retienen, la procesan y toman una decisión de comportamiento”[1]; también llegan a mostrar actitudes empáticas como “entender y compartir los sentimientos, emociones y comportamientos”[2] de sujetos de su misma especie e incluso otras. Por lo que, a continuación, se desarrollarán distintos ejemplos de estas actitudes en los elefantes.
Las observaciones hechas al comportamiento de los elefantes nos indican que estos son capaces de guardar imágenes en su memoria gracias a la información obtenida del olfato y el tacto que perciben desde su trompa, reconocen su entorno y a los que lo habitan. A pesar de esto antes siempre se creía que los elefantes eran incapaces de emplear herramientas.
Una primera prueba presentada en paquidermos,Leer más