Tortura en la antigua Grecia

Por Cesar Jair Mijares, Erick Ortiz y Mariana Mendoza

 

INTRODUCCIÓN

Afirmar que la tortura ha existido desde tiempos antiguos es posible gracias a que se ha encontrado evidencia de cómo la cultura griega carecía de una visión moral ante la tortura e ignoraban el daño no solo físico, sino incluso mental de los esclavos y/o extranjeros. Esto surge en la πόλις (polis)[1] griega, donde podemos observar incluso cómo aparentemente la filosofía no se planteaba este acto de forma moralmente incorrecto o correcto. Por ello, en este escrito analizaremos si la cultura griega tenía una visión moral ante la tortura o ignoraba los daños y acciones de esta práctica. 

Como ya fue mencionado, la filosofía no se plantea si era moralmente adecuada o no la tortura, sin embargo, la política griega, la encargada de aplicar los juicios que se tomaban hacia los esclavos o extranjeros, tenía la finalidad de sacar información verdadera y de valor para sus propios fines, y estos juicios o castigos que se dictaban tenían grados, desde las crueldades verbales hasta el dolor físico en menor grado.

Análisis 

Hay que empezar ahondando en torno a la tortura en aquella época, para una mejor comprensión del escrito. Si bien la tortura era utilizada para obtener información, servía además como una enseñanza para el resto de la población. Con Αἴσωπος (Esopo)[2] encontramos una fábula que se refiere a la tortura, pero no una tortura donde se inflige dolor, más bien una tortura blanca[3]; pues recordemos que las fábulas siempre tienenLeer más

El beatnik de la Onda prevalece en la única cinta que revela la voz de Parménides García Saldaña  

El único registro sonoro de la voz del escritor
Parménides García Saldaña (1944-1982)
se encuentra en la Fonoteca Nacional.
Por un programa de radio que consolidó junto
a Adolfo «Fito» de la Parra en la década de los 70.

 

 

Por Nataly Antonio

No hay mayor acto de rebeldía que el de escribir. Romper con las barreras del comunismo, arrojar por la ventana al que no cree en la antisolemnidad de la literatura, aniquilar con sátira a quién no esté dispuesto al parangón de sexo, drogas y rock and roll. De todo ello, era consciente Parménides. Pues representa la ruptura del lenguaje con un grado de experimentación al que ni siquiera llegó José Agustín. Simboliza un declive entre la locura y lo descomunal, una especulación incomprendida, que erige perfecta afinidad entre el desbarajuste de The Rolling Stones y su obra. 

 

El primer y único registro que se tiene hasta ahora de la voz del escritor emerge del programa radiofónico «Las raíces del Rock and Roll», mismo que se estrenó el 22 de junio de 1971. Dicho programa fue creado por el baterista de origen mexicano, Adolfo de la Parra, quién es reconocido por su trabajo con la agrupaciónLeer más

Un sabor desilusionante

Sopa de manzanas del tratado Íntimas suculencias de Laura Esquivel

 

Por Diana Peña Castañeda[1]

Una sopa recién hecha, muy caliente siempre tiene la virtud de la unión familiar. La de manzanas de Íntimas suculencias de Laura Esquivel entremezcla la laboriosa e íntima preparación de la receta con el orgullo que motiva la vida admirable del tío Romero: “Sencillo, bueno, inteligente, guapo, simpático, maravilloso, un político ilustre, importante y bien pagado.” De ahí que no solo cada ingrediente sea añadido de modo preciso, sino que se reúna toda la familia para cocinarla mientras se enaltecen sus probidades como si se tratase del más honorable discurso público.

En el relato, este plato tiene un vínculo con la profunda admiración. La visita del tío Romero era la única razón para aderezar la sopa. El esmero para agradarlo se hace evidente en la experticia para cortar cada ingrediente, aderezar con finos condimentos y revolver con sutil delicadeza. Al ser sus parientes, con esta sopa también se honra la identidad familiar “…En todo México no podía existir una familia de mejor casta, linaje y alcurnia…”

Por supuesto, el sentimiento también se reconoce en la comida. A medida que avanza la preparación de la sopa, lo obsceno de la vida de aquel pariente se pone en evidencia. Ni la lumbre ni el lector esperábamos talLeer más

Sadomasoquismo en “Oda marítima” De Álvaro de Campos

Por Aleqs Garrigóz

“Oda marítima” es un poema de muy largo aliento del gran poeta portugués Fernando Pessoa, cantada en la voz de su creación Álvaro de Campos, que junto con Alberto Caeiro y Ricardo Reis forman la triada principal de la heteronimia de este autor a través de la cual dio vida a tres existencias literarias con obras distintas entre sí, cada uno con sus rasgos particulares que sostienen su personalidad. Este poema luce como una obra maestra, llena de sensorialidad, que recoge y representa una gran vitalidad de sensaciones físicas filtradas por el poder de lo psíquico, en versos arrolladores de gran expresividad y fuerza.

Fernando Pesa atribuyó a Ricardo Reís la fecha de nacimiento del 15 de octubre de 1890. Le asignó la profesión de ingeniero naval y como su más honda pasión las maquinas. Pessoa escribió este poema durante los meses finales de 1914 y los primeros de 1915. Hay quienes piensan que, junto con “Tabaquería”, éste es uno de sus poemas Leer más

Correspondencia azucarada

Duraznos asados inspirados en carta de Juan Rulfo a Clara Aparicio

Por Diana Peña Castañeda[1]

Si en su producción literaria Juan Rulfo recreó un pueblo sombrío cuyos murmullos ensordecedores expresan el deseo de calma, en su relación epistolar con Clara Aparicio exhortó la nitidez del amor. Un sentimiento rebosado por la esperanza, del mismo modo que se extiende la gota de agua en la tierra para crear nuevas formas provocativas.

 

“¿Sabes una cosa? He llegado a saber, después de muchas vueltas, que tienes los ojos azucarados. Ayer nada menos soñé que te besaba los ojos, arribita de las pestañas, y resultó que la boca me supo a azúcar; ni más ni menos, a esa azúcar que comemos robándonosla de la cocina, a escondidas de la mamá, cuando somos niños.”

 

Por ser el amor un asunto tan irracionalmente serio, a él, entonces un Leer más

“Molly Bloom”

Sidra de pera inspirada en Ulises de James Joyce

Por: Diana Peña Castañeda[1]

 

“…me gustaría tener un bonito par de pantuflas rojas como vendían esos turcos del fez rojo o amarillas o una bonita bata semitransparente que me está haciendo mucha falta o una mañanita color de melocotón como la de hace mucho en Walpole sólo 8/6 ó 18/6 ya le daré otra oportunidad madrugaré por la mañana estoy harta de esta vieja cama de Cohen en todo caso podría ir al mercado a ver todas las verduras y coles y tomates y zanahorias y toda clase de frutas espléndidas que vienen todas frescas y deliciosas quién sabe quién sería el primer hombre que me encontrara salen por ahí a buscarlo por la mañana solía decir Mamy Dillon y por la noche también esa era su salida a misa me gustaría una pera grande y jugosa ahora que se me deshiciera en la boca como cuando tenía los antojos entonces le tiraría encima sus huevos y el té en la taza con bigotera que le regaló ella me figuro que para hacerle la boca más grande a él también le gustaría mi buena crema también ya sé lo que voy a hacer voy a dar vueltas por ahí bastante alegre no demasiado cantando alegre de vez en cuando mi fa pietà Masetto luego empezaré a vestirme para salir non son più forte me pondré mi mejor camisa y bragas que él se dé una buena ración de vista con eso para que se le ponga de pie su cosita le haré saber si eso es lo que quería que su mujer se deja joder sí…

 (fragmento del monólogo de Molly Bloom)

 

Es la habitación matrimonial. Tu esposo duerme. Quizás 2 a 3 de una oscura y seca madrugada Leer más

Experiencia nómada

Por Aníbal Fernando Bonilla

Cuando se traspasan las fronteras de alguna manera, las visiones, percepciones y hábitos de los viajeros(as) se modifican y ensanchan a partir de la interpretación vivencial. Es un ejercicio placentero que nos conduce al conocimiento y reconocimiento de la otredad. Y al descubrimiento de latitudes distintas. A partir del contacto externo, las ciudades se vuelven cercanas, aunque el desplazamiento sea por un lapso corto.

Sobre la visita esporádica a las principales urbes —si cabe tamaña expresión— de nuestra América, trata el texto Cómo viajar sin ver (Alfaguara, España, 2010), de Andrés Neuman (Argentina, 1977); bitácora en la cual se recogen hechos, vicisitudes, episodios, instantáneas de un intenso itinerario que efectuó el autor a propósito de la obtención de un premio literario y su correspondiente difusión. “Solo quería escribir de lo que mirase, escuchase, comprendiese o malinterpretase mientras atravesaba ese laberinto denominado Latinoamérica”, explica.

Experiencias de un atento observador que bifurca su gesta creativaLeer más

Sopa emancipada

Una receta inspirada en el ensayo Una habitación propia de Virginia Woolf

Por Diana Peña Castañeda[1]

Más que un placer gustativo, la comida en literatura es magia. Como elemento narrativo, permite la acción de la trama porque es un estado de ánimo, un pensamiento, una decisión; apoya la descripción de un personaje, o bien caracteriza a una sociedad en un contexto determinado. Desde pavos, frutas, quesos, vinos, salsas, panes y un sinfín de platos, la obra literaria de Virginia Woolf está aderezada de una exquisita ironía para poner en evidencia los trasfondos del alma humana.

Para ella, “comer bien” es metáfora de cómo la identidad propia, más precisamente, la de la mujer, puede encajar o no en una sociedad de libertades, en el mejor de los casos, restringidas. Dijo la escritora inglesa: “Uno no puede pensar bien, amar bien o dormir bien sin haber primero cenado bien”.  En su clásico ensayo Una habitación propia, Woolf desarticula la idea de ‹‹somos lo que comemos››, entonces la funciónLeer más

Corazón errante

Por Diana Peña Castañeda[1]

Introducción

Comida y literatura hacen parte de la memoria humana. La primera, porque a través de los sabores, texturas y aromas se recrea el sentir individual y/o colectivo. La segunda, porque anima la reflexión sobre aquello que llamamos vida. Entonces, la comida en literatura pasa por ser algo más que lo que se sirve a la mesa o lo que se cocina en el fogón.

Cada alimento, el tiempo en que se come, con quién se comparte y la forma en que se cocina permite describir a los personajes o a la sociedad, es decir sus emociones, sus sentimientos; si se es rico o pobre, fraterno o desleal.  Propicia el encuentro o es la antesala de la muerte en la trama; muestra lo injusto, el deseo, lo amoroso o lo violento. Puede ser dicha o tragedia en el desenlace.

En cada obra literaria fácilmente se puede hallar desde una hogaza de pan solitaria en un plato, un trozo de tocino que cuelga del borde de la boca, un condimento que produce el miedo, una fruta que revive la nostalgia, cuando menos una copa de vino para el coraje o un vaso de agua para saborear lo que se desea observar. En cualquier caso, la comida en literatura es una experiencia para escudriñar las motivaciones del alma humana.

En consecuencia, el propósito de esta columna es develar lo que encierran esos platillos presentes en obras maestras de literatura universal. Cada receta hará que usted respire o se inquiete. Póngase cómodo y disponga el paladar para degustar bocados literarios. 

 

Pollo asado aderezado con páprika al estilo Drácula de Bram Stoker

 

La muerte tiene la fina sutileza de recordarnos que antes hay vida y, en consecuencia, hay que comer. Para los propósitos de Drácula esa es una premisa: “El propio conde se acercó a mí y quitó la tapa del plato, y de inmediato ataqué un excelente pollo asado. Esto, con algo de queso y ensalada, y una botella de Tokay añejo, del cual bebí dos vasos, fue mi cena.”  (del diario del abogado Jonathan Harker).Leer más

Por Diana Peña Castañeda[1]

Introducción

Comida y literatura hacen parte de la memoria humana. La primera, porque a través de los sabores, texturas y aromas se recrea el sentir individual y/o colectivo. La segunda, porque anima la reflexión sobre aquello que llamamos vida. Entonces, la comida en literatura pasa por ser algo más que lo que se sirve a la mesa o lo que se cocina en el fogón.

Cada alimento, el tiempo en que se come, con quién se comparte y la forma en que se cocina permite describir a los personajes o a la sociedad, es decir sus emociones, sus sentimientos; si se es rico o pobre, fraterno o desleal.  Propicia el encuentro o es la antesala de la muerte en la trama; muestra lo injusto, el deseo, lo amoroso o lo violento. Puede ser dicha o tragedia en el desenlace.

En cada obra literaria fácilmente se puede hallar desde una hogaza de pan solitaria en un plato, un trozo de tocino que cuelga del borde de la boca, un condimento que produce el miedo, una fruta que revive la nostalgia, cuando menos una copa de vino para el coraje o un vaso de agua para saborear lo que se desea observar. En cualquier caso, la comida en literatura es una experiencia para escudriñar las motivaciones del alma humana.

En consecuencia, el propósito de esta columna es develar lo que encierran esos platillos presentes en obras maestras de literatura universal. Cada receta hará que usted respire o se inquiete. Póngase cómodo y disponga el paladar para degustar bocados literarios. 

 

Pollo asado aderezado con páprika al estilo Drácula de Bram Stoker

 

La muerte tiene la fina sutileza de recordarnos que antes hay vida y, en consecuencia, hay que comer. Para los propósitos de Drácula esa es una premisa: “El propio conde se acercó a mí y quitó la tapa del plato, y de inmediato ataqué un excelente pollo asado. Esto, con algo de queso y ensalada, y una botella de Tokay añejo, del cual bebí dos vasos, fue mi cena.”  (del diario del abogado Jonathan Harker).Leer más

Muerte Y Libertad Femenina En La Amortajada De María Luisa Bombal

Por Aranza Hernández[1]

María Luisa Bombal se erige como una de las autoras que, con su talento y estilo, ha logrado ocupar un espacio muy importante en la literatura latinoamericana y en la narrativa del siglo XX. Su escritura se alejó de los paradigmas establecidos para representar, en su lugar, el papel de las mujeres en la sociedad y los conflictos a los que se enfrentaban. En su obra destaca la introspección; una mirada subjetiva que expresa los sentimientos y emociones más íntimos de sus protagonistas: mujeres en busca de su identidad, felicidad y libertad.

En este sentido, el presente texto busca analizar la importancia de la muerte en La amortajada, enfatizando los rasgos que mantenían a la protagonista sujeta a las normas del patriarcado. Se mostrará cómo su fallecimiento corporal le permite liberarse de los prejuicios y, en general, de la sociedad patriarcal, pues la muerte es presentada no solo como una mera partida terrenal, sino como un espacio íntimo de reflexión y liberación de lo que se experimentó en vida. Es la salida que despoja a la protagonista de toda opresión, de todo odio y de todo aquello que la lastimó, pues durante ese estado entre la vida y la muerte, ella tomará conciencia, según lo que ha experimentado, de su posición como mujer oprimida, cuya existencia se encuentra siempre ligada a una figura masculina, necesaria para sentirse mujer.

La novela presenta una narración dividida temáticamente en dos partes: una muerte corporal y una muerte del pensamiento patriarcal. Por un lado, Ana María, la protagonista, experimenta una muerte carnal, el término del mundo de los vivos y, por otro lado, una muerte psíquica. Esto debido a que durante su existencia había aceptado, inconscientemente, las normas estipuladas por la sociedad patriarcal en la que se encontraba. Aceptó desaparecer su identidad, por lo que el “el ritual del velatorio es la zona de pasaje que permite purificar y liberar el trauma de una memoria de género” (Vásquez, 2015, p. 292). Ello porque “la catarsis sólo puedeLeer más