Necro-política y narco-gobierno de José Reveles

Por Israel Michell Martínez Martínez *

Periodismo de investigación y ciencia política se conjugan en la nueva obra de José Reveles Necro-política y narco-gobierno. Nuevas dinámicas de poder en México, publicada bajo el sello editorial Grijalbo. El libro, dividido en 41 secciones que varían entre 2 y 14 páginas, ofrece un recorrido por algunos de los episodios de violencia, injusticia y corrupción de la historia contemporánea de México. Ahora bien, este recorrido histórico se hace a partir de dos conceptos: necro-política y narco-gobierno.

El concepto necropolítica proviene del homónimo ensayo Necropolítica del politólogo camerunés Joseph-Achille Mbembe, que comprende que la soberanía:

“reside ampliamente en el poder y la capacidad de decidir quién pruebe vivir y quién debe morir. Hacer morir o dejar vivir constituye, por tanto, los límites de la soberanía, sus principales atributos. La soberanía consiste en ejercer un control sobre la mortalidad y definir la vida como el despliegue y la manifestación del poder […]” (Mbembe 19-20).

En un Estado con necro-política habrá exclusión, abandono u olvido de segmentos de la población que se consideran poco productivas o nocivas para el resto, esto puede incluir tanto a migrantes como a nacionales. De acuerdo con Mbembe, este poder se ejerce en lugares en que el Estado ya ha sido rebasado por conflictos internos, a tal punto, que la violencia que se ejerce en el interior se convierte “en un producto de mercado” (Mbembe 57). Ante la ausencia del Estado cualquier grupo con armas y dinero, del crimen organizado o de empresas transnacionales, (Mbembe 59) puede depredar territorios, aniquilar poblaciones y someter a cientos. 

Por otro lado, el concepto de narcogobierno se refiere a “las etapas de la vida pública en que se consintió, se protegió y se alentó desde las esferas oficiales el tráfico de drogas y la consecuente delincuencia organizada” (Reveles 91). Entonces, narco-gobierno es la amalgama gobierno-narcotráfico que permitió, y permite en algunas zonas del país, el trasiego de estupefacientes a lo largo del territorio nacional con destino a Estados Unidos, todo ello con violentas consecuencias para los traficantes y, especialmente, para civiles no involucrados en tales ilícitos.

Según Reveles, en México la necro-política y el narco-gobierno se han convertido en una díada teórico-política que describe una realidad tan violenta como letal, pues los cárteles del narcotráfico junto con funcionarios, policías y hasta militares han erosionado al Estado, dejando a miles desamparados ante la violencia.

Ahora bien, entre las secciones que componen el libro de Reveles se encuentra “Chihuahua, ‘Pelotón de la muerte’”.  En esta sección el periodista mexicano expone que a la Tercera Compañía de Infantería No Encuadrada (CINE) le fue ordenado “secuestrar, torturar, asesinar, y hacer desaparecer a cientos de personas civiles, traficantes o no criminales o inocentes” (Reveles 79). Llama la atención que aun cuando los detenidos fuesen inocentes tenían que ser sometidos a vejaciones. Bien podría ser una excusa para demostrar la “acción” de las fuerzas armadas en las calles, o bien, podría ser un método violento para atemorizar a una población, no sólo en aras de no involucrarse con el narcotráfico, también de sembrar pavor a la autoridad de un gobierno al que le importaban más las cifras que la gente, pues así alimentaba su narrativa de guerra exitosa contra el narcotráfico.

Empero, la embestida contra inocentes y criminales no terminaba ahí. En ese mismo capítulo del libro, Reveles narra que los encargados de cometer actos contra los Derechos Humanos, también robaban diversos bienes a las víctimas que, más tarde, enriquecieron a diferentes personajes:

“Un teniente detalló cómo se le ordenó vender revolvedoras, retroexcavadoras, ponis, borregos y hasta una llama. En el batallón se acumulaban caballos, borregos, muebles, televisores, calentadores, compresoras, salas, sillas y otros enseres domésticos e industriales fruto del más burdo pillaje […]” (Reveles 87).

En este tenor se puede observar que el ejercicio del poder político, al ocuparse de construir una narrativa a favor de la “seguridad de miles”, pasó por encima de los derechos y vidas de cientos de mexicanas y mexicanos. La necropolítica en tanto concepto que describe una realidad violenta y mortal se refleja en este y muchos otros episodios más, como el oscuro y violento pasaje histórico que compone la “Guerra sucia”. De este periodo, Reveles expone en el capítulo “Los vuelos de la muerte” el procedimiento mediante el cual guerrilleros y disidentes políticos eran transportados y luego, asesinados.

“A los detenidos se les hacía creer que podían ser amnistiados si portaban información que fuera relevante para la Policía y el Ejército. Ya sea confesos o sin soltar un solo dato o nombre de compañeros pese a las torturas, luego la mayor parte sería trasladada, con ataduras en las muñecas y vendas en los ojos, a la base militar de Pie de la Cuesta, cerca de Acapulco, en donde esperaban para ser subidos a un avión Atava israelí (…) Antes de meterlos al avión los individuos eran sentados ‘en el banquito de los acusados’ (…) donde creían que iban a ser fotografiados. En realidad, allí la mayoría solamente recibían el tiro de gracia en la nuca con una pistola calibre .380 bautizada como la ‘espada justiciera’ […]” (Reveles 146-147). 

Sin juicio previo un número desconocido de civiles fueron ejecutados por órdenes de generales como Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo. La tortura, ejecución y desaparición de civiles, durante la segunda mitad del siglo XX, fueron algunas de las formas en que se presentó, y aun se presenta, la necro-política en México. Desde la “lucha contra el comunismo” de aquellos años, a la “guerra contra el narcotráfico” de Felipe Calderón, se ha insistido en excluir y nulificar la vida de aquellos que han elegido una vida como guerrillero, rebelde o disidente político.

Pero, ¿qué sucede cuándo los torturados, violentados y ejecutados no tenían relación alguna con narcotraficantes, con ideologías políticas ni con políticos corruptos? Para exfuncionarios como Felipe Calderón, tales víctimas eran “daños colaterales”; mientras que para la mayoría de los medios de comunicación los muertos sólo eran consecuencia de un “ajuste de cuentas”. En cambio, para periodistas de investigación como Reveles el asesinato de civiles constituye un acto que debe ser estudiado a profundidad. Por esa razón, el periodista no sólo recupera los hechos, también recupera la memoria de aquellos y aquellas que fueron violentados, dándoles nombre y humanidad, elementos que el gobierno calderonista les quitó al convertirlos en cifras y/o expedientes de investigaciones lentas o inconclusas

En el capítulo “Paralelismo Uribe-Calderón”, Reveles recupera el asesinato de los jóvenes Javier Arredondo y Jorge Mercado. Ambos, estudiantes del Tec de Monterrey que fueron ultimados por efectivos del ejército. Una vez que los militares se percataron de lo sucedido decidieron sembrar armas en la escena del crimen. De esta forma pudieron

“mentir abiertamente diciendo primero que los jóvenes eran delincuentes y después que murieron en medio de ‘fuego cruzado’. En la práctica la tropa alteró toda evidencia para así hacerlos parecer falsamente como quienes habían disparado antes en contra de los uniformados” (Reveles 100).

 Un caso conocido, pero no por ello velozmente resuelto, puesto que la justicia tardó 9 años en declarar culpables a los militares responsables de tal acto. A este tipo de casos se le suma: la ejecución de la familia Esparza Galaviz en julio de 2007 y el asesinato de los niños Martín y Bryan Almanza Salazar en abril de 2010, por nombrar sólo algunos de los tantos que existen.

En suma, Necro-política y narco-gobierno de José Reveles representa un esfuerzo periodístico, histórico y teórico político para rememorar lo olvidado, humanizar lo “numerizado” por pragmatismos políticos y, analizar, como lo anuncia el subtítulo, las dinámicas de poder en México que, desde mediados del siglo XX hasta hoy, conforman la escena política. Una escena que, pese a la incidencia de sus protagonistas, puede y debe cambiarse mediante el conocimiento total de la misma, esto es, de las violencias y corruptelas contra la sociedad, perpetradas por aquellos que ejercieron, ejercen o buscar volver a ejercer el poder político desde las esferas gubernamentales y fácticas, esto es, desde la política o bien, desde el crimen organizado.

 

 

Fuentes consultadas

 

Mbembe, Achille. Necropolítica. Melusina: España. 2011. 120 pp.

Reveles, Josè. Necro-polìtica y narco-gobierno. Nuevas dinámicas de poder en México. Grijalbo: México. 2024. 319 pp.

 

 

 

* Licenciado en Ciencia Política por la UAM-Iztapalapa. Ha fungido como docente de Ciencias Sociales y Humanidades en el programa social PILARES-CDMX y en la Universidad Azteca-Ixtapaluca. Actualmente estudia la Licenciatura en Lenguas y Literaturas Modernas Italianas en la FFyL de la UNAM.

 

 

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