Sergio Armando López-Castillo
Iván había salvado milagrosamente la vida en aquellos hechos, pero muere en accidente de automóvil, un año más tarde.
A casi una década de los sucesos que provocaron la muerte de nueve personas, el hoy ex alcalde responsable del evento sigue sin comparecer ante la justicia.
Una de las familias víctimas de aquel catastrófico acontecimiento que enlutó a Chihuahua, en uno de los hechos más lamentables que en la entidad se tenga memoria en el pasado reciente, sufrió doble dramatismo, quizá por capricho del destino mismo.
Carmen Leticia González, joven mujer chihuahuense, contó brevemente su caso en calidad de esposa de Iván Badillo López, quien fuera uno de los afectados del trágico evento denominado “Aeroshow” del año 2013, al igual que su menor hijo y su cónyuge, aunque ésta en menor grado.
Iván fue hasta el mes de octubre, pero de un año después (2014), técnico en la compañía Honeywell – Aeroespace, y aunque el suceso lamentable de la “Troca Monstruo” le propició un cambio a su vida cotidiana, de alguna manera se había readaptado a seguir adelante de manera normal, hasta cierto punto.
Habiendo salvado la vida en primera instancia, tras los acontecimientos inesperados del 5 de octubre de aquel fatídico año, Iván continuó abrazando su pasión por los autos clásicos Wolkswagen, como su principal afición, pero también acariciaba la realización de muchos otros proyectos de vida, al lado de su familia.
Antes, y aún después del “accidente” por el “Aeroshow”, este padre de familia, trabajador entusiasta, restauraba camionetas de las conocidas “Combis” de la VW, actividad en la que mostraba siempre cualidades de buena persona con un enorme corazón, según describe Carmen Leticia.
Como desde que se casó con él, e inició la formación de su propia familia, Iván Badillo siempre trataba de ayudar a las personas sin recibir nada a cambio. Como padre dedicado y excelente esposo, también se entregó por completo, al igual que lo hizo en su calidad de hermano protector, amigo confiable y hombre de trabajado, responsable.
Badillo López y Carmen Leticia González, procrearon a Iván Jr. -“Ivancito”- quien lleva orgulloso el mismo nombre de su padre, a sus escasos 6 años de edad.
“…Un año antes del infortunado incidente, habíamos planeado ir ahí al “Rejón” al mismo evento en su edición 2012, pero por circunstancias diversas finalmente no asistimos, sin embargo hicimos el propósito de acudir al año siguiente en compañía también de sus padres y otros familiares, cuando desafortunadamente ocurrió todo…”, recuerda Carmen Leticia.
Narra la mujer, que en ese momento en que el vehículo conducido por Francisco Velázquez “panchito”, se impactó contra la gente en el lugar que se había improvisado como “gradas” —pues en realidad no las había de forma correcta— no hubo tiempo de decir, ni hacer mucho para prevenir la colisión.
“Todo pasó muy rápido y una vez arrolladas las personas, quienes logramos salir ilesos y salvar la vida, inclusive mi marido que sí fue alcanzado por la “Moster-Truck”, quedando lastimado, sólo nos veíamos entre sí, sin poder articular palabras, asombrados, asustados, desconcertados totalmente, rememora la mujer.
Iván Badillo sufrió lesiones en el rostro que ameritaron intervenciones quirúrgicas maxilofaciales, y afortunadamente fue atendido de manera pronta, con éxito, incluso en esos mismos momentos del suceso.
Su familia tuvimos mucha desesperación por lo ocurrido a Iván y a las demás personas embestidas, pero además nos asustamos porque “Ivancito”, en ese momento con dos años de edad, no aparecía, añade Carmen Leticia, quien después, se vio y escuchó en varios de los videos que se tomaron ese día “negro”, en los cuales se escucha su voz, gritando por su hijo…
A Badillo López cuando lo intervinieron con cirugía, y al percatarse los médicos de la magnitud de sus lesiones, le colocaron placas en la encía, perdió dos dientes y así comenzó su proceso de recuperación lenta.
El diagnóstico del cirujano que lo atendió fue de desprendimiento de mandíbula y tras cuatro días de la operación e internamiento en el hospital privado CIMA, volvió a casa dado de alta.
Pero el drama no terminaba para la familia Badillo González, ya que además de Iván padre, su pequeño hijo, también tuvo que ser revisado de emergencia por los médicos y hospitalizado con fractura cráneo-encefálica severa.
De ese modo la vida de esta familia dio un giro inesperado. Al transcurrir los días, vivieron el viacrucis de ir y venir a citas médicas, revisiones y tratamientos, lo cual duró casi 10 meses, por las secuelas presentadas en ambos pacientes Badillo.
Una vez recuperado, en lo que cabía, Iván redobló sus esfuerzos para apoyar y fortalecer a su familia con todo lo que conllevó el traumático proceso de restablecimiento propio y el de su hijo.
Tomando terapias en casa, y una vez terminada la incapacidad laboral, Badillo continuaba con sus citas de rehabilitación facial combinando el trabajo. Fue muy estresante, pero él siempre siguió al pie de cañón…
Carmen Leticia mencionó que en una ocasión, cuando el niño Badillo, también lesionado, se encontraba inconsciente en el hospital, Iván padre rezaba con desesperación y hasta ofreció a Dios su propia vida para que le concediera preservar la de su hijo, que lo despertara y pudiera tener una futura vida normal.
Y fue así: El día del cumpleaños de Iván Badillo, el menor despertó y su padre Iván ahí se encontraba al lado de su cama, como siempre lo hizo.
Un año y seis días después del evento “Aeroshow”, Iván muere en otra tragedia.
Como capricho de la vida y el destino, el 11 de octubre del 2014, Iván Badillo López sufrió un accidente automovilístico a las 2:20 AM, cuando se dirigía a su casa con su esposa e hijo, a bordo de una de sus grandes pasiones, su “Combi” año 1972.
Habiendo salvado la vida poco más de un año atrás, en el “Aeroshow”, donde 9 personas murieron y hubo decenas de heridos (entre ellos el mismo Iván y su hijo pequeño), el hombre volcó en su vehículo clásico en las calles de chihuahua capital, impactándose contra una barda, y muriendo al instante.
Iván había cumplido 25 años de edad apenas el día 7 de octubre del 2014. Sus últimas palabras, que recuerda su mujer Carmen Leticia, fueron para toda su familia “como nos decía él”…Los amo mucho familia y siempre vamos a estar aquí juntos…
Preguntas que el ex alcalde Marco Adán Quezada Martínez, jamás ha respondido sobre este caso, y cuyas respuestas aún le debe al pueblo de Chihuahua.
En los últimos nueve años se han efectuado comentarios frecuentes ante algunas consideraciones públicas de varias personas y organismos, sobre el trágico caso del lamentable «Aeroshow» y la eventual responsabilidad del ex alcalde Marco Adán Quezada Martínez, algunas desprendidas de revisiones y análisis del Congreso del Estado y la Auditoría Superior del Estado.
En el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, y a la de prensa, este articulista debe continuar analizando las incidencias y efectos de ese lamentable asunto.
Sin asumir que Quezada Martínez sea culpable legal y absoluto de los hechos, sí le debe una explicación amplia, clara, honesta y transparente a los chihuahuenses, en relación a esa tragedia, porque él fue la autoridad máxima en la ciudad en ese lapso, y el primer encargado de toda la trama organizativa del fallido espectáculo.
Las preguntas desde esa perspectiva para él, siguen siendo las siguientes:
1.-¿Porque la resistencia a transparentarse hacia la ciudadanía que lo eligió, si como él y sus seguidores lo afirman, aún hoy a más de un año de los eventos trágicos del 5 de octubre del año 2013, no tiene nada que ocultar, ni temer, y está dispuesto a dar la cara sobre el tema a Chihuahua?
2.- Porqué nunca se abrió al Consejo Ciudadano de Transparencia en ese y otros rubros para que se le observara?
3.- ¿Por qué no escuchó las recomendaciones de algunos de sus propios funcionarios, sobre las condiciones inadecuadas para efectuar el evento de referencia, en el «Rejón», meses antes de realizarse?
4.- ¿Cuál fue la razón que lo orilló a concesionar, sin licitación pública, el «Aeroshow», a dos cercanos empresarios amigos suyos como son Jorge Cuesta y Mario Dueñas?
5.- ¿Por qué, si como él mismo lo expresó a sus cercanos de administración y de partido político, le interesaba pasar a la historia pública de Chihuahua por sus obras y programas en el «Reliz» y «El Rejón», y ser recordado por ello en el 2016 que regresara a la política, pretendiendo ser candidato a gobernador, no supervisó los trabajos de organización, la seguridad y demás elementos esenciales para el citado evento recreativo?
6.- Finalmente, ¿cuál fue el acuerdo concreto que tuvo con el entonces gobernador del estado, César Duarte Jáquez, para que no obstante de habérsele instaurado un proceso penal por los sucesos del “Aeroshow” en 2013, como posible corresponsable, repentinamente dicho expediente fue detenido en su investigación?
7.- En verdad siente que su conciencia está tranquila, y puede dormir como tal —Paradójicamente Javier Garfio, su sucesor en el Ayuntamiento, expresó lo mismo al salir de seis meses de prisión en octubre de 2017, acusado de peculado— cuando por esas muertes de inocentes en el evento que él organizó solamente está procesado y condenado en la cárcel el chofer de la “Troca monstruo”, cuando la noche de aquel día funesto ordenó a parte de su gabinete reunirse de urgencia para alterar documentos que lo pudieran exonerar de responsabilidad?
En fin, los ciudadanos de Chihuahua capital esperan aún hoy luego de cuatro años, que el ex alcalde Quezada Martínez responda e incluya en sus respuestas a la Auditoría Superior del Estado, y ante la Fiscalía Estatal y el juzgado correspondiente, algunas de estas interrogantes que se le han planteado en diversos foros, por ciudadanos y organismos como el Consejo Ciudadano de Transparencia de la ciudad.
¿O acaso piensa, en sano juicio, que a la comunidad chihuahuense ya se le olvidó el caso, y campantemente puede presentarse, otra vez, como aspirante a un cargo de elección popular, como se sabe que pretende hacerlo, sin importar que una eventual candidatura suya, esté manchada por la sangre de los fenecidos en ese triste “Show”?… Él sigue teniendo la palabra.
Un texto de denuncia pública, de memoria colectiva y de pertinente periodismo de investigación para la reflexión crítica. Saludos.