Pastel de calabaza inspirado en la novela El bebé de Rosemary de Iran Levy
Por Diana Peña Castañeda[1]
“El bebé pateaba como un demonio”
Tiene ojos amarillos, casi dorados, cuencas en forma triangular, pupilas verticales. Su mirada infunde miedo, eso le hace reír. Observa vigilante los abismos de las almas golondrinas que habitan el mundo. Espera el minuto para azotarlas con su trueno devorador hasta dejarlas sumergidas en el mar de sus propias suciedades. Ahora, habita la atmósfera claustrofóbica de la casa Bramford. Sus vecinos son sus devotos.
Desde el centelleo de sus fogones como si se tratase de una liturgia sagrada dispone los ingredientes, afila presurosamente los cuchillos, rectifica sabores, se relame los dedos. Un vals estridente de medianoche avisa que la mesa está servida. Abre las puertas del gran salón, la luz de las lámparas ondea, los comensales se sientan. Cada cosa en su lugar. Su risa se retuerce entre los hilos del mantel. El Diablo no solo está vivo, es un exquisito gourmet y Rosemary, metáfora de la inocencia, su invitada especial.
Rosemary es una católica no practicante, solo quiere una familia. Guy, protestante, actor de teatro, busca desesperadamente un papel principal en Hollywood; para conseguirlo, hará lo que sea necesario. Por eso un apartamento en el esplendoroso edificio de estilo gótico, el Bramford.
Mientras ella espera en una casa de té a que su esposo traiga la respuesta del arrendador, pedirá bocadillos de pollo, su plato preferido. El pollo es un animal que reconforta, tiene poderes curativos. También es un animal muy frágil, puede morir de un ataque al corazón. El pollo, simboliza la inocencia como Rosemary. Más adelante, del pollo, lo único que ella comerá será su corazón crudo, ¿Acaso la muerte de esa inocencia?
Como señal de su presencia, el Diablo ofrecerá un bloody mary. Pero ¡Si es un coctel de jugo de tomates, limón, vodka, picante! Sí, se dice que inspirado en la reina María I de Inglaterra, la sanguinaria, famosa por perseguir a los no practicantes del catolicismo. En cada sorbito que ella haga, el Diablo susurrará: «¿Cómo puede Dios omnipotente matar a sus hijos? «
En el Bramford se escuchan sicofonías, huele mal, Hutch, el amigo de la pareja, los advierte. Les contará la historia del famoso brujo Adrian Marcato quien vivió ahí, también las hermanas Trench quienes en la época victoriana guisaron y comieron niños. Sí, tal vez, piensa Guy, pero también grandes estrellas como Isadora Duncan y Theodore Dreiser. Rosemary escucha mientras come bocaditos de melocotón. Piensa en los pisos en roble y cerezo, las habitaciones de 15 metros, la vista hacia la calle y el patio central donde hay estación eléctrica y calefacción propias. Y ¡Esa puerta arcada del edificio que ocupa toda una manzana, parece la entrada al cielo!
«Entregaron a la señora Cortez un cheque de quinientos ochenta y tres dólares (la renta de un mes por adelantado y la renta de otro mes, como garantía)…«
Ahora sus sueños avanzan por la amplitud del 7E contemplando la bondad del mundo. Guy está fuera todo el día tratando de captar la atención de Stanly Kubrick. Ella tiene firme la esperanza de lo porvenir «colgó cortinas, halló una lámpara de cristal victoriana para la sala, colgó potes y cacerolas de la pared de la cocina…. Descubrió un supermercado en la Sexta Avenida y una lavandería china en la calle Cincuenta y Cinco para las sábanas y las camisas de Guy.»
Esa felicidad es un vitello tonnato. Un platillo que se consume en Italia para celebrar el nacimiento de Dios. Aunque la receta original es con ternera, ella prefiere, como ya sabemos, pollo. La salsa de atún. El atún es sinónimo de un ser palurdo, tonto, palabras atrevidas del diccionario para referirse a Guy. El Diablo la ha advertido: Guy no es lo que ella cree.
Los del 7A, los Castevet quieren ser los vecinos amables, los han invitado a una cena. A Guy le encanta la idea, a Rosemary le incomoda su presencia tanto como los ruidos extraños que hacen, pero irá después de la insistencia de Guy. Por supuesto, no se servirá pollo; en su lugar, la señora Castevet presentará un filete de res. Algo desabrido, seco y duro piensa Rosemary. La carne simboliza la corrupción, el cuerpo crucificado del hijo de Dios. Los vecinos brindarán con vino esa vecindad. En realidad, lo que les interesa no es mostrarse hospitalarios, sino despojar a Rosemary del derecho sobre sus entrañas.
Como cortesía, Rosemary ayudará a la señora Castevet a lavarlos platos. Guy y el señor Castevet se irán a la sala a fumar. ¿Sobre qué hablaban? Preguntará Rosemary… “Las historias de Roman son fabulosas” dirá Guy. Durante los siguientes meses, la vida continuará para Rosemary ocupada del hogar mientras Guy, como si fuese magia, logra un papel magistral.
Es una mañana calurosa de octubre. El país del norte, el todo poderoso está quebrado entre reclamos y rebeldías sociales. La época es una incesante crítica al dogma establecido por la religión. El papa se dirigirá al mundo desde el Yankee Stadium de New York. Después dibujará la bendición en un acto televisado. Rosemary le verá desde la cocina, quizás por simple cortesía religiosa. Toda su atención se ocupa de los preparativos para la cena que tendrá con Guy.
Estrenará el pijama de seda roja que Guy le había regalado. Guy por fin ha conseguido el papel para actor principal que tanto anhelaba, para aplaudir, le ha pedido a su esposa que tengan un hijo. El menú: setas, vino, pez espada al horno, el pescado como símbolo de fertilidad. Él llevará el postre preferido de Rosemary: un pastel de calabaza.
«Él volvió a casa tarde, después de las seis.
—¡Huum! —exclamó, besándola—. Estás para comerte. Y, a propósito,
¿comemos? ¡Maldición!
—¿Qué?
—Olvidé el pastel. «
Receta del pastel de calabaza por indulgencia a Rosemary.
Ingredientes.
- Para la base:
200 grs. harina de trigo
20 grs. Azúcar blanca
2 grs. sal
100 grs. mantequilla
1 huevo
Agua según se requiera
- Relleno de calabaza:
400 grs. puré de calabaza
100 grs. huevos
20 grs. yemas
100 grs. azúcar mascabado
250 grs. crema
30 grs. mantequilla
2 grs. sal
1 cucharadita de esencia de vainilla
Especias al gusto (canela, clavo, nuez moscada, jengibre)
Opcional (coco rallado, pasitas especiadas previamente en ron)
- Para decorar:
Crema chantilly
Procedimiento.
- Para la base:
Integrar todos los secos con la mantequilla.
Agregar el huevo y un poco de agua si es necesario.
Extender la masa y forrar el molde.
Llevar al horno a 180ºC por 10 minutos.
- Para el relleno:
Hornear la calabaza. Triturarla.
Integrar los demás ingredientes con ayuda de un batidor.
Verter sobre la base precocida.
Hornear a 180ºC hasta obtener una textura ligeramente firme.
Dejar enfriar.
Decorar con rosetones de crema chantilly.
Espolvorear virutas de chocolate.
Esa noche no trajo el murmullo del viento, ni la luz de las estrellas, ni el agua corriendo, ni el amor. La señora Castevet está dentro del 7B ofreciendo comedidamente un Mousse au chocolat o ratón de chocolate como ella lo llamaba. Se marcha, desea que los esposos pasen una buena noche. A regañadientes Rosemary comerá hasta dejar la copa vacía. Beberán Gibson, más vino. Entonces ella se desvanecerá. Guy la llevará a la cama para que descanse. Ella experimentará una horrible pesadilla de la que al día siguiente viéndose rasguñada en toda su humanidad dirá refiriéndose a Guy:
«…Él era actor; ¿podía saber nadie cuándo un actor estaba diciendo la verdad o estaba actuando?»
En adelante, para Rosemary su vida será una eterna procesión entre la soledad, el quiebre marital, el asedio de los vecinos, la agonía. En ese enroscado edificio arde la corrupción, la egolatría del amor. Ella prefiere carnes rojas crudas, chile con carne. No soporta la sal. Ahora, los corazones de pollo crudos son sus preferidos.
Su embarazo será tortuoso, el dolor, lo más parecido a un alambre punzándole el vientre. El doctor dirá que pronto pasará, pero no pasa, entonces ella decidirá abrigarlo:
«… Hasta ahora el dolor había estado dentro de ella; ahora ella estaba dentro de él; el dolor era como los fenómenos meteorológicos que la rodeaban; era el tiempo, era el mundo entero. «
El umbral del infierno se abrirá después de nueve meses. En un cuadro una iglesia en llamas arde. Del otro lado del muro, todos los vecinos celebran. Adrian Marcato vive. Ella lleva un cuchillo en una mano y el amor por Andrew en la otra. Se acerca a la cunita. Tiene ojos amarillos, casi dorados, cuencas en forma triangular y pupilas verticales. Rosemary le hace cosquillitas en la barriguita para que deje de llorar.
¿Se ha convertido Rosemary en una mujer perfecta por amor a su hijo? ¿Es el Diablo en realidad un ser maligno o el más honesto reflejo de nuestra condición humana: intriga, avaricia, envidia…? Años después de publicada la novela, en una entrevista televisada, Iran Levy dijo que se sentía culpable de haber expuesto a toda una generación a los antojos de Satán. También dijo, sin embargo, que no sentía remordimiento por los cheques recibidos.
[1] Comunicadora Social, especialista en Comunicación Organizacional, Magister en Ciencia Política. Interés en escribir sobre la comida como elemento narrativo en la literatura y como arte simbólico de la memoria social. linkedin.com/in/dianapeñacastañeda @la_libreria_patisserie